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La irreversible alza de precios en el transporte público santiaguino

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HANS SCOTT/AGENCIAUNO
POR Periodista Practicante |

Desde sus inicios hasta ahora, peso a peso, el costo de un viaje en Metro o Transantiago ha ido en aumento. El 2019 llegó con noticias al respecto: una nueva alza de $20 en el sistema.

Nuevos proyectos de ciclovías en diferentes comunas de Santiago, el arribo de una segunda flota de buses eléctricos el 19 de enero, la inauguración de la línea 3 de Metro el 22 de enero, e incluso el mismo día el Presidente Sebastián Piñera anunció la creación de una nueva línea 10. Toda una red de interconexión que promueve el deporte, la electromovilidad y el transporte público.

Pero hay un precio. Uno que aumenta. El 25 de enero se publicó en el Diario Oficial un decreto en el cual se informaba sobre una nueva alza en el valor de los pasajes para los servicios de microbuses del Transantiago y Metro. En el caso de Metro, en horario punta, el nuevo valor para adultos es de $800 ($20 pesos más), mientras que para escolares el incremento es de $10, alcanzando el pasaje un costo de $230.

“Bienvenidos sean los buses eléctricos, bienvenidas las nuevas líneas. Pero esto tiene que ser gradual, porque esto alguien lo paga, no es gratis”, advierte la exministra de Transportes Paola Tapia.

La causa

La exministra explica que, esta vez, el alza en la tarifa se debe a la aplicación del indexador tarifario, mediante el cual se toman diversos factores tales como la variación del precio del petróleo diésel, el Índice de Precios al Consumidor, el incremento del costo de mano obra y el valor del euro. Con estos datos, un panel de tres expertos realiza un cálculo para determinar el incremento. El pasado 10 de enero el panel fijó el aumento en $20.

“La ley no autoriza ninguna disminución en la tarifa del pasaje. En eso hay que ser muy claros y precisos”, aclara Paola Tapia en Voces de la Gran Ciudad. Descarta cualquier esperanza de que los precios bajen a futuro.

El exsubsecretario de Transportes Carlos Melo explica a PAUTA que, a pesar de que el indexador sí puede arrojar una baja en la tarifa, es la ley la que imposibilita la ejecución de esta. “Si el indexador un mes te marcase que la tarifa debiera bajar, la tarifa no baja”, señala. “En todo caso eso es algo que nunca ha ocurrido”, agrega.

Con esta nueva tarifa, un adulto gasta en transporte durante un mes cerca de $32.000 si solo se consideran dos viajes diarios de lunes a viernes. Al llevar esta cifra al plano anual, el monto alcanza un total de $384.000, es decir, aproximadamente $96.000 por sobre el sueldo mínimo que gana una persona durante un mes de trabajo actualmente.

Tapia explica que otro motivo por el cual se podría producir un alza en la tarifa, podría ser la falta de recursos o un déficit en el sistema.

Pero este no es el caso.

En diciembre de 2018, la Dirección de Presupuestos (Dipres) del Ministerio de Hacienda, inyectó $10 mil millones adicionales al Transantiago, mediante el Subsidio de Asignación Especial. “Cuando falta dinero de acuerdo a la proyección esperada, se piden más recursos”, cuenta Paola Tapia.

La intención: postergar la eventual alza de tarifas, luego de que el 27 de diciembre se reuniera el panel de expertos y pospusieran la resolución hasta enero de 2019.

Casi un mes más tarde, la noticia del inminente aumento acaparaba portadas.

El polinomio

La molestia que ocasionó la nueva alza en los pasajes llevó a que el Ministerio de Transportes presentara, el miércoles 30 de enero, una propuesta para modificar el actual indexador tarifario, el polinomio que define el incremento de los precios. Para efectuar este cambio es necesario cambiar ciertos elementos que se consideran a la hora de calcular el aumento en la tarifa.

Fernando Saka, director del Transporte Público Metropolitano, explicó a La Tercera que la nueva propuesta para el polinomio incluye sumar la electricidad, energía que utilizan el Metro y los nuevos buses integrados al sistema. Esto llevará a que el porcentaje del diésel tenga menor ponderación en la fórmula.

“Le hicimos al panel una primera propuesta de cambio de indexador, la cual acogieron muy positivamente porque también entienden que tenemos que tratar de aislar de estas fluctuaciones de los índices de precios a los usuarios”, cuenta Fernando Saka a PAUTA. Comenta también que a mediados de febrero tendrán una reunión extraordinaria para definir concretamente la composición del nuevo indexador.

El 31 de enero, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, planteó públicamente que con esta modificación lo que se busca es cambiar dos cosas: el peso relativo de los distintos componentes, actualizando la fórmula, y además incorporar el valor de la electricidad. “Era objetivamente necesario hacer este ajuste”, declaró.

Quien manifestó algunos reparos al respecto fue el exsubsecretario de Transportes Carlos Melo. “El tema de la electricidad no me convence completamente, sobre todo considerando que los contratos de electricidad son a largo plazo donde el precio está fijado para varios años plazo, y en el caso de los buses eléctricos apenas representan un 3% de la flota”, comenta. “No creo que sea relevante su incorporación”, opina.

El subsidio

Pero la inyección ejecutada en diciembre pasado representa la suma extra de sólo un 1,8% del presupuesto estatal asignado por la Dipres a Transantiago.

Todos los años el Gobierno destina parte de su presupuesto al desarrollo y ejecución del transporte público metropolitano, y en 2018 el monto asignado bordeó los $558 mil millones. Esto implica que, por ley, una suma idéntica debe dirigirse a mejorar la movilización y conectividad en regiones, los llamados “fondos espejo del Transantiago”.

Mientras que en Santiago se han tenido que sumar, mediante subsidios, nuevos montos para satisfacer el déficit en transporte, en regiones una parte de los fondos espejo se ha destinado a sectores que tienen poca relación con transporte.

“Lo que decían los gobiernos regionales era que faltaban proyectos, y que por eso estaban destinando estos fondos a otras áreas. Para demostrarle que no era verdad se hizo un trabajo de planificación y les enviamos estos documentos. Muchos los hicieron, otros no los han podido precisar y se está discutiendo si la ley debiera ser más clara”, dice Paola Tapia, refiriéndose al destino de los fondos espejo.

La urgencia

En Santiago “resulta urgente, con sentido público y de transparencia, que se efectúen licitaciones de buses, vías y servicios complementarios. Si se realiza un concurso público, evidentemente llegarán ofertas que van a discutir por calidad y precio. De esta forma habrá una disminución de los costos del sistema de transporte”, señala la exministra.

En esta misma línea, en septiembre del año pasado, desde el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) presentaron el diseño de la próxima licitación de Transantiago. “La propuesta implica pasar de cuatro a diez unidades de servicio, y que cada empresa administre 300 buses en promedio, 700 menos que los cerca de mil que promedian hoy”, señalaron desde el MTT en un comunicado en su sitio web. 

Con esta nueva licitación se estaría buscando mejorar la experiencia de viaje de los usuarios del transporte público capitalino, y fomentar la competencia de dicho sistema.

Hasta el Ministerio de Transportes llegó la directiva de la Unión Nacional de Pensionados, el lunes 28 de enero, para protestar y exigir rebajas en la tarifa para adultos mayores. Esto ya que, aunque al andar en metro el costo se reduce a $230, como la tarifa escolar, el uso de las micros de Transantiago tiene un precio de $700. Karla Hernández, vocera de la Unión Nacional de Pensionados conversó con PAUTA el 1 de febrero e informó que a la fecha no han recibido respuesta desde las autoridades.

Francisco Iturriaga, presidente de la organización, señaló a Bío Bío Chile que con esta alza se ven afectados directamente los adultos mayores, quienes en promedio reciben una pensión que no supera los $220 mil. 

El jueves 31 de enero, a las 7:45 de la mañana en la estación Pudahuel, la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios convocó a una protesta de la cual participaron numerosos usuarios. “Compartimos la molestia de la ciudadanía por el alza del pasaje, sin embargo, nada justifica la violencia contra las y los trabajadores”, señaló el presidente del sindicato de Metro, Eric Campos, a través de su cuenta de Twitter.

La preocupación

“Si analizamos los últimos años, durante el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera se aumentó $200. Luego en el de Michelle Bachelet se sumó $80 más. Ahora ya llevamos $40, lo cual es un poco preocupante. Uno tiene que ser prudente a la hora de comprometer más recursos, porque no podemos estar haciendo estos avances a costa de las personas que pagan día a día su pasaje”, comenta Paola Tapia.  

Cuando el actual sistema de transporte público recién comenzaba a recorrer las calles de Santiago, en 2007, un boleto de Metro en hora punta tenía un costo de $420. El de micro alcanzaba solamente los $380.

Hoy, 12 años más tarde, el mismo boleto de metro, a la misma hora, cuesta $800. La diferencia de precios equivale a un pasaje de micro en aquellos años, e implica un aumento de cerca del 91%.

Hoy tomar una micro significa desembolsar $700 pesos cada vez que suena la tarjeta bip! Esto recordando que se pueden realizar hasta dos trasbordos sin costo adicional, durante 2 horas y sin repetir el número de recorrido del bus. En este caso el aumento en la tarifa es de un 84% en comparación al 2007.

Mire la entrevista completa con Paola Tapia en Voces de la Gran Ciudad:

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