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Las declaraciones judiciales de los sacerdotes que denunciaron a Karadima

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Agencia Uno
POR Juan Manuel |

El Papa convocó a nueve personas a Roma, cinco de ellos sacerdotes abusados por el expárroco de El Bosque. Aquí revelamos los testimonios de tres de ellos.

Fueron tres los sacerdotes quienes durante la mañana de este miércoles de forma pública se refirieron a la invitación que les hizo el Papa Francisco para viajar a Roma entre el 1 y el 3 de junio. Se trata de los presbíteros Francisco Astaburuaga Ossa (académico de Derecho Canónico UC), Alejandro Vial Amunátegui (párroco de Nuestra Señora de Las Mercedes, Puente Alto) y Eugenio de la Fuente Lora (párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, Quinta Normal).

“La mayoría de nosotros fuimos víctimas de un sistema abusivo que se practicaba cuando participábamos en la parroquia Sagrado Corazón de Providencia, El Bosque”. Con esas palabras De la Fuente calificó la razón por la cual habían sido invitados hasta el Vaticano en lo que será la segunda ronda de encuentros que el Sumo Pontífice tendrá con víctimas del expárroco de El Bosque Fernando Karadima.

Parte de esto ya había sido oficializado un día antes por la oficina de prensa de la Santa Sede que, a través de un comunicado, informó a todo el mundo de los próximos pasos de Francisco en su intervención en la Iglesia chilena. En ese escrito afirmó que los invitados son “cinco sacerdotes que han sido víctimas de abusos de poder, de conciencia y sexuales. Junto a ellos habrá también dos sacerdotes que han asistido a las víctimas en su recorrido jurídico y espiritual, y dos laicos implicados en este sufrimiento”.

A los tres sacerdotes que estuvieron presentes durante la conferencia de prensa se suman otros dos más que suscribieron a la declaración leída hoy: Sergio Cobo Montalva (párroco de la Iglesia Inmaculada Concepción, de Vitacura) y Javier Barros Bascuñán (académico UC). Respecto de los otros cuatro, los religiosos dijeron que sus identidades se mantendrán en reserva.

Durante el paso por Chile en febrero del arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el monseñor español Jordi Bertomeu, para investigar los abusos en la Iglesia Católica chilena, estos cinco curas se reunieron con los enviados especiales del Papa. Aportaron con sus testimonios sobre lo que ellos vivieron o fueron testigos de los abusos de Karadima. Sin embargo, esa no fue la primera vez que estos sacerdotes declararon al respecto.

Las declaraciones judiciales de Vial, Cobo y de la Fuente

En 2011 la ministra en visita Jéssica González decidió sobreseer a Karadima por las denuncias de abusos sexuales en su contra. Ese año González invocó la prescripción de la acción penal debido al retraso que hubo entre la comisión de los hechos delictuales y la solicitud para que se investigaran. A pesar de eso, la justicia sí acreditó la veracidad de los abusos de Karadima, que hasta hoy generan dolor en la parroquia de El Bosque.

Así se lee en el fallo de 84 páginas de este expediente judicial fechado en 2011. El convencimiento de la ministra en visita se basó en las decenas de testimonios de laicos y sacerdotes que fueron testigos de los abusos. En dichas declaraciones están documentadas las de Vial, Astaburuaga y Cobo.

En la página 22 del fallo aparece un extracto de los antecedentes que aportó Alejandro Vial. Ahí se relata que el sacerdote conoció a Karadima “desde muy pequeño” porque iba a sus misas junto con sus padres. Luego se añade: “Al salir del seminario y siendo diácono le pidió al Padre Fernando que fuera su director espiritual y se confesaba con él. El Padre Fernando tenía un carácter fuerte, explosivo, exagerado en sus reacciones y retos que designaban en el grupo como ‘Factor K’. Veía que los seminaristas de El Bosque le preguntaban todo al Padre Fernando y le obedecían ciegamente. Fue testigo de retos y de la exclusión de Andrés Ferrada y Hans Kast. Nunca vio ni sufrió de conductas sexuales indebidas, solo oyó a un sacerdote llamar a otro ‘Gorda’, lo cual le pareció impropio”.

Los hechos más crudos fueron relatados por el actual párroco de la parroquia Inmaculada Concepción de Vitacura, Sergio Cobo.

En la página 61 del fallo, se narra que la vinculación de Cobo “con la Parroquia de El Bosque se inició en mayo de 1984, cuando tenía 14 años, por la invitación de un amigo y al mes y medio ya iba a misa todos los días, se incorporó a la Acción Católica y conoció al Padre Karadima, quien fue su guía espiritual”.

Continúa: “En el comedor (Cobo) vio y sufrió tocaciones en los genitales, toquecitos a la pasada y también al saludar, con relativa frecuencia. También lo vio y lo sufrió en la habitación del Padre Fernando. Recuerda que a él se lo hizo varias veces y nadie lo cuestionaba por la autoridad del Padre Fernando”.

En el fallo su testimonio continúa descrito de la siguiente manera: “Expone que a los 22 años en una oportunidad que se despedía del Padre y en presencia de otra persona, Karadima lo tomó de los hombros y le dio un beso directo en la boca, en los labios apretando los suyos contra los de él. Eso lo desconcertó, pero nunca más pensó en ello. Esta situación no se repitió ni la conversó ni con él ni con nadie, se bloqueó. No recuerda quién era el otro presente. Este episodio lo recordó inmediatamente de tomar conocimiento de las denuncias contra el Padre Fernando en abril de 2010. Unas dos o tres veces al abrazarlo lo hizo en forma indebida, lo tomaba de la cintura y lo abrazaba firme a su cuerpo. Esto lo sufrió cuando era laico, antes de entrar al seminario, no recuerda haber sido menor”.

Sobre el “sistema abusivo” comentado por los sacerdotes hoy, Cobo contó en 2011 que “(Karadima) necesitaba ser reverenciado, decía que le debían todo y adoctrinaba en el sentido que la lealtad y fidelidad al director espiritual era total. Cree que por la ideología de la lealtad y la dependencia psicológica y afectiva de los cercanos al Padre Karadima, pueden haberse transformado de facto en una red de protección hacía él y su obra. El gran temor era perder su afecto, su amistad y ser aislado del grupo al cual pertenecía desde los 14 años”.

Parte de esto fue posteriormente respaldado por el presbítero Eugenio de la Fuente. En la página 76 del fallo se procede a contar lo siguiente: “Conoció a Fernando Batlle pues su familia participaba de la Iglesia y se alejó junto a un grupo por problemas con Karadima, cree en su testimonio por lo que dicen los denunciantes y por el testimonio de un amigo sacerdote, el padre Cobo, quien le comentó los abusos padecidos por parte del padre Fernando”.

Revise a continuación el fallo de 2011: