Economía

Casi cinco mil jubilados de las FF.AA. reciben pensiones sobre $2 millones

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POR Gabriela Villalobos |

La jubilación promedio en Capredena alcanza los $946 mil. El gobierno prepara una reforma que alterará la trayectoria de la carrera militar.

No era parte del programa, pero pasó a ser un elemento importante de la agenda de la segunda administración de la expresidenta Michelle Bachelet. La reforma previsional fue impulsada tras una serie de marchas en las calles de Santiago y en regiones, donde se exigía tomar medidas para elevar las pensiones. Los motivos de las protestas fueron varios, pero una de las mechas que incendió el debate fueron los casos de millonarias jubilaciones en Gendarmería.

La polémica comenzó en 2016 con la publicación de las pensiones de exfuncionarios de la repartición, entre ellos, la de la ex pareja de Osvaldo Andrade, Myriam Olate, por $5 millones. La entrega de este beneficio arrojó irregularidades y evidenció una gran diferencia entre las jubilaciones distribuidas por la Dirección Previsional de Carabineros (Dipreca) y las que se obtienen a través del sistema de capitalización individual que rige para la sociedad civil. En este último, la pensión promedio rondaba en ese año en torno a los $200 mil. Meses después del episodio de Olate (a quien en mayo pasado la Corte Suprema despojó de esa pensión al ratificar una decisión de la Contraloría), la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena) protagonizó otro capítulo, con nuevos casos de jubilaciones irregulares particularmente altas, profundizando el debate en torno a los dos sistemas.

A diferencia del modelo de capitalización individual, tanto las pensiones Capredena como las de Dipreca son financiadas fundamentalmente por aportes fiscales y en menor medida por el ahorro de cada funcionario. Es decir, obedecen a la lógica de un sistema de reparto.

Mes a mes, Capredena distribuye un total de US$ 106 millones divididos entre cerca de 70 mil exintegrantes de las Fuerzas Armadas. Del total de este monto, solo 5% es financiado con el ahorro individual, mientras que el 95% restante es costeado por el Estado. Gracias a este aporte, los funcionarios que cumplen 30 años de servicio se retiran con una jubilación equivalente al 100% de su último sueldo imponible. Esto último explicaría, en parte, las diferencias en los montos de las pensiones que entrega cada modelo.

Según información obtenida por PAUTA.cl desde Capredena, 4.946 exfuncionarios de las Fuerzas Armadas reciben una pensión mensual por sobre los $2 millones. Con estos números, la pensión promedio a través de este sistema para todos los jubilados actuales de las Fuerzas Armadas alcanza los $946 mil. 

El promedio de las pensiones del sistema de capitalización individual, para quienes han cotizado entre 20 y 25 años es de $233 mil. Quienes, en cambio, lo han hecho entre 30 y 35 años, obtienen en promedio una jubilación de $421 mil mensuales, de acuerdo con información de la Superintendencia de Pensiones.

Dos consideraciones deben establecerse de inmediato en esta comparación entre las pensiones de civiles y de militares. Primero, estos promedios de los afiliados al sistema de capitalización individual ocultan naturalmente la situación del “caso a caso”, donde puede haber situaciones de personas que habiendo cotizado por tres décadas obtengan jubilaciones que califiquen de insuficientes. En general eso se debe a que sus sueldos eran mucho más bajos al inicio de su vida laboral, por lo que sus aportes fueron también menores y no alcanzaron un ahorro a la altura de sus expectativas.

Segundo, cuando los uniformados han cotizado por 30 años obtienen como pensión el mismo monto de los últimos sueldos que recibían cuando estaban en servicio activo. Eso significa que su “tasa de reemplazo” (a qué porcentaje del sueldo que percibía llega la pensión que recibe) llega al 100%. Esa tasa de reemplazo, en el caso del sistema de capitalización individual, es en promedio bastante menor: alrededor del 70% en los hombres y del 40% en las mujeres.

Explicaciones y críticas

El comandante en jefe del Ejército es actualmente el funcionario mejor pagado de las Fuerzas Armadas, con un sueldo imponible de $3,5 millones. La lógica dictaría que, por lo mismo, la pensión máxima que recibe el mundo militar debería tener ese techo. Sin embargo, según el listado al que accedió PAUTA.cl, hay un total de 236 personas que reciben una pensión por sobre ese monto.

“Hay razones legales que justifican que personas reciban una pensión por sobre su sueldo imponible”, detalla el subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli, en entrevista con Pauta.cl, aludiendo así a tres mecanismos amparados actualmente por ley.

El primero son las pensiones por inutilidad, las que elevan el monto de la jubilación a personas que sufren de una enfermedad que les impide seguir ejerciendo sus funciones. El segundo son las reliquidaciones de sueldo, las que se producen cuando una persona se jubila, pero continúa trabajando en el sector público. Las remuneraciones de los exfuncionarios de las Fuerzas Armadas son reajustadas al alza cada ciertos años y el continuar trabajando les permite acceder a este aumento, el cual posteriormente también se verá reflejado en su pensión. El tercer mecanismo es la recepción de más de una pensión, lo cual sucede cuando un exmilitar ha cumplido varias labores en paralelo durante su carrera. Si, por ejemplo, un general ejerció como profesor en la Academia Militar, recibirá una pensión para el primero de sus roles y otra para el segundo.

Sin embargo, estas explicaciones no son suficientes para todos. “La justificación de estos montos (pensiones de Capredena) no se encuentra en ningún lado”, reclama el diputado PS Leonardo Soto, quien encabezó la comisión investigadora por irregularidades detectadas en Capredena y Dipreca. “La existencia de dos mecanismos distintos no es sostenible, es inconstitucional, porque viola el derecho de igualdad”, agrega el parlamentario.


Las mayores críticas al sistema han ido al mecanismo de pensión por inutilidad. En mayo de este año, el Consejo de Defensa del Estado se querelló contra seis jubilados por fraude en esta materia, debido a que no cumplirían con los requisitos que justifiquen la inhabilidad de los funcionarios para continuar trabajando.

Nuevamente, este tipo de jubilación volvió a ser criticado. Sin embargo, existen esfuerzos por corregir la entrega de este beneficio. A fines de julio de 2017, el Gobierno de Michelle Bachelet constituyó una mesa de trabajo para abordar este tema, la cual incluyó a representantes de los ministerios de Defensa y del Trabajo. Las conclusiones fueron entregadas en enero de este año a las carteras respectivas, pero no alcanzaron a traducirse en acciones legislativas. Sin embargo, sí fueron analizadas por la actual administración del Presidente Sebastián Piñera. Según comentan desde la cartera de Defensa, algunas conclusiones se incluirán en la propuesta en la que se trabaja para modificar el actual sistema previsional de las Fuerzas Armadas.

La reforma que prepara Defensa

La mesa de trabajo constituida en el gobierno pasado concluyó que se debían homologar los servicios civiles y militares a la hora de asignar las pensiones por inutilidad, según comenta la exsubsecretaria de Previsión Jeannette Jara, quien participó en la instancia. “Hay una profunda inequidad entre ambos sistemas”, alerta la actual académica de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Por lo mismo, se propuso crear un proceso autónomo que revisara las solicitudes de los militares. “Hay casos en los que un subordinado evaluaba si correspondía asignar una pensión de inutilidad a un superior, lo cual podía ser complicado”, advierte Jara. Además, se planteó unificar los procedimientos de todas las ramas y homologar los plazos civiles con los militares en esta materia.

El trabajo de la mesa podría inspirar una nueva legislación, pero en un contexto de reforma distinta a la planteada en el gobierno pasado. Esta vez, no se buscará exclusivamente cambios en el modelo previsional de la Defensa Nacional, sino transformar la trayectoria de los funcionarios de las Fuerzas Armadas. “No es modificar el sistema previsional (de las Fuerzas Armadas) sólo por modificarlo, es modernizar la carrera militar para hacerse cargo del aumento progresivo del déficit en Capredena y para aprovechar mejor a la gente que tenemos en Defensa”, comenta Galli desde el ministerio. Por lo mismo, la propuesta a las Fuerzas Armadas será alargar el período de servicio, con lo que se atrasará la edad de jubilación.

Tal como plantea Galli, el gasto en Capredena ha ido al alza. En el Presupuesto 2018 el monto destinado para estos fines subió 3% en relación a 2017 y alcanzó los US$1.567 millones.

Atrasar el momento de la pensión también homologaría otra de las diferencias entre el mundo civil y militar. La jubilación en las Fuerzas Armadas se produce actualmente a los 30 años, lo que significa que en la mayoría de los casos los funcionarios tienen 55 años. Es decir, diez años menos que los civiles hombres que buscan pensionarse en el sistema de capitalización individual.

Según Galli, la propuesta ha tenido una buena acogida inicial en las Fuerzas Armadas. Sin embargo, conocedores del mundo militar comentan que los cambios son vistos con recelo. La batalla se aproxima.