Economía

Optimismo de Hacienda marca el inicio del Presupuesto 2019

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Ministerio de Hacienda
POR Marcela Gómez |

El gobierno elevó la proyección de crecimiento 2018 a 4,1% y la situó en 3,8% para el año próximo. De las 29 partidas del Presupuesto, siete registran variaciones negativas o nulas en los recursos que se les asignan y otras seis crecen menos de 1%.

El diseño del Gobierno para difundir el Presupuesto ha sido el de ir entregando información en etapas sucesivas. Con la presentación del Estado de la Hacienda Pública ante el Congreso, este martes 2 de octubre, por parte del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, y con la difusión pública del proyecto de ley, se avanza a una nueva fase.

Esta estuvo marcada por las optimistas proyecciones sobre el curso de la economía, con una mejora en la proyección de crecimiento para este año y estimaciones sobre demanda interna y precio del cobre para 2019 que sorprendieron. La autoridad defendió su visión enfatizando el buen desempeño y fortaleza de la economía, además de señalar que su optimismo tiene base.

Pero aunque cada vez hay más información, no todas las dudas se despejan. Al cierre de este artículo, no estaba aún disponible el documento completo del Estado de la Hacienda Pública que tradicionalmente se entrega junto con la presentación en el Congreso (y que, en la foto, tienen en su poder los parlamentarios de ChileVamos durante su reunión con los ministros de Hacienda y Segpres).

Mayores alzas y bajas

Además de dudas sobre las proyecciones y los cálculos entregados, un tema que la oposición planteó durante la sesión fue la necesidad de aclarar eventuales recortes o congelamiento de programas sociales, en el entendido que la mayor austeridad para 2019 obliga a ajustar el gasto. “Hay partidas que tienen crecimientos superiores al 3,2% (aumento total del gasto) y otras menores. Hay programas que terminan en este momento o cambia el énfasis o esos recursos se redestinan a otra cosa”, comentó escuetamente el titular de Hacienda al ser consultado al respecto.

Al comparar los contenidos del Presupuesto 2019 para las 29 partidas con la información del erario actualmente en ejecución, hay siete partidas que registran variaciones negativas o nulas en los recursos asignados. Destaca el Servicio Electoral cuyos fondos asignados retroceden 34%, lo que evidentemente tiene que ver con la ausencia de procesos electorales este año comparado con el anterior. 

Otras partidas registran crecimientos muy bajos, inferiores a 1%, como es el caso del Congreso cuyos fondos aumentan 0,9%. 

Aunque desde Hacienda se había precisado que de los US$2.500 millones de incremento de recursos que considera el Presupuesto 2019, un 40,7% va a Salud, 25,4% a Educación y 11,2% a Trabajo; al comparar el monto asignado por cada una de esas carteras en relación a los recursos que están ejecutando este año se ve un panorama distinto.

En Salud el avance es de 5,9%; sin embargo, un componente del gasto estimado en 40% no se destina a nuevas atenciones sino que proviene del reconocimiento de las llamadas “presiones de gasto sin financiamiento”. En Trabajo y Previsión Social, una de las prioridades mencionadas por el Presidente Sebastián Piñera debido a su foco en adulto mayor y capacitación laboral, los recursos año a año registran un avance de apenas 1,9%. En el caso de Educación, un objetivo prioritario del gobierno anterior y también del actual, los recursos asignados aumentan 2,9%.

En cuanto a las partidas con mayor crecimiento 2018-2019, en primer lugar está Relaciones Exteriores (9,6%), luego Deportes (6,4%) donde seguramente pesa el inicio de los aportes para la preparacipon de los Juegos Panamericanos 2023.

Otros gastos que crecen sobre el 3,2% de avance general del erario 2019 son Justicia (5,6%), Vivienda (5,0%), Contraloría (4,4%), Cultura (4,0%) y Medioambiente (4,0%). 

La tarea de seguir aportando más detalles quedó en manos del director de Presupuestos, Rodrigo Cerda, quien este miércoles entrega el Informe de Finanzas Públicas.

Crecimiento revisado

Entre las novedades, el Gobierno elevó su proyección de crecimiento 2018 de 3,8% a 4,1%, levemente sobre la expectativa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en la parte baja del rango que prevé el Banco Central (4%-4,5%). Además, estimó que el año próximo el PIB avanzará 3,8%, sobre el 3,4% que prevé el FMI y en la mitad de la expansión entre 3,25%-4,25% que estima el Banco Central.

“El primer semestre 2018 tuvimos crecimiento de 4,8% que se va a moderar en el segundo semestre y anticipo que el Imacec de este viernes mostrará un crecimiento más acotado”, comentó. Destacó que el 90% de la economía chilena corresponde a los sectores no mineros, que en particular desde el segundo trimestre del año comenzaron “a empujar el carro con más fuerza”. Complementariamente, agregó, se ha visto un fuerte repunte de la inversión, especialmente en construcción y obras.

La autoridad destacó que tanto el Banco Central como los agentes de mercado han venido elevando sistemáticamente las proyecciones de crecimiento y de inversión, por lo que el optimismo de Hacienda tiene una base real.

“Me han dicho que soy optimista y quiero reconocerme optimista porque, si no, no estaría en este trabajo, no habría tomado este desafío por segunda vez. Cuando vinimos a actualizar nuestras proyecciones en julio se nos dijo que éramos optimistas por estimar un crecimiento de 3,8% (2018) y luego el Banco Central lo elevó a 4%-4,5%. Soy moderadamente optimista. Voy a mantener esa actitud”, afirmó.

Demanda interna y cobre

La actualización del escenario macro también incluyó una estimación de 4,6% para la demanda interna en 2019, levemente inferior al 4,9% previsto para el año en curso. Felipe Larraín explicó que se basa en el fuerte aumento de la inversión, que creció 7,1% en el segundo trimestre, junto a la aceleración del consumo privado. Sostuvo que si bien hay una moderación hacia 2019, la inversión se mantiene firme y su avance superaría el 5%.

Las cifras despertaron la duda del presidente del Senado, Carlos Montes, que comentó que la proyección para la demanda interna en 2919 “afecta directamente la estimación de ingresos tributarios y es algo optimista comparada con la proyección del Banco Central (3,7 %). Incluso analistas privados más optimistas dijeron 4%. Es necesario saber cómo afectaría la proyección de ingresos tributarios y totales ocupar un supuesto más realista de la demanda interna”.

Al respecto, el titular de Hacienda dijo que su proyección 2019 se basa en el escenario que prevén en materia de inversión y consumo, sustentado en una moderación de las cifras 2018, pero aún mostrando fortaleza. Precisó que el Banco Central ha ido ajustando al alza sus estimaciones de inversión. “Existe una diferencia, pero no la exageraría”, explicó.

En caso del cobre, Hacienda apostó por US$2,96 la libra este año y US$3 la libra el próximo. En julio, cuando el Gobierno actualizó las proyecciones fiscales, elevó la estimación para el metal a US$ 3,12 la libra, lo que fue calificado como optimista por algunos economistas, que advirtieron que podría incidir en un déficit efectivo mayor que el previsto para 2018. Es lo que ocurrió.

Larraín calificó como un “cambio insignificante” la nueva estimación del cobre para 2018 ya que dijo que la anterior de US$3,12 se realizó “justo antes que arreciara la guerra comercial”. Pero en el caso de 2019, el senador Carlos Montes consultó cómo afectaría la recaudación de ingresos si se empleara la proyección de precio del cobre del Banco Central (US$2,85 la libra).

“Quiero recordar que una disminución del precio del cobre en 1 centavo de dólar disminuye en 50 millones de dólares el cálculo. Sin considerar los cambios en la proyección de demanda interna, si se ocupara el mismo supuesto que el Banco Central tendríamos una sobreestimación de los ingresos tributarios de 750 millones de dólares”, aseguró el parlamentario.

El titular de Hacienda dijo que la estimación de US$3 la libra está sobre la del ente emisor, pero bajo la de Cochilco (US$3,10) y la del comité de expertos (US$ 3,01). Recordó que el precio efectivo del metal “no incide en capacidad de gasto, que está determinada por precio de largo plazo, sino que va a incidir en el déficit efectivo”. 

Ante una consulta, aclaró que los ingresos previstos para el año próximo no incluyen recaudación proveniente del proyecto de modernización tributaria, aunque sí gastos asociados al fortalecimiento digital del Servicio de Impuestos Internos y creación del defensor del contribuyente contenidos en ese proyecto.

Déficit y deuda

En cuanto al balance fiscal, el ministro reiteró que el plan de austeridad que busca ahorrar en torno a US$ 1.100 millones al año hará posible que la contabilidad fiscal efectiva cierre este año en -1,9%. Ese déficit, admitió, es levemente superior al -1,7% proyectado en julio y atribuyó el alza al deterioro en la proyección del precio cobre.

En cuanto al balance estructural, confirmó la trayectoria prevista de reducción de 0,2 puntos del PIB por año, y dijo que, considerando “las presiones de gastos y asegurando la provisión servicios públicos”, ese indicador se reducirá de -2% a -1,8% en 2018 y a -1,6 en 2019. “Lo más importante en este objetivo es el cumplimiento. Dadas las circunstancias fiscales, es exigente, pero posible de lograr”, dijo. Al respecto, algunos parlamentarios preguntaron cuánto de esta reducción se debe al esfuerzo de contención de gasto y cuánto a un cambio en los parámetros estructurales que se usan para construir ese indicador.

Respecto a la deuda pública, el ministro sostuvo que a junio de 2018 las obligaciones brutas representan el 23,7% del PIB, mientras que la deuda neta equivale al 4,6% del PIB. “Tenemos como objetivo estabilizar los niveles de deuda pública a niveles sólo un poco superiores que los actuales. Esa estabilización es esencial para recuperar la clasificación de riesgo”, afirmó el ministro Larraín, dejando entrever que la deuda bruta seguirá subiendo. Esto a diferencia de lo afirmado por el Presidente Sebastián Piñera, quien en la cadena nacional sobre el Presupuesto dijo que se reduciría el déficit fiscal y congelaría el crecimiento de la deuda como porcentaje del PIB. El FMI prevé que la estabilización de la deuda se lograría hacia 2021.

De hecho, en el proyecto se solicita autorización para endeudamiento del Fisco, en moneda nacional o extranjera, por hasta US$ 9.000 millones. Según comentó Larraín, se destinará a financiar el déficit fiscal y asumir “una serie de compromisos como el bono de reconocimiento”. El monto es inferior a la autorización de endeudamiento por US$ 9.500 millones solicitada en la Ley de Presupuesto 2018, que a su vez ya acortaba el monto del Presupuesto 2017, que llegó a US$ 11.500 millones.

Nota: A las 23.00 horas del martes 2 de octubre este artículo fue modificado para incorporarle información sobre las variaciones en los recursos asignado a las diferentes partidas en el Presupuesto 2019 respecto de los fondos que considera el erario en ejecución.