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Derrotar pobreza con austeridad fiscal: los desafíos económicos del presidente electo de México

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Anika Reker (CC BY-SA 3.0)
POR jorge Román |

López Obrador deberá tomar las riendas de un país cuyo PIB depende en un 80% del comercio con Estados Unidos.

Es probable que ni los más optimistas votantes del  Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se esperaran un panorama como el de la mañana del lunes 2 de julio. Con el 76% de los votos escrutados, Andrés Manuel López Obrador obtuvo más del 53% de las preferencias y se ubicó más de 30 puntos por delante de su rival más cercano, Ricardo Anaya (PAN). Además, la coalición izquierdista conquistó el 70% de los escaños en la Cámara de Diputados y más del 55% en el Senado. Considerando la -supuestamente- baja influencia de Morena en los estados (es un movimiento nuevo, que carece de la enorme maquinaria electoral de los tradicionales PAN y PRI), el triunfo solo podría ser descrito como abrumador.

La reacción del mercado era esperable: el lunes, la bolsa de México retrocedió 1,13% al inicio de la sesión y el peso mexicano se debilitó en 0,73% en comparación al viernes 29 de junio.

El reporte económico de Itaú muestra un cauto optimismo. Destaca que tanto el futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, como uno de los principales asesores de López Obrador, Alfonso Romo, “han estado desarrollando una relación constructiva con el sector privado”. También afirma que, en su discurso de victoria, el presidente electo “adoptó un tono conciliador, se comprometió a respetar los contratos, la independencia del Banco Central y la disciplina fiscal, pero también prometió bloquear los incrementos en el precio de la gasolina y fortalecer el mercado interno (reduciendo la dependencia en las importaciones)”.

Itaú no espera cambios significativos en el crecimiento del PIB de junio, pero es posible que la encuesta de los especialistas en economía del sector privado, realizada por el Banco Central de Mexico (Banxico), tenga expectativas medias de una mayor inflación, un peso mexicano más débil y una política monetaria más ajustada.

Solo una comida diaria

La doctora en economía e investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (Cisan) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Claudia Maya se reconoce keynesiana. Desde ese marco teórico analiza para PAUTA.cl la situación de su país.

“México es totalmente dependiente de la economía estadounidense. Tiene una gran dependencia no solo del sector financiero, sino también alimentario: más de la mitad del maíz que consumimos proviene de Estados Unidos”, afirma Maya. “Más del 80% de nuestro PIB depende del comercio con Estados Unidos, de ahí la importancia que tiene el tratado de libre comercio”. Según la economista, es esta “total dependencia de Estados Unidos” lo que mantiene en aprietos a México. “Cada declaración de Trump tiene mucho más efecto sobre el peso que las elecciones “, sostiene.

Maya celebra que en estos comicios haya ganado la democracia, pero afirma que López Obrador recibe un país “muy conflictivo”. No solo por la corrupción y los inéditos niveles de violencia (equivalentes a los de un país en guerra civil), sino también por sus grandes desigualdades económicas: más de 50 millones de pobres (alrededor del 40% de la población) y 36 fortunas US$ 1.000 millones o más. Para graficar la pobreza, Maya explica que “20 millones de personas solo pueden permitirse una comida al día”.

“Uno de los aspectos donde más se destacan las desigualdades en México es el acceso a la salud”, explica a PAUTA.cl la doctora Valeria Marina Valle, también investigadora del Cisan-UNAM. “19,1 millones de mexicanos no tienen acceso a servicios de salud, y 68,4 millones carecen de acceso a la seguridad social”, dice la investigadora, quien cita cifras del  Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de 2016. Aunque López Obrador se comprometió a aumentar el presupuesto de salud en un punto porcentual del PIB (pese a que la OCDE recomienda un aumento del 3%), no se trata solo de un asunto presupuestario. ” El sistema de salud comprende dos sectores, el público y el privado. Se encuentra fragmentado y no garantiza a todos los habitantes el acceso a la salud”, dice Valle. Esto explica en parte su mal desempeño en salud con respecto a otros países de la OCDE.

“Los niveles de crecimiento de México no han superado el 3% en los últimos 20, 25 años”, dice Maya. Y, aunque reconoce que ha habido un leve aumento del empleo, “esto se ha dado con salarios miserables: 86 pesos por día [US$ 4 diarios]”. Como comparación, Maya dice que un almuerzo en los alrededores de la UNAM cuesta 100 pesos mexicanos.

Los rezagos

En 2014, solo el 54% de los mexicanos entre 15 y 19 años se encontraban inscritos en el sistema educativo. Y, desde que existe el informe PISA, México se ha mantenido siempre en el último lugar en educación.

“En relación con la agenda del desarrollo del milenio de la ONU, México quedó rezagado en el Objetivo de Desarrollo del Milenio 5, sobre mortalidad materna y acceso a métodos anticonceptivos”, explica Valle. La meta era reducir las muertes de mujeres a 22 por cada 100 mil nacidos vivos en 2015, pero solo se ha alcanzado 49 (en 1990 eran 88). “Esta es una meta pendiente que se vincula con el acceso al sistema de salud”, dice la investigadora.

Para mejorar la cobertura y la calidad de la educación y la salud se necesitan recursos. No obstante, en su discurso de victoria, López Obrador afirma que se mantendrá la austeridad fiscal y la apertura comercial, y que se respetará la autonomía del Banco Central. “Esto lo hace para mantener la certeza de las inversiones”, dice Maya. “Pero es la intervención del gobierno lo que lleva al desarrollo económico. Es necesaria la expansión del gasto público y un banco central fuerte no autónomo, que dependa de las necesidades del gobierno y permita una expansión monetaria […]. Es necesario cambiar el rumbo de las políticas económicas que se han tomado en los últimos 25 años”.

Según la economista, son las políticas de austeridad las responsables del gran atraso en educación y salud. “¿Qué haces con diez millones de indígenas que viven en extrema pobreza y ni siquiera hablan castellano? Si no puede absorberlos el mercado, el Estado debe darles las condiciones de estudios crearles trabajos. La sociedad requiere una política de pleno empleo, como postulaba Keynes”, concluye Maya.