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El punto de vista de las ópticas en la disputa con los oftalmólogos

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POR Francisco Ibañez |

El gerente general de Rotter & Krauss y presidente de la Cámara de la Industria Óptica de Chile, Juan Cristóbal de Marchena, dice hay gente ciega, que no debía ser ciega, producto de la falta de atención

Un reciente fallo del Tribunal Constitucional (TC) revivió una vieja disputa entre oftalmólogos y ópticas por la prescripción de recetas para anteojos. 

El TC declaró inconstitucional una norma del Código Sanitario que prohibía instalar consultas médicas al interior de las ópticas. El artículo 126 de dicho código, refiriéndose a los servicios que las ópticas pueden prestar, indica que “En ninguno de estos establecimientos estará permitida la instalación de consultas médicas o de tecnólogos médicos”.

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Con este fallo, el TC despeja el camino para que los tecnólogos médicos y optometristas prescriban anteojos en consultas instaladas en las mismas ópticas. La Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof), a través de un inserto, lamentó la decisión del Tribunal y advirtió que podría llevar a que se “sobre-receten” anteojos ópticos.

El presidente de la Sochiof, Mauricio López, afirmó que “estamos preocupados por el fallo, que contradice el Código Sanitario [respecto de la prohibición de instalar consultas en ópticas]. Creemos que se va a mercantilizar la salud, porque va a haber un sobrediagnóstico de indicación de anteojos”. López agregó que la prescripción de recetas y la venta de anteojos en las ópticas implicaría una integración vertical que ellos no quieren, “ya sea de exámenes, de medicamentos, ni de anteojos”. 

En PAUTA Bloomberg el gerente general de Rotter & Krauss y presidente de la Cámara de la Industria Óptica de Chile, Juan Cristóbal De Marchena, conversó sobre el tema y expuso su visión sobre el conflicto y el fallo del TC.

De Marchena aclara que la ley que rige estos temas, vigente desde 2011, “permitía que las ópticas formaran parte del eslabón de salud primaria en Chile, para básicamente atacar la grave situación de listas de espera”. En la actualidad, explica, existen más de 480 días de espera en oftalmología. “Esto significa que hay gente ciega, que no debía ser ciega, producto de la falta de atención”, enfatiza.

 

 

Tampoco comparte lo que califica como juicios de valor de Mauricio López. “Él plantea que habría hipotéticamente un problema ético por parte de un profesional que tiene más de cinco años de estudios, como un tecnólogo médico con mención en oftalmología, para recetar y hacer la práctica profesional de su ejercicio”, dice.

¿Incentivos perversos?

La declaración de la Sochiof indica que “El Tribunal, sin saberlo a lo mejor, ha dado luz verde a la mercantilización de la salud ocular de la población, puesto que la norma legal tiene un fin claro y prudente, que es evitar el incentivo perverso hacia el profesional de la salud que atiende en el establecimiento de óptica, y que pueda verse inducido a sobre-diagnosticar vicios de refracción y sobre-recetar a raíz que, dado que siendo un trabajador dependiente del establecimiento de óptica su remuneración podría depender del volumen de venta de lentes ópticos”.

De Marchena descarta que las ópticas tengan estos supuestos incentivos. “Nosotros tenemos dos servicios totalmente separados; uno es la venta de anteojos ópticos y otro es la prescripción y el análisis y el chequeo visual. Eso se hace por un profesional, de acuerdo a como lo rige la ley, y ese profesional no tiene absolutamente ningún tipo de incentivo económico con respecto a la compra de los anteojos”, explica. “Desde un punto de vista contractual, los incentivos económicos a los cuales él hace referencia no son tales, no existen”, completa De Marchena.

“Nosotros estamos 100% de acuerdo en que esto se regule y que existan los incentivos y las sanciones para que esto funcione de manera correcta […] Desde un punto de vista formal, la ley contiene todos los elementos que debieran garantizar el correcto ejercicio de la optometría en Chile”, afirma el gerente general de Rotter & Krauss.

 

 

De Marchena rebate otra de las afirmaciones de la Sochiof, respecto de la devolución del valor de la consulta a través de promociones en la óptica. “Eso también es falso”, dice. “Lo que la Sochiof está tratando de hacer es mantener un statu quo de una forma de trabajo que está absolutamente obsoleta en todas partes del mundo. En el 100% de los países de la OCDE la optometría opera, por lo tanto me parece absolutamente arcaico negarse a que profesionales con más de cinco años de estudio se sumen a los profesionales de la oftalmología en recetar y dar mejores coberturas”, dice De Marchena.

 

 

La realidad en regiones

“En Chile hay alrededor de 1.400 ópticas, con una cobertura bastante interesante. Nosotros estamos presentes desde Arica a Punta Arenas y estamos en localidades donde definitivamente los oftalmólogos no participan. Hay alrededor de 850 oftalmólogos en Chile, los defectos visuales son la lista de espera número uno”, indica De Marchena.

 

 

Además, señala, “Nosotros estamos capturando un menor número de recetas que emitimos, en venta, de acuerdo a nuestra participación de mercado. Eso quiere decir que la gente va a nuestra consulta, se hace la revisión visual, sale al pasillo del centro comercial y un porcentaje menor a nuestra participación de mercado entra a nuestra tienda”, explica.

“La consulta de refracción visual hoy día cuesta alrededor de $50.000, y nosotros cobramos $5.000. Desde un punto de vista del acceso hay un impacto muy relevante en el bolsillo de la gente”, dice De Marchena.

Vea el video completo de la conversación en PAUTA Bloomberg acá:

En conversación con Pauta Final, de radio PAUTA, el vicepresidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología, Luis Suazo, discrepó de varias de las afirmaciones de Juan Cristóbal de Marchena.

“Aquí hay un interés económico detrás. Los único que ganan con esto es la gente de las ópticas, porque mueven millones y millones de pesos y con esto van a mover más millones. Cualquier persona con sentido común sabe adónde apunta eso. Yo creo que la gente no se va a ver beneficiada, la pobre gente que gasta sus pocas lucas en salud, porque tiene un gran gasto, ahora van a gastar plata en anteojos que muchas veces no necesita. Es eso, hay una cosa ética detrás”.

Además, señaló que es una irresponsabilidad especialmente en los niños, por la falta de conocimiento de los tecnólogos médicos que entregarían la prescripción de las recetas médicas. “Pueden darles lentes que perjudiquen a los niños, les puede producir un daño e incluso patologías graves, como glaucoma y tumores cerebrales. ¿Quién va asumir el costo de eso?”.

Escuche la entrevista completa de Pauta Final acá: