Economía

La dupla Délano-Lavín regresa a Penta con nuevos rostros

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POR Gabriela Villalobos |

Los hijos de los fundadores del holding comparten nuevamente en un directorio del mediático grupo.

Por dos años, los apellidos Délano y Lavín no coincidieron en los directorios de las empresas ligadas al grupo Penta. Carlos Alberto Délano Abbott y Carlos Eugenio Lavín García-Huidobro abandonaron sus puestos en las mesas de las distintas empresas del holding en diciembre de 2014, meses después de que el Servicio de Impuestos Internos (SII) presentara la primera denuncia contra los empresarios por delitos tributarios. Sin embargo, todavía quedaba en el directorio Carlos Lavín Subercaseaux, hijo del primer matrimonio de Carlos Eugenio Lavín, quien se retiró en 2016. De este modo, puso fin a la presencia de ambas familias en una de las filiales más importantes del grupo, la cual comenzó con la fundación del holding.

Sin embargo, en marzo de este año se produjo el retorno de los apellidos a la mesa. Los nombramientos de José Ramón Valente y Alfredo Moreno como ministros de Estado dejaron dos cupos en el directorio. Uno de ellos fue ocupado por Carlos Délano Méndez (40), hijo de Verónica Méndez Ureta y Carlos Délano Abbott.  Así, llegó a hacerle compañía a otro heredero de la dupla de empresarios, Francisco Lavín (37), hijo de María de la Luz Chadwick y Carlos Eugenio Lavín.

Según cuenta un cercano al directorio, ambos vivieron un proceso de inducción a la hora de asumir sus puestos. Tuvieron reuniones con los jefes de áreas de la compañía, algo que se hace de manera recurrente con todos quienes llegan a la cúpula.

No es la primera vez que Francisco Lavín y Carlos Délano Méndez comparten en la mesa de una sociedad ligada al grupo Penta. Por poco más de un año, entre fines de 2014 y hasta comienzos de 2016, hicieron lo mismo en Penta Seguros Generales. Allí, reemplazaron el cupo que dejaron sus padres y se mantuvieron en ellos hasta que Liberty concretó la compra de la compañía en junio de 2016. 

De este modo, Francisco Lavín y Carlos Délano Méndez son parte de la camada que llegó a hacerse cargo de los negocios de los que se alejaron los patriarcas en medio del mediático caso Penta. Ambos fueron contactados, pero declinaron participar en el reportaje.

Diseño de imagen: Francisco Lavín Chadwick (izq.) y Carlos Lavín Subercaseaux (der.), hijos de Carlos Eugenio Lavín. 

Poder joven x4

El ingreso de los hijos de la dupla Délano-Lavín a las empresas empezó antes de las denuncias por financiamiento irregular en la política. En 2009, Carlos Délano Méndez y Carlos Lavín Subercaseaux —hijo de Carlos Eugenio Lavín y Elizabeth Subercaseaux— ingresaron a Gestión y Administración Inmobiliaria S.A, una de las sociedades ligadas al holding. Era la época del entrenamiento.

La independencia de los hijos Délano-Lavín vino con el alejamiento de los padres de los directorios, en momentos en que concentraron sus esfuerzos en la defensa judicial del caso Penta. En esos momentos, comenzaron a realizar cambios a nivel societario. En abril de 2015, los patriarcas nombraron a nuevos apoderados de Inversiones Pentagrama, una de las sociedades controladoras de Empresas Penta. Entre ellos, a Carlos Délano Méndez y a Carlos Lavín Subercaseaux. Sin embargo, según consta en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago, no hubo mayores cambios en otros holdings. Hasta 2018.

En marzo de este año, Inversiones Penta III —otra sociedad ligada al grupo— redefinió los roles en el holding y revocó los poderes que existían anteriormente para los fundadores del conglomerado societario. Así, se nombraron a apoderados, personas de la familia o cercanos que podrían realizar trámites y tomar decisiones relevantes a nombre de la sociedad. De este modo, se definió que los accionistas con mayores atribuciones, los llamados “apoderados clase A”, serían Óscar Buzueta, Carlos Délano Méndez, Pablo Délano Méndez, Carlos Lavín Subercaseaux y Francisco Lavín Chadwick. Las reglas fueron claras: en las decisiones y trámites relevantes se debía contar con dos firmas, las cuales no podrían ser solamente de personas de apellido Lavín o únicamente Délano.

Para otras sociedades relacionadas, como Arrendamiento de Maquinarias Spa, Penta Inf, Agrícola Mercedario e Inversiones don Bosco, se establecieron normas similares, aunque con variaciones en cuanto a representantes ajenos a la familia. Así, en vez de Óscar Buzueta, también figuran como apoderados en otras sociedades el ex gerente general del grupo Penta, Manuel Tocornal. En el caso de los hijos, en cambio, se repiten siempre los cuatro nombres.

Separando aguas

Además de las compañías que manejan juntos, los hermanos Délano y los Lavín cuentan con grandes proyectos por separado. En el caso de los primeros, el mayor —por lejos— es Dominga, donde participan todos los hermanos.

La iniciativa minero-portuaria es controlada por el brazo minero de la familia Andes Iron, en cuya propiedad también participan ejecutivos de la empresa y la familia Garcés. Según han estimado los ejecutivos de la compañía, este desarrollo implica una inversión de US$2.500 millones. El proyecto se ha visto entrampado en distintas etapas de su tramitación ambiental y se encuentra actualmente a le espera de la resolución del Primer Tribunal Ambiental. Esta instancia deberá decidir si acoge o rechaza los reclamos de Andes Iron, que alega que en la tramitación han existido vicios.

Además de este proyecto, los hermanos Délano participan en Inversiones Duero, su family office. A través de él tienen participación en empresas del agro e inmobiliarias, entre otros. En eso, más otras inversiones inmobiliarias en EEUU, se destina parte de la abultada caja que generaron las ventas de las participaciones de las familias Délano y Lavín en empresas como Banmédica, la compañía de seguros generales Penta-Security, las carteras de crédito y banca privada, así como la administradora general de fondos. En total, estos negocios habrían generado recursos por alrededor de US$ 1.000 millones para el grupo.

El fútbol también separa los intereses de las familias. Los Délano son conocidos hinchas de Universidad de Chile: hasta antes del caso Penta, Carlos Délano Abbott asistía regularmente al estadio a ver al equipo y fue director de Azul Azul entre 2009 y 2013. Actualmente se encuentra alejado y sus hijos no han tomado un rol en la sociedad del club.

Un caso distinto es el de los Lavín, hinchas de Universidad Católica, quienes hasta hace poco no habían figurado como dirigentes del club. Hasta enero de este año, cuando Francisco Lavín Chadwick compró 6,3% de las acciones de Cruzados, la sociedad deportiva que maneja el equipo. La adquisición le permitió llegar al directorio del club, donde participa en la comisión deportiva de la sociedad. Según otros participantes de la sociedad, es una persona opinante, que ha demostrado tener gran conocimiento en fútbol.

El ingreso al directorio de Cruzados no es la primera incursión en el mundo del fútbol de Francisco Lavín. En 2012, participó junto con un grupo de unos diez inversionistas en la compra del 65% del equipo de fútbol Deportes Valdivia, que pasó de Segunda División a la Primera B en 2016.

La separación de aguas entre los Délano y los Lavín se notará en algunos de sus negocios, pero a nivel personal las historias de las familias se cruzan una y otra vez. Pablo Délano y Francisco Lavín son apoderados del mismo curso de sus hijos en el Verbo Divino, una anécdota que muestra que los destinos de ambos apellidos permanecen unidos.