Economía

Los cálculos de Copesa para su gran cambio editorial

Imagen principal
Pauta
POR Eduardo Olivares |

El modelo de negocios selló el cierre de Qué Pasa, que perdió $380 millones en 2017. Paula refleja otra realidad financiera.

A las 13:00 horas del viernes 11 de mayo, Rodrigo Errázuriz llegó hasta el piso 10 del edificio en Apoquindo 4660, en Las Condes. El director ejecutivo del Grupo Copesa, quien estuvo acompañado del gerente de Recursos Humanos de la empresa, Riggi Lucero, notificó a los empleados de revista Paula lo que ya a esas alturas sabían: estaban todos despedidos, incluida su directora, Constanza López. Aunque son 28 profesionales (periodistas, fotógrafos, diseñadores, productores), hubo tres excepciones: una periodista con fuero maternal, otra con fuero sindical y una tercera seguirá en el cargo, vinculada con Paula Uruguay. Los trabajadores recién habían despachado a imprenta el número 1.251 de la revista, celebraron con champaña para despedirse “a lo grande” y luego partieron a un local Liguria invitados por su dueño, Marcelo Cicali.

El día anterior, a las 15:30 horas, el director de Negocios y Editorial del consorcio, Andrés Benítez, había llegado hasta el rincón surponiente del mismo piso 10. Allí estaba el grupo de 17 trabajadores de la revista Qué Pasa, incluidos periodistas, fotógrafos, diseñadores, secretaria, correctores de prueba y monitor de redes sociales. Benítez también llegó acompañado por personal de recursos humanos para cursar los finiquitos, justo al día siguiente del cierre del que terminó siendo el último número de Qué Pasa: 2.457. Metros más allá miraban todo esto los periodistas de la sección de negocios Pulso de La Tercera, que hace dos meses habían recibido un impacto similar cuando, de igual forma, se les comunicó que ese medio se terminaba como tal.

El piso 10 del edificio resume la cadena de decisiones que ha tomado el Grupo Copesa en los últimos meses. La empresa, uno de los conglomerados de medios más importantes del país, ha sometido sus productos editoriales y comerciales a una profunda reestructuración, absorbiendo, fusionando, modificando, cerrando y vendiendo varios de sus activos. “Los medios que no son viables no pueden condicionar el futuro de los que sí son viables”, sintetiza una alta fuente del holding, explicando lo que a su juicio es la razón de fondo de las medidas adoptadas por el consorcio empresarial.

Copesa es una compañía controlada por dos accionistas: Álvaro Saieh (con el 83,33% de la propiedad) y Alberto Kassis (con el 16,66%). Dentro de su oferta editorial destacan importantes diarios de circulación nacional, como La Tercera (el emblema del grupo) y La Cuarta; el matutino gratuito La Hora, el penquista Diario Concepción, y las radios Duna, Disney, Zero y Beethoven. Estas radios, sin embargo, pertenecen en 100% al grupo Saieh.


Golpes comerciales

Los primeros movimientos del proceso de reestructuración reciente se iniciaron a comienzos de 2017, cuando el grupo vendió dos de sus radios. Primero fue la radio Carolina al grupo Bethia y después la radio Paula a la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), lo que dio origen a PAUTA100.5 FM.

Estas ventas serían los primeros movimientos de una amplia reestructuración, que incluso podría seguir ampliándose. Pese a no estar en esta misma cadena de decisiones, un antecedente ineludible, que tuvo un impacto comercial importantísimo para el grupo, ocurrió en 2013. Fue el año del fracaso del proyecto televisivo 3TV, que terminó con el despido de un centenar de profesionales.

A mediados de noviembre de 2017, La Cuarta también entró al ruedo. Se le sometió a una “transformación completa y profunda”, la que incluyó un rediseño, nuevas temáticas y el fin de su característico lenguaje popular, con el fin de adecuarlo a los nuevos tiempos y hacerlo más competitivo contra Las Últimas Noticias (de su grupo rival, El Mercurio). Las Últimas Noticias ha consolidado su liderazgo en lectoría total (papel más digital) en los últimos años, y duplica a La Cuarta en el promedio semanal (680 mil contra 331 mil lectores), de acuerdo con las cifras de Valida del segundo semestre de 2017.

La reestructuración mayor del grupo se produjo este año. El viernes 16 de marzo se anunció la unión de Pulso con La Tercera. Se trató en rigor de una absorción del diario de negocios por parte del matutino principal, ya que implicó la desaparición de la sección “Negocios” de La Tercera, y el despido de la mitad de los 45 periodistas y editores que conformaban la redacción del diario económico, que alcanzó a cumplir seis años.

Ocho semanas después se oficializaron cambios telúricos en las dos revistas más emblemáticas de Copesa: Paula y Qué Pasa.

De acuerdo con el comunicado interno enviado a sus trabajadores durante la tarde del jueves 10 de mayo, que fue firmado por el presidente del Grupo Copesa, Jorge Andrés Saieh, Paula se unirá a la revista Mujer y ese producto circulará todos los domingos con el nombre Paula. “Se trata de una ganancia para ambas marcas. La Tercera se fortalece, al asociarse a la revista líder del mercado femenino, en tanto que Paula crece en sus audiencias e influencia, al aumentar en forma significativa su circulación”, argumentó allí Jorge Andrés Saieh.

Qué Pasa, continuó el empresario, dejará de circular en formato papel y se convertirá en un “futuro proyecto digital”. No hay fecha para ese proyecto.

Jorge Andrés Saieh, presidente del Grupo Copesa.
Crédito de la imagen: Agencia Uno (archivo)

Una nota del Sindicato n° 3 de Periodistas y Afines del Grupo Copesa indica que el director ejecutivo de Copesa, Rodrigo Errázuriz, dio “explicaciones financieras” como justificación de los cambios. El mismo tipo de planteamientos económicos entregó Benítez a los despedidos de Qué Pasa.

La gerenta de Márketing y Suscripciones del grupo, Marcela Ceruti, transformó esas decisiones en una oportunidad comercial. En su comunicación a los suscriptores el viernes 11 de mayo, parte diciendo lo siguiente: “Me es muy grato comunicarle una importante noticia”. 

Identidad de género

La decisión que tomó por mayor sorpresa a la industria fue la operación de Paula, fundada en julio de 1967 por Roberto Edwards Eastman. Por su historia, por el valor y la identidad de su marca, por la creciente importancia que han adquirido las temáticas de mujer, y por su vigencia editorial: el año pasado, Paula ganó cinco premios MAGs, los máximos galardones nacionales a las revistas, en la categoría Magazines o Femeninas, por sus trabajos en crónica, perfil, columna, reportaje y plataforma digital.

En una entrevista publicada el mismo viernes por La Tercera, Andrés Benítez, director de Negocios y Editorial del Grupo Copesa, dice que la decisión no implica, en la práctica, el cierre de Paula. “Me extraña toda la polémica respecto de que se cierra la revista, cuando la realidad es justamente lo contrario. Paula pasa a circular todos los domingos con La Tercera, lo que significa que aumenta su frecuencia a semanal —hasta ahora era quincenal— y aumenta su circulación en más de siete veces. No entiendo cómo eso puede llamarse un cierre, cuando más gente tendrá acceso a ella que en toda su historia”.

Andrés Benítez, director de Negocios y Editorial de Copesa.
Crédito de la imagen: Agencia Uno (archivo)

Benítez descarta que esta reestructuración genere un impacto en la identidad de Paula: “En sus 50 años, Paula ha tenido muchas directoras y personas trabajando, y el sello se ha mantenido y evolucionado. Por ende, esto no depende de un grupo de personas, sino que es algo que está por sobre eso. Nosotros estamos muy confiados en que el nuevo equipo liderado por Andrea Eluchans, que también fue directora de Paula, no solo seguirá la tradición, sino que la potenciará”.

Su opinión no es compartida por las exdirectoras Delia Vergara, Alexandra Edwards (1996-1998), Paula Recart (1999-2007) y Milena Vodanovic (2007-2015). Las tres últimas emitieron un comunicado en que plantean una visión contraria. “Lo que se termina hoy es un ícono editorial latinoamericano, una voz de la mujer chilena cuando más la necesitamos y un refugio para la fotografía y el periodismo. Lo que se inaugura mañana será otra cosa. Sin continuidad en el equipo para garantizar un compromiso con la integridad del proyecto y la fidelidad a la línea editorial, ya no será Paula”, dice el documento firmado por las tres periodistas.

Consultada por PAUTA.cl, Paula Recart ahonda en esa reflexión que desafía las explicaciones de Benítez. “Paula dejará de ser Paula porque era un proyecto sostenido por 50 años en base a una vocación editorial de escuchar, entender y hablarle a la mujer chilena con contenidos de calidad, inteligentes, con mirada y opinión, con buen periodismo, diseño, fotografía, al servicio de su audiencia y con independencia y compromiso. No se puede pretender que en dos semanas más puedan publicar algo que se asemeje o que cumpla ni de cerca ese objetivo si echaron a las 28 personas que lo habían venido haciendo en el último período; quieren hacerlo sin ese equipo, con un equipo nuevo, pero más pequeño y exigiéndole una mayor frecuencia”, expresa. En su opinión, la mirada de Benítez tiene un problema central: “Desde una planilla Excel ese modelo puede funcionar como negocio, pero desde el punto de vista editorial es la muerte del proyecto”, dice la periodista, hoy radicada en Estados Unidos.

Una visión similar tiene el decano de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Eduardo Arriagada. “No es remediable. Estas cosas no se arreglan. Con estas cosas no solo se destruye un medio […], sino que además se destruyen audiencias, que seguramente nunca más van a volver”, advierte el académico, quien fue entrevistado en el programa Primera Pauta, de PAUTA100.5 FM, sobre el cierre de Paula y Qué Pasa. “Lo que la audiencia tiene que entender es que tras de una plancheta, en el caso periodístico, es decir, tras una marca como esta revista Paula había un equipo de gente que hacía un tipo de periodismo. Y esa es la gente con la cual la audiencia tenía sintonía”.

Conocedores de la reestructuración del grupo aseguran que la renovada publicación buscará un equilibrio entre temas de tendencias, que plantean son el fuerte de Paula, y contenidos que satisfagan los intereses de las lectoras de Mujer, como moda, belleza y wellness. La idea, aseguran estas fuentes, es crear un nuevo medio más potente que capte de manera más eficiente y numerosa la masa lectora y avisadora de contenidos femeninos. “Pero la nueva Paula no será Mujer, eso es clarísimo”, opina una persona consultada.

Nada de esto ni de lo que viene a continuación, sin embargo, pudo ser aclarado por Copesa. Para la elaboración de este reportaje, PAUTA.cl contactó telefónicamente y vía WhatsApp a Andrés Benítez, director de Negocios y Editorial del Grupo Copesa, y a Carolina Schmidt, gerenta general de Medios del mismo grupo, tanto el jueves como el viernes para solicitarles formalmente una entrevista. Ninguno de estos ejecutivos de la empresa periodística respondió. El viernes por la mañana y por la tarde este mismo medio envió requerimientos de entrevista al presidente del Grupo Copesa, Jorge Andrés Saieh. Incluso se le ofreció hacerle llegar un cuestionario por escrito. A las 18:29 de ese día su secretaria respondió que, por problemas de agenda, Saieh no podría recibir a este medio ni responder preguntas.

El presidente de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), Ricardo Hepp, quien es además el Representante del Lector de La Tercera, se excusó también de entregar un comentario sobre la reestruturación del Grupo Copesa. Lo argumentó brevemente: “Se trata de una situación en desarrollo y, si bien Copesa es socio de la ANP, desconozco muchos aspectos que son de rodaje interno. Le agradeceré que comprenda que como presidente de esta entidad gremial no puedo intervenir en conflictos de los asociados hasta no tener todos los antecedentes en mano”.

Los números de Paula

Paula es una excepción comercial en la industria de las revistas. Según fuentes del mercado de medios, solo el 40% de sus ingresos proviene de ventas de publicidad tradicional y suscripciones o compras en quioscos. El 60% —y he aquí lo excepcional— se explica por las llamadas “extensiones editoriales” (por ejemplo, las ferias Paula Gourmet o Ropero Paula), una línea de negocios en la que esta publicación fue pionera.

De acuerdo con las mismas fuentes, Paula cerró 2017 con una pérdida de $151 millones. Esa no es una cifra, sin embargo, que refleje bien su realidad. Cuando se observa su balance ligado solo al negocio editorial (denominado “Ebitda propio real”), que excluye costos de back office y otros servicios corporativos, los números son positivos: $33 millones en 2017. Es decir, se trataba de un producto editorial que reportaba indicadores saludables.

Portada de la edición número 1.250 de Paula, del sábado 5 de mayo de 2018.

A juicio de una exdirectora de la revista, Paula se ubicaba lejos de ser una “enferma terminal”. Por el contrario, tendría un amplio crédito para consolidarse como un negocio de margen operacional positivo.

Paula Recart complementa: “Había muchísimo más que hacer aún para intentar convertir el proyecto en viable, con integridad hacia el proyecto. Y me consta que el equipo actual estaba comprometido para trabajar en conjunto con la empresa en la búsqueda de ese crecimiento. No es fácil, pero la revista, según entiendo, tampoco estaba perdiendo tanta plata. O yo no lo considero un resultado para ir al matadero. Lo que faltó fue la voluntad empresarial de salvar el proyecto, con el principio de preservar el periodismo de calidad que lo sustenta”.

El balance negativo de Qué Pasa

La situación de Qué Pasa era distinta en su dimensión financiera.

La revista perdió el año pasado $380 millones. Se trata de una cifra muy inferior a sus propias pérdidas de 2016, cuando llegaron a los $900 millones, según confirmó PAUTA.cl con dos fuentes distintas.

Desde el punto de vista editorial, la publicación dio el que probablemente ha sido el mayor golpe periodístico en materia política en la presente década: el destape del caso Caval en 2015 marcó un punto de inflexión para la popularidad de la Presidenta Michelle Bachelet y le generó un daño considerable a su gobierno.

Con altos y bajos en las ediciones de sus últimos años, Qué Pasa ganó el año pasado seis premios MAGs en la categoría de Actualidad y Negocios (columna, reportaje, portada, crónica, ilustración o infografía, y diseño de pieza).

Edición número 2.457 de Qué Pasa, el último ejemplar impreso de la revista.

Aunque la revista tiene un largo historial de piezas informativas e interpretativas que han influido en el periodismo nacional, sus exdirectores han preferido no opinar sobre su cierre en papel, a diferencia de la activa defensa que han hecho sus colegas de Paula. De hecho, PAUTA.cl contactó a cinco de ellos y ninguno quiso hablar para este reportaje.

El futuro de Qué Pasa es altamente incierto. El Grupo Copesa promete un proyecto digital, pero sin precisar fecha ni dimensiones ni quién lo dirigirá.

En todo caso, los números de Paula y Qué Pasa deben verse en un contexto más amplio, que es la línea agregada de Copesa. Finalmente, las decisiones tomadas por el grupo se basan en una visión particularista (producto por producto) en vez de la estrategia unificada o consolidada del conglomerado.

La ansiada última línea

A nivel agregado, las decisiones de Copesa apuntan en varias direcciones que se complementan. La primera es potenciar su línea de negocios en internet. “El modelo tiene que cambiar y evidentemente todo será más digital”, dice Benítez en la entrevista que concedió a La Tercera. Según las cifras que él declara, La Tercera tiene más de 10 millones de usuarios únicos al mes y ha desarrollado varios productos en esta línea en los últimos meses, donde destaca el lanzamiento de La Tercera PM.

La segunda es amplificar la marca de La Tercera como el principal emblema del grupo. El objetivo es que ésta sea el gran paraguas bajo el cual se descuelgan otros productos, como Pulso y Paula.

Y la tercera decisión es mejorar los resultados financieros del holding. De acuerdo con los datos a los que accedió PAUTA.cl, el Grupo Copesa cerró el año pasado con ingresos operacionales por $64.548 millones (frente a los $68.209 millones de 2016) y costos directos por $61.697 millones (frente a los $64.630 millones del ejercicio anterior). Estas cifras no incluyen las operaciones radiales de la compañía. Un saldo en principio positivo, pero que se tiñe de rojo cuando se consideran los casi $4.500 millones asociados a otros gastos operacionales, servicios corporativos, administración y back office, lo que lleva su Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) a -$1.600 millones.



Al analizar con mayor profundidad esta merma financiera, se observa que una parte importante de la contribución negativa proviene de los llamados “medios especializados”. Es un subconjunto formado por cuatro publicaciones, tres de las cuales son revistas, y que concentran el grueso de los cambios del grupo: Paula, Pulso, Qué Pasa y ¡Hola!.

Estos cuatro “medios especializados” generaron ingresos por $6.700 millones en 2017, y enfrentaron costos directos por $7.800 millones. El balance negativo resultante ($1.100 millones) se agudiza por otros $900 millones que se les asocian en gastos operacionales y back office, entre los cuales destaca el costo del cambio de edificio de Copesa desde su tradicional ubicación en Vicuña Mackenna (al lado de la estación de metro Ñuble) a un inmueble colindante con el metro Escuela Militar, en Las Condes.

Pese a este saldo negativo, el aporte operacional de estos “medios especializados” que agrupa a las revistas (además de Pulso) venía mejorando. En 2016 el balance alcanzó los -$2.100 millones, explicados por  ingresos por $6.800 millones (similares a 2017) y por costos directos por $8.900 millones (bastante superiores a los que exhibió un año después).



En total, es posible estimar que en 2017 uno de cada diez pesos ingresados a Copesa provino de las revistas y de Pulso. Así, nueve de cada diez pesos lo aportaron sus productos más rentables, encabezados por La Tercera. En cambio, de los costos el 13% lo generaron los “medios especializados”, mientras que el 87% correspondieron en 2017 a los otros productos del conglomerado, en especial sus matutinos.


Sobre la base de estos números, todo apunta a que el Grupo Copesa determinó estos cambios con una visión financiera fijada en metas individuales para sus productos en lugar de una estrategia consolidada de todos ellos. Es decir, en vez de trazar un balance global neto, estaría desagregando los objetivos de sus medios y, en este caso, el área de productos “especializados” no estaría cumpliendo las expectativas.

Otros financiamientos de Copesa

Hay aún un medio del área de los “especializados” que se mantiene en actividad. Se trata de la revista ¡Hola!, franquicia en Chile de la revista homónima basada en España. Dado que Copesa no respondió los requerimientos de PAUTA.cl, no fue posible obtener una versión acerca del futuro de esa publicación en Chile. Sin embargo, fuentes que han estado al tanto del proceso de reestructuración adelantan que su futuro está en serio riesgo. Por una doble razón. La primera es porque la estrategia de Copesa es potenciar marcas propias. Y la segunda es por los costos de distribución, que se dispararían con el fin de Paula y Qué Pasa: si antes estos se dividían entre todas estas revistas, hoy solo se concentrarían en ¡Hola! Hasta ahora, sin embargo, en el sitio web de suscripciones de La Tercera se mantiene una oferta por $36.000 para la suscripción anual de ese magazine. Tampoco está clara la continuidad del diario impreso El País de España que reciben los suscriptores que aún tienen ese servicio.

Un medio que sigue con interés este proceso, pese a no pertenecer al Grupo Copesa, es el sitio de periodismo investigativo Ciper. Esta web pertenece a la Fundación Ciper, presidida por la periodista Mónica González. Entre los principales aportantes de la fundación está precisamente el grupo controlado por la familia Saieh. Según la propia información de Ciper, en 2017 Copesa proporcionó $59.206.312, que corresponde al 27,9% del total de ingresos de la fundación. Y aun cuando este desembolso es importante, el financiamiento de la Fundación Ciper se ha diversificado y proviene de distintas fuentes, todas ellas transparentadas en abril de este año.

Mónica González dice que la fundación no exhibe publicidad, pues solo basa sus ingresos en las donaciones. “No dependemos de ningún donante en particular. Si llegara a ocurrir que un donante deja de aportarnos, tendremos que reducirnos”, explica.

Mónica González, presidenta de la Fundación Ciper.
Crédito de la imagen: Agencia Uno (archivo) 

González dice que las operaciones durante este año están financiadas justamente con los aportes de sus donantes particulares y grupales (Copesa, Grupo Sura, Open Society, Universidad Diego Portales), “pero esto es precario. El periodismo independiente es precario. No sabemos cómo nos financiaremos en 2019”. En cualquier caso, aclara que es el directorio de la fundación el que resolverá si pregunta directamente a Copesa sobre la continuidad de los aportes, pero hasta ahora no ha recibido notificaciones sobre ese tema desde el grupo.

“Más que la situación puntual de Copesa, a mí me preocupa el estado de financiamiento del periodismo independiente de calidad. Yo miraría todo esto que está ocurriendo en perspectiva. Es el modelo de negocios del periodismo el que está en crisis, porque al poder no le interesa que lo controlen”, analiza. Y agrega: “Pero en todos los medios hay siempre periodistas que luchan por ir alejando esa línea del horizonte”.

Mientras la crisis editorial se respira en Copesa, su piso 10 representa también los caminos que se tomarán en ese grupo periodístico. En el propio medio se comenta que los profesionales que quedan en el piso 10, de la sección Pulso (ex “Negocios”), serán trasladados al piso 14, justo un piso debajo de donde están los equipos directivos de La Tercera y otras secciones como Política, Crónica y La Tercera PM. Si ese traslado se concreta, Pulso compartirá espacio con Reportajes y el estudio de televisión de La Tercera. La planta libre del décimo piso estaría destinada a otra transformación: recibir al grupo Dial con sus cuatro radioemisoras, por lo que estas abandonarían las dependencias que hoy ocupan en avenida Santa María.