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La mente que predice la conciencia

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PAUTA
POR Periodista Practicante |

El británico Anil Seth fue el encargado de inaugurar el Congreso Futuro 2019. El neurocientifico visitó PAUTA para ahondar en algunos de los mal llamados “misterios de la mente”.

“Je pense, donc je suis”, en español significa “pienso, luego existo”.  En 1637, el filósofo francés René Descartes formuló este inolvidable precepto en su obra Discurso del método. Trescientos ochenta y dos años más tarde, el neurocientífico británico Anil Seth plantea que la realidad es otra: “Predigo, luego existo”.

“Pero… ¿qué es la realidad?”, pregunta curioso Cristián Warnken al científico, quien, de paso por Chile como expositor en el Congreso Futuro, acudió de invitado al programa Desde el Jardín.

“Cuando estamos de acuerdo sobre nuestras alucinaciones. Eso es la realidad”, explica Seth.

Curiosidad de niño

¿Quién soy yo?, ¿qué es esto que me está pasando?, ¿qué es la conciencia?

Tantos conocimientos, tan distintos entre sí, ¿cómo se hace para unir todo esto?

“Según lo que recuerdo, cuando estaba en el colegio siempre fui muy curioso, como muchos niños, buscando cómo funcionaba el mundo, eran preguntas eternas”, comenta el científico, quien actualmente se dedica a investigar las bases biológicas de la conciencia. “Ahora miro hacia atrás y veo que me convertí en neurocientífico porque nadie me dijo ‘detente, no sigas’. Porque siempre me hacía preguntas y tenía la oportunidad de seguir. Muchas veces esperé que me dijeran ‘no, ya no más, hasta aquí llegamos’, pero nunca pasó”, agrega.

Comenta también que, durante sus estudios de doctorado, a finales de los 90, se sintió muy inspirado por los científicos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela. Ambos son reconocidos internacionalmente, tanto por su trabajo puramente científico, como Varela por ser cofundador de la institución Mind and Life Institute, donde se busca generar un diálogo entre ciencia y budismo.  

“Ellos se han tomado en serio esto. Pusieron el tema de la conciencia como un cimiento. Yo sólo lo he estado siguiendo”, señala Seth.

Las ruinas del antropocentrismo

Para Seth, históricamente la ciencia y la filosofía han tendido a ubicar al hombre como centro del universo. “Hoy sabemos que no es así, estamos relacionados con otras criaturas y somos parte del resto de la vida natural”, señala sobre el misterio que para muchos implica la vida misma y la conciencia. “La razón por la cual atribuimos la conciencia, y el ‘yo’, a un misterio, es porque es lo último que nos queda de antropocentrismo. Pero la ciencia sigue progresando y sigue revelando nuestra humildad y modestia”, agrega.

Anil Seth ha escrito más de 150 artículos académicos, donde reúne investigaciones sobre neurociencia, matemáticas, inteligencia artificial, informática, sicología, filosofía y siquiatría. Aunque por siglos se trató el tema de la conciencia y la percepción como una rama de la filosofía, Seth planteó, en su apertura del Congreso Futuro, que la comprensión de esto resulta fundamental para entender quiénes somos y qué hacemos en el universo.

Dos de las tres realidades que plantea la tradición budista tienen completa relación con lo que Seth señala sobre la conciencia. La anitya es la característica universal de la impermanencia, la transitoriedad y el cambio. La anātman habla sobre la insustancialidad, la inexistencia de un ‘yo’ perdurable y permanente.

“El ‘yo’ no es algo que dura para siempre, es algo que se construye. Va cambiando. Todo el Congreso Futuro ha sido muy intenso, yo no soy el mismo de hace una semana, ni voy a ser el mismo en un año más. El ‘yo’ es una percepción que nosotros creamos. La tradición budista dice que una vez que aprecies la impermanencia del yo, te puedes relajar, porque no hay nada que temer”, explica.

La realidad es construcción de la conciencia

El científico de 47 años plantea que nuestro cerebro es una máquina que realiza, de alguna manera, una predicción de lo que está pasando afuera, y que la percepción de la realidad no es más que una alucinación controlada. “Lo que percibimos es lo que mejor pudo interpretar el cerebro”, expone.

En cuanto al término alucinación, Seth aclara que quizás no es la palabra más adecuada, pero en vista de que comúnmente se considera una alucinación a aquello que se percibe a pesar de no estar ahí, y lo que nosotros percibimos es un equilibrio entre lo que predice el cerebro, lo que esperamos y como estas predicciones comienzan a ser restringidas por las señales sensoriales, calza bastante bien para explicar el fenómeno en cuestión.

“Yo no quiero que piensen que nada es real. Todo es real. La palabra clave acá es lo controlado: nosotros construimos percepciones en base a predicciones, pero hay cosas que restringen la predicción. Los datos sensoriales surgen del mundo real. Por ejemplo, no sabemos realmente qué son las ondas electromagnéticas, pero están ahí e interactúan con nuestro cerebro para generar la percepción”, explica.

La evolución de la mente

Según las investigaciones realizadas por el científico, el ser humano puede aprender a percibir, rápidamente, las cosas de forma distinta. El cerebro puede ser entrenado para predecir, de modo que la forma en que vemos el mundo se convierte en algo completamente flexible y cambiante.

Un arma de doble filo. Una facultad del cerebro que, aunque en gran medida positiva, puede llegar a ser muy peligrosa.