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La violencia intrafamiliar como película de terror

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POR Isabel Plant |

La cinta francesa Custodia Compartida, que ya está en cines, triunfa en su retrato a pesadillas domésticas y lo retrata como un thriller.

La película comienza con una larga escena en una sala de un tribunal; ahí, una jueza debe escuchar los argumentos de las abogadas respectivas de una pareja divorciada. Mientras que la representante de Myriam expone que el ex marido de su cliente es violento, aunque no tiene pruebas, y que debería mantenerse alejado de sus hijos, la abogada de Antoine argumenta que es la exmujer quien inventa todo, se cambió de domicilio sin avisar y pone a los niños en contra de su padre.

Custodia compartida es una película que parte como un drama familiar sobrio, se convierte en un thriller y termina transformada en una película de terror. El tema es la violencia intrafamiliar y en tiempos de femicidios y feminismo, es una cinta derechamente política, con vocación de serlo, que a través del suspenso presenta un relato pesadillesco y no estridente de esta realidad. Su creador es el director francés Xavier Legrand, actor también, quien había retratado a esta misma familia en un corto de 2012 llamado Just before losing everything, que fue nominado al Oscar. Con Custodia Compartida, su primer largometraje, Legrand ganó el premio a mejor director en el Festival de Venecia, también el de Mejor Ópera Prima, y fue un éxito de público en varios países de Europa.

Se nota que el cineasta puso cabeza y corazón en el proyecto. La intención de Legrand era hacer una película masiva, un thriller, que mostrara cómo opera la violencia puertas adentro. “Así funciona la violencia intrafamiliar; nadie la ve. Muchas veces la víctima termina en la corte pidiendo custodia, pero tiene muy pocas o ningunas pruebas”, ha explicado el director, quien pasó casi diez años perfeccionando lel guión, entrevistando a jueces de tribunales de familia, a policías y a víctimas. Una decisión muy consciente de Legrand era justamente llevar todo lo que vio al género de suspenso, para alejarse de los clichés melodramáticos con los que generalmente son tocados estos casos en el cine, restándoles seriedad: “Debemos empezar a tener claro que, en realidad, no son ‘dramas’, sino homicidios. Hay que dejar atrás ese gusto por el crimen pasional o la situación no mejorará”, dijo el director al diario español El País.

En Chile, por ejemplo, los últimos datos de denuncias de violencia intrafamiliar son de 2016, y suman 93.542 casos (más de 72 mil de estos vienen de mujeres denunciantes). Una realidad que se repite país a país, y que ha hecho del femicidio una discusión global. En ese contexto una película como Custodia Compartida busca deliberadamente ponerle una cara a este tipo de agresiones, que no siempre se ven a primera vista. Y mostrarlas como el horror en que a veces se convierten, cuando el monstruo no es un fantasma, sino que una cara familiar.