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Las Ocho mejores películas de horror de la última década

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POR Alejandro Alaluf |

A propósito del estreno de El Legado del Diablo, repasamos las mejores películas de terror de los últimos años.

Esta semana se estrenó El Legado del Diablo (Hereditary, 2018), la que probablemente sea la mejor película de terror del año. Quizás de los últimos años. Y pergaminos tiene de sobra. Porque más allá de tener una interesante y trágica premisa familiar, además de un sólido elenco encabezado por la soberbia actriz australiana Toni Colette, El Legado del Diablo genera una escalofriante y perturbadora atmósfera de horror a partir de la mano y el talento visual de su director, el debutante Ari Aster.

Mezclando múltiples aristas clásicas del género –posesiones, brujería, casas encantadas, niños extraños–, El Legado del Diablo construye una experiencia que, más que sustos, provoca una incomodidad y una ansiedad constante en el espectador, junto a un generoso recuerdo de pesadillescas imágenes que difícilmente podrán ser olvidadas después de ver la cinta.

Entonces, considerando que esta película, ya en cines, es sin duda uno de las grandes ejemplos del género, quisimos establecer una lista con las mejores películas de terror de la última década. Acá están.

 

Martyrs (Pascal Laugier, 2008)

Dentro de la nueva ola de horror francés (conocida en inglés como New French Extremism), esa que no escatimaba en violencia, brutalidad y altas dosis de gore, con ejemplos de cintas como Frontière(s), Alta Tensión o À L’Interieur, esta película es una de las más representativa y extrema de todas. Estamos hablando de películas que han sido calificadas como “pornografía de tortura” y que definitivamente son son recomendables para espectadores impresionables. 

Escrita y dirigida por Pascal Laugier y estrenada en el Festival de Cannes de 2008, la película polarizó a críticos y a espectadores por su extrema violencia. La película cuenta la historia de dos chicas que han sido abusadas de pequeñas, y que se , embarcan en una rutina de venganza sólo para darse cuenta que son parte de un infierno mucho más oscuro de lo que se imaginaban. Perturbadora y violenta como pocas, la cinta tuvo un remake americano el 2015 que es bastante inferior al original.

 

Drag Me to Hell (Sam Raimi, 2009)

El norteamericano Sam Raimi se graduó como uno de los íconos del horror cinematográfico al realizar en 1981 The Evil Dead, cinta independiente de demonios ambientada en una tétrica cabaña perdida en un bosque, que a su vez tuvo una secuela igualmente trascendental en 1987, y que cimentó el nuevo género de horror extremo, con creativas y fuertes dosis de sangre y efectos especiales, que fue tan popular durante los ochenta, aunque muy pocos lograron dar correctamente con la fórmula. Curiosamente, la carrera cinematográfica de Raimi nunca volvió a sumergirse en las aguas del terror, hasta esta película estrenada el año 2009.

En ella, Alison Lohman es una prestamista que se hace la difícil con la persona equivocada: una gitana buena para las maldiciones. Lo que sigue es un granguiñolesco descenso al infierno para la pobre chica, lleno de creativas secuencias y con esa difícil, pero efectiva mezcla de horror y humor. Humor que provoca risas más que nerviosas, claro está. La película fue un éxito de taquilla y fue elegida como la mejor cinta de terror del 2009 en los Scream Awards.

 

Siniestro (Sinister – Scott Derrickson, 2012)

Scott Derrickson (Doctor Strange) fue el director y coguionista de esta interesante cinta de horror paranormal, en donde Ethan Hawke encarna a un padre de familia y escritor de novelas criminales, que descubre una caja con películas caseras en el ático de su casa. Lo que muestran esas cintas son atroces crímenes vinculados a una vieja familia y a la figura de un ser infernal. La inspiración de la cinta provino nada menos que de una pesadilla que tuvo el coguionista de la cinta, Robert Cargill, tras ver El Aro.

Siniestro fue un éxito comercial tras su estreno y, de hecho, tuvo una secuela (no dirigida por Derrickson) que debutó en cines el 2015. Lo anterior se debe a buenas actuaciones y a la mano del director, que logra mezclar astutamente sustos de la vieja escuela en un entorno contemporáneo y una historia aguda.

 

El Conjuro (The Conjuring – James Wan, 2013)

James Wan ya se había forjado un nombre como director especializado en cintas de horror, gracias al éxito global que obtuvo El Juego del Miedo el 2004. A partir de entonces, Wan se especializó en el género y dirigió cintas como Insidious y Dead Silence, además de producir otras más. Pero quizás su película más acabada sea El Conjuro.

Patrick Wilson y Vera Farmiga encarnan a Ed y Lorraine Warren, un matrimonio de investigadores paranormales asociados con diversos episodios sobrenaturales durante los años 70. En este caso, una casa rural cuyos moradores han sido víctimas de extraños y perturbadores eventos, por lo que la pareja decide realizar un exorcismo. Fue un éxito de taquilla y de crítica y, cómo no, tuvo una secuela –El Conjuro 2– que fue estrenada el 2016, además de generar otros cintas relacionadas, como Anabelle.

 

It Follows (David Robert Mitchell, 2014)

It Follows es quizás la cinta de horror más original de los últimos años. Bajo una premisa que eventualmente podría haber sido concebida ante el miedo de la liberación sexual y el SIDA en los 80s, la película cuenta la historia de una maldición que es adquirida por quien tenga sexo. Lo interesante es que la manifestación del mal se presenta como una figura física, sólo visible por la futura víctima, y que la sigue caminando, lentamente, independiente de dónde trate de esconderse. Lo anterior, a diferencia de un villano más tradicional que “aparece” en escena es probablemente lo mejor logrado de la película.

Además, presenta un estilo de horror que no se basa exclusivamente en saltos para generar sustos. En vez, a través de una cuidada cinematografía –especialmente con tomas de profundidad de campo– y una efectiva banda sonora, It Follows genera una sensación de ahogo y desesperación que pocas películas pueden lograr.

 

The Babadook (Jennifer Kent, 2014)  

Otro interesante y sorpresivo debut, esta vez proveniente de Australia de la mano de la directora Jennifer Kent. The Babadook es una cinta que toma los conceptos de la pena y la pérdida después de la muerte como catalizadores para generar una genuina experiencia de horror sicológico, en una manera no muy distante a lo que también hace El Legado del Diablo.

Tras la violenta muerte de su marido, una madre y su pequeño hijo se refugian entre ellos para poder sobrellevar la pérdida, aunque el niño está constantemente asustado por la supuesta presencia de un monstruo en la casa. Todo comienza a tener sentido, luego de que un extraño libro infantil hace que los miedos se materialicen.

 

La Bruja (The Witch, Robert Eggers, 2015)

El caso de La bruja es particular: hablamos de una cinta independiente de horror sicológico ambientada en la Nueva Inglaterra puritana de 1630. En ella, una familia es desterrada de su comunidad y debe dejar atrás su hogar para adentrarse y vivir aisladamente en una granja entre medio de los bosques. Pero el pánico y la desesperación se apoderan de los protagonistas, luego de que el hijo menor desaparece repentinamente y las acusaciones apuntan a una de las hijas, a las que acusan de brujería.

Este fue el debut de su director, Robert Eggers, y la película –que debutó en el Festival de Sundance– efectivamente congrega escenas terroríficas una vez que las fuerzas del mal comienzan a hacerse presentes. Al igual que con El Legado del Diablo, esta película ofrece un final difícil de olvidar y que garantiza pesadillas.

 

Huye (Get Out – Jordan Peele, 2017)

La última gran e inesperada cinta de horror, fue acaso una sorpresa. Dirigida por el afroamericano Jordan Peele, famoso por el dúo cómico Key & Peele, el director sorprendió a todo el mundo con una película fresca, original y que además fue un tremendo éxito de taquilla, junto con haber estado nominada a cuatro premios Oscar.

En Huye, una joven pareja interracial –él de color, ella blanca– van por el fin de semana a la casa de los padres de la chica, una familia acomodada que vive en los suburbios. Pero al momento de llegar allá, nuestro protagonista (Daniel Kaluuya) comienza a percibir extraños comportamientos no sólo de parte de sus anfitriones, sino que también de la ayuda doméstica del lugar. Todo eso dará pie a un escalofriante descubrimiento.