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Los cerebros tras el fenómeno de Paquita Salas

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POR Isabel Plant |

Son conocidos como Los Javis, y son dos actores que están detrás de una de las series más comentadas y amadas de España. Hoy traspasa fronteras.

Una mánager de actores y actrices que hace mucho vivió tiempos de gloria, pero que hoy trata infructuosamente de sobrevivir en el negocio. Esa es Paquita Salas, quizás hoy una de las protagonistas más queridas de España y que, gracias a Netflix, es adorada también en Hispanoamérica. Un fenómeno que nació en internet y que es una parodia que tiene mucho humor sobre el mundo del éxito pero también mucho corazón, y donde Paquita no es Paquita, sino que es realmente un hombre, el actor Brays Efe. Sus creadores son apodados mediáticamente como Los Javis, y se han transformado en sinónimo de vanguardia y creatividad en España.

Los Javis son los actores Javier Ambrossi y Javier Calvo, y son pareja. Ambos se hicieron conocidos en series televisivas españolas de éxito. Calvo, de hecho, fue muy querido con un personaje homosexual en la producción Física y Química que se exhibió por varios años. Pero luego vino una época más lenta de trabajo, los papeles que llegaban no eran tan interesantes, y la dupla se lanzó a crear sus propias producciones a muy bajo costo, pero con mucha inventiva y mucho humor.

El primer hito de Los Javis vino en el teatro, con La Llamada. Una obra musical, donde dos adolescentes que van a un campamento cristiano se liberan cantando a Whitney Houston y Presuntos Implicados y más. Partió en el underground madrileño en 2013, para luego agotar entradas y transformarse en un éxito total, girando por todo España, y que en 2017 fue transformado en una película del mismo nombre.

Al mismo tiempo, en 2016, los Javis estaban con su amigo el actor Brays Efe, haciendo pequeños sketches en Instagram, de pocos segundos, cuando crearon un personaje llamado Paquita Salas. Cuando la plataforma de streaming española Flooxer los contactó buscando nuevas webseries para transmitir, Los Javis ofrecieron la idea de Paquita. Y así se estrenaron los primeros capítulos, que fueron un hit.

Los episodios de Paquita Salas son breves, no más de media hora, y las temporadas son de cinco capítulos. Es básicamente las aventuras y desventuras de PS Management, la oficina de Paquita, donde las actrices en ascenso logran el éxito y la dejan. Ella vive tratando de incluirlas en series top como Vis a Vis o El secreto del puente viejo, con la ayuda de su mano de derecha, la tímida Magüi (Belén Cuesta). Y entre medio de tanta situación insólita o graciosa, pueden hacer que la audiencia suelte una lágrima, ya que estas “perdedoras” son puro corazón.

Contra todo pronóstico, la serie se robó varios trofeos en los premios Feroz de España -entregados por la crítica-, por encima de producciones de harta más inversión y de canales tradicionales. Paquita Salas fue comprada por Netflix, donde se produjo la recién estrenada segunda temporada.

Con todo esto, Los Javis se transformaron en los nuevos chicos dorados de la TV española, y en personajes célebres. El año pasado, por ejemplo, fueron jurados de la popular competencia televisiva Operación triunfo, rol que dejaron para concentrarse en Paquita Salas y otros de sus compromisos. Uno de ellos es otra serie propia llamada Looser, que cuenta con un fenómeno youtuber llamada Soy una pringada (con más de 200 mil seguidores en la plataforma de videos), y que en la producción es una exprostituta que debe ir a clases de control de ira. Y que odia todo, sobre todo la vida artificial que algunos muestran en redes sociales.

Así, el triunfo de Los Javis es el triunfo de personajes que ante las exigencias de la sociedad actual, ya sea en España o en Chile, como en todos lados, serían perdedores. Pero que se elevan y son queribles, insólitos y desenfadados, rebeldes ante el artificio y buenos para decir las verdades. Son, sorpresivamente en su envoltorio de humor de caricatura, humanos. Y en TV, lo que logra conectar con la audiencia a partir de esa identificación, la de la incomodidad ante la vida moderna, se transforma en oro.