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El poderoso señor del presupuesto

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POR Eduardo Olivares |

Rodrigo Cerda asiste a todas la bilaterales de Piñera y por él pasan las iniciativas que necesitan financiamiento fiscal. Enfrenta ahora su mayor prueba: que el Congreso apruebe la primera ley de Presupuesto confeccionada por él.

Rodrigo Cerda es fanático del fútbol e hincha acérrimo de la Universidad de Chile. Y, al igual que el equipo de sus amores, vive por estos días momentos de definiciones cruciales para terminar con éxito su principal misión de este año: aprobar en el Congreso la ley de Presupuesto 2019, la primera de estas legislaciones anuales diseñada por él a la cabeza de la Dirección de Presupuestos (Dipres).

Su prueba de fuego vendrá a fines de noviembre, cuando el Congreso finalmente despache la iniciativa. Pero durante todo este mes, él y sus asesores deberán defender la propuesta presupuestaria del Gobierno en la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, instancia donde diputados y senadores discuten y acuerdan el proyecto final que ambas cámaras deberán votar a más tardar el 30 de este mes.

Antes de llegar a esta etapa, sin embargo, Cerda debió recorrer un largo trecho. Es, de hecho, la ruta que siguen todos los directores de Presupuesto, con la diferencia de que a Cerda enfrenta un Congreso más fragmentado y una oposición más severa que antes.

Su camino comenzó el 2 de abril, con la elaboración de los informes de evaluación del año anterior. Siguió durante gran parte del año con un intenso trabajo entre la Dipres y los distintos ministerios y organismos públicos. Desembocó a fines de septiembre en la propuesta final para el Presupuesto 2019, documento que el Presidente Sebastián Piñera anunció al país por cadena nacional el pasado 25 de septiembre.

Para cumplir con el cronograma que estipula la ley, Cerda y su equipo dedicaron largas jornadas a este trabajo. Como un espejo de la tradición casi republicana de los inquilinos de turno de Teatinos 120, los funcionarios encabezados por Cerda extendieron más allá de las 2 de la madrugada su horario laboral. Horas intensas que el líder de la Dipres debió combinar con el resto de sus tareas. Entre ellas, asistir a todas la bilaterales que sostiene Piñera con sus ministros y visar cada uno de los proyectos de ley o decretos que elabora el Ejecutivo y necesitan de financiamiento.

No por nada, Rodrigo Cerda recibe permanentemente en sus oficinas a ministros, alcaldes, intendentes y jefes de servicio, entre otros funcionarios públicos que buscan su visto bueno para poder financiar sus distintas iniciativas y programas. “A él le gustan mucho esas reuniones, porque le permiten tener un térmometro social y político de lo que está sucediendo en las distintas capas ciudadanas”, comenta un funcionario de Hacienda.

Una antigua sociedad

Graduado de la Alianza Francesa, Rodrigo Cerda entró a la Universidad Católica a estudiar ingeniería comercial a comienzos de la década del noventa. En sus primeros años en ese plantel se declaraba cercano a las ideas democratacristianas, pero con el tiempo su pensamiento político fue mutando. Hoy, si bien no milita en ningún partido, es un abierto defensor de las banderas de la centroderecha, en especial del libre mercado como eje motor del crecimiento. Su paso por la Universidad de Chicago, donde realizó un doctorado en Economía, fue clave en ese tránsito.

Fue en esa casa de estudios donde conoció a dos de sus más importantes mentores: el premio Nobel de Economía Gary Becker y a Kevin Murphy, uno de los profesores más destacados de ese plantel, y quien dirigió su tesis de grado. Con ellos se introdujo en el mundo de las políticas públicas y escribió sus primeros papers sobre la materia. En 2004, regresó a Chile y aceptó una plaza como profesor adjunto en el Instituto de Economía de la UC. Fue allí donde estrechó lazos con el actual ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

A Rodrigo Cerda y el ministro Felipe Larraín se les considera una dupla consolidada. Crédito: Agencia Uno

Desde entonces, la relación entre ambos ha sido fructífera: han escrito decenas de documentos académicos en conjunto y en la primera administración de Sebastián Piñera, cuando Larraín también fue designado titular de Hacienda, Cerda lo acompañó como su jefe de asesores y coordinador macroeconómico de la cartera.

Una vez finalizado ese gobierno, ambos se abocaron a la creación de Clapes-UC, un centro de pensamiento al alero de la Universidad Católica cuya misión principal apunta al “estudio, generación de conocimiento y difusión de materias que permitan analizar políticas de carácter económico y social para Chile, Latinoamérica y el mundo emergente”, según consigna su página web. Allí, Cerda se desempeñó como director alterno. “En pocos años, y de la mano de Rodrigo, Clapes se convirtió en uno de los centros de pensamiento más influyentes del país. Esto denota el olfato político que posee”, acota una persona que trabajó con él en el primer gobierno de Piñera. 

Durante la pasada campaña presidencial, tanto Larraín como Cerda trabajaron intensamente en la elaboración del programa de gobierno de Sebastián Piñera. “En la práctica, Rodrigo fue un verdadero director de presupuesto durante esa instancia. A él le correspondió calcular el valor del programa y poner los énfasis de gastos y posibles recortes y reasignaciones para hacer cuadrar las cuentas con los objetivos que Piñera y su equipo tenían en mente”, asegura un activo participante del comando presidencial, quien agrega que el Mandatario confía mucho en el criterio de Cerda. 

Por eso, en el círculo cercano del Presidente no había dudas: Rodrigo Cerda siempre fue carta segura para ocupar el máximo sillón de la Dipres. Y hoy, instalado en ese puesto, recibe varias veces durante la semana sus llamadas telefónicas: “Piñera valora el detalle con que maneja las cuentas fiscales y su visión para analizar en qué es necesario gastar los dineros y los temas que pueden esperar o directamente desecharse”, sostiene un cercano a ambos. Y añade: “De alguna manera, Rodrigo también hace mucha política pública, porque su trabajo va más allá de hacer el informe financiero de las iniciativas gubernamentales. En esos documentos no hay solo números, también se incluyen análisis de los efectos sociales y eso incide directamente en el diseño”.

No es una tarea fácil. “La palabra que más repite el director de presupuesto es ‘no’, pues las necesidades son infinitas, pero los recursos muy limitados”, complementa un alto funcionario de esa división. Es el mantra de todo quien se viste de Dipres.

En todos lados

Instalado desde el 11 de marzo en Teatinos 120, Rodrigo Cerda es uno de los primeros en llegar al Ministerio de Hacienda, edifico donde se alojan las dependencias de la Dirección de Presupuestos. Lo hace siempre en su auto particular, a eso de las 8:30 AM. Es también uno de los últimos en dejar esas oficinas, nunca antes de las 20:30 horas.

Quienes dicen conocerlo de cerca aseguran que goza de un carácter sencillo y sereno, pero que no duda en defender con aplomo sus puntos de vista. “Pese a la cercanía que mantiene con el ministro Larraín, es capaz de disentir de él cuando lo cree necesario. Pero eso pasa poco, porque en general piensan parecido. Eso permite una relación fluida sin que uno esté al servicio del otro”, afirma un alto funcionario de Hacienda. “Cerda tiene ideas propias y es muy claro al momento de expresarlas. Pero también es un hombre que es capaz de sumarse a otras causas y equipos, y eso, lejos de demostrar falta de independencia, es un valor”, agrega un exfuncionario de Hacienda durante 2010 y 2014.

No todos piensan igual, sobre todo cuando se le compara con la economista Rosanna Costa. La actual consejera del Banco Central dirigió la Dipres durante la primera administración Piñera. “Ella era sumamente autónoma y, aunque tenía buena relación con Larraín, era capaz de disentir, aunque siempre en privado. Cuesta pensar que Rodrigo logre el mismo nivel de independencia. Su carrera se ha desarrollado al alero de Felipe y eso puede complicar las cosas”, comenta un asesor externo del Gobierno.

Con todo, la acción concreta de Cerda excede con creces a la cartera de Hacienda. Junto con el jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet, y la jefa de la división jurídica de la Segpres, Fernanda Garcés, el director de Presupuestos asiste a todas las bilaterales que el Presidente Piñera sostiene con sus ministros. El Mandatario define cuáles serán los temas que se tratarán, ya sea un proyecto de ley en específico o temas coyunturales, pero sea cual sea la temática debe estar presente Cerda o bien alguno de los dos subdirectores de la Dipres, en caso de que él no pueda asistir.

“La mayoría de las decisiones del Ejecutivo implica gastos. El Presidente es bueno con los números y conoce bien las urgencias, pero no tiene por qué manejar el detalle presupuestario de cada ministerio. La misión del Dipres en estas reuniones es aconsejarlo en esas materias”, explica un alto funcionario de esa repartición. Agrega que siempre solicitan a las diferentes carteras que envíen sus presentaciones con anticipación para poder analizarlas.

Con esa información en mano, se estudia si es posible dar el visto bueno financiero inmediatamente a las medidas, o si es preferible extender los plazos, reasignar recursos o simplemente descartarlas. Para este análisis, la Dipres cuenta con un departamento de estudios compuesto por cerca de 20 personas. En el caso de esta administración, muchos de los profesionales de esta división son personas elegidas por el propio Cerda y cuentan con toda su confianza.

Además, están los “sectoriales”, como se conoce coloquialmente a más de 60 funcionarios de carrera -muchos de los cuales tienen más de 20 años en sus cargos-, que manejan al detalle el funcionamiento y los diversos programas de las distintas carteras y organismos públicos. “La Dipres es la gran institución revisora de las iniciativas gubernamentales, sobre todo en la línea de que cuesten realmente lo que dicen sus impulsores que van a costar”, añade un alto funcionario de Hacienda.

La coordinación con el gabinete no termina ahí. Dependiendo de las prioridades gubernamentales, las reuniones con diversos ministros o miembros del segundo piso pueden ser más frecuentes. “Por ejemplo, este año Cerda ha tenido más de 15 reuniones con el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, para coordinar los dineros necesarios para llevar a cabo el Plan Impulso Araucanía y los temas de infancia. Las reuniones con el titular de Hacienda para analizar el proyecto de modernización tributaria también fueron innumerables, lo mismo en el caso de la reforma previsional”, revelan desde Dipres.

Asimismo, con Larroulet mantiene una relación fluida. “Se acercaron mucho durante la campaña de Piñera y como economistas hablan un lenguaje similar. Además de que ambos participan en todas las bilaterales, conversan permanentemente sobre la prioridades gubernamentales. Su coordinación es vital para llevar a buen puerto el plan que Piñera tiene en mente”, explican desde Presidencia.

Un negociador en el Congreso

Las redes de Rodrigo Cerda traspasan al Ejecutivo. Mucho de su quehacer también sucede en el Congreso, sobre todo en los meses en que se debe tramitar la ley de Presupuesto. Durante todo octubre fue común verlo a él o sus asesores más cercanos asistir a las diferentes subcomisiones para explicar los alcances y matices de la iniciativa presentada a fines de septiembre y que asciende a US$ 73.470 millones para el presupuesto 2019.

Este monto representa un incremento del 3,2% respecto a este año y una reducción del déficit fiscal consistente con las metas comprometidas por el actual Gobierno, según dijo el Presidente Piñera en la cadena nacional del 25 de septiembre. En esa oportunidad, el Mandatario agregó que el proyecto busca “recuperar la salud de las cuentas públicas y establecer un mejor trato con la clase media”.

Durante noviembre, el trabajo se ha enfocado en la Comisión Especial Mixta de Presupuestos. Es probable que en esa el proyecto sufra los mayores cambios, sobre todo considerando que la oposición tiene mayoría en ambas cámaras. “En general, los directores de la Dipres actúan como asistentes técnicos de los ministros de Hacienda durante la tramitación del presupuesto. Sin embargo, con Cerda ha sido distinto”, asegura el diputado Pablo Lorenzini, miembro histórico de la comisión mixta y presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja. Agrega: “Está muy empoderado y ha liderado la negociación. Cuenta con todo el apoyo de Larraín, quien en general interviene solo para temas políticos puntuales. El resto lo deja en las manos de Cerda, quien está muy presente y maneja activamente todos los detalles de la iniciativa. A veces parece ministro”. 

“Con Felipe Larraín se conocen desde hace años y han trabajado mucho juntos, hacen buen equipo. Es razonable, entonces, que el ministro le dé espacios de liderazgo en la tramitación del Presupuesto 2019, proyecto que Rodrigo maneja a cabalidad”, matiza el diputado UDI Patricio Melero, miembro de la comisión de Hacienda de la Cámara.

Para la negociación política, no obstante, la presencia del ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, y el subsecretario de esa cartera, Claudio Alvarado, es clave. También la intervenciones del ministro Larraín, quien cuenta con vasta experiencia en la materia tras los cuatro presupuestos negociados durante la primera administración de Sebastián Piñera. “Si bien Cerda ha tenido una participación activa durante todo este proeceso, aún persisten algunas dudas sobre su rol. A veces queda la sensación de que la estrategia del Gobierno apunta a que sea él quien hable para de esta manera no quemar a los ministros, y que sean estos los que al final se sienten a negociar los puntos más complicados”, reflexiona Lorenzini. 

Frente a estas dudas, Melero responde: “Siempre los Dipres son los malos de la película, los que muestran las frías cifras y ponen los frenos. Los ministros de Hacienda, en cambio, son los encargados de mostrar más sensibilidad y negociar. Ahora, a Rodrigo no lo han podido pillar, es muy sólido en su conocimiento y cuesta discutirle”.

En sus visitas al Congreso, Cerda también cuenta con la constante colaboración de los parlamentarios oficialistas pertenecientes a las comisiones de Hacienda: los diputados Patricio Melero, Guillermo Ramírez, Leopoldo Pérez, Alejandro Santana, Gastón Von  Mühlenbrock y Carlos Ignacio Kuschel, y los senadores Juan Antonio Coloma y José García Ruminot. Todos ellos participan en los ya clásicos “Lunes de Hacienda”, un tradicional almuerzo que se ha repetido en varios gobiernos para que la plana mayor de esa cartera coordine con sus parlamentarios las iniciativas legislativas. Así, en esta administración, el ministro Felipe Larraín; el subsecretario, Francisco Moreno, Rodrigo Cerda y los principales asesores de esa cartera lideran el encuentro cada lunes en el piso 12 de Teatinos 120. Esos encuentros le han permitido a Cerda entablar una estrecha relación colaborativa y de coordinación legislativa con los parlamentarios. 

“Rodrigo es una persona muy preparada. Ha comprendido rápidamente el juego político, pese a que venía de un mundo muy técnico y académico. Entiende la función parlamentaria y para ello ha sido clave su tolerancia y paciencia, además de su perspicacia para no pisar el palito: enfrenta y responde bien a los requerimientos de la oposición y no cae en las provocaciones”, sostiene el diputado Patricio Melero.

Con el equipo trabajando a toda máquina, Cerda está ad portas de enfrentar su partido más importante. La fase final de la tramitación del Presupuesto 2019 comienza el martes 13 de noviembre, día estipulado para que empiece la votación en Sala de la Cámara de Diputados, proceso que durará tres días, según el cronograma acordado. Para el martes 20 y el miércoles 21 de noviembre está programada la discusión y votación en la Sala del Senado. El plan también incluye el martes 27 y miércoles 28 de este mes para una eventual comisión mixta y despacho final del proyecto.

La contienda no se prevé nada de fácil. Nunca lo es. Pero en el entorno de Hacienda, con otros fanáticos del fútbol, confían en que Cerda logrará meter el gol ganador.

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