Ciudad

La ciudad está en deuda con la discapacidad

Imagen principal
CRISTOBAL ESCOBAR/AGENCIAUNO
POR Periodista Practicante |

Según el Senadis, un 16,7% de la población chilena tiene alguna discapacidad. Las leyes de accesibilidad universal están puestas sobre la mesa, pero un gran porcentaje de la ciudad aun no adopta el cambio.

Aproximadamente, y según cifras de la Organización Mundial de la Salud, una de cada 15.000 personas en el mundo tiene síndrome de Angelman, una enfermedad catalogada como rara por la institución y que provoca un retraso grave en el desarrollo.

Isabel Villalón es secretaria de la Asociación Nacional de Familias Angelman Chile, cuenta que la cantidad de personas que tienen este síndrome en el territorio nacional no superan los 110 casos. “Creemos que puede haber más niños pero que no están aún con el diagnóstico. Son exámenes caros y como se trata de un síndrome poco frecuente, los médicos no están acostumbrados a ver a estos niños, por lo que se pierden en el prediagnóstico”, comenta Villalón.

Su hijo, Mauricio, pronto cumplirá 17 años, mide 1,75 metros, pesa más de 80 kilos, tiene síndrome de Angelman y en muchos aspectos la ciudad no está preparada para recibirlo.

“Muchas veces si yo salgo con él he tenido que mudarlo. Es muy complejo, mi única opción para mudar a un adulto en un mall, restaurante o edificio publico es tirarlo al suelo”, comenta Villalón. “Me parece de una indignidad… no lo he hecho, me he devuelto con mi hijo mojado o hecho para tener que mudarlo en la casa”, agrega.

            

Discapacidad en Chile

El Estudio Nacional de Discapacidad (Endisc), elaborado en 2015 por el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), determinó que el 16,7% de la población chilena vive con alguna condición de discapacidad, es decir 2.836.818 personas.

Veredas disparejas y con hoyos, estacionamientos exclusivos que no se respetan, ascensores en mal estado, bicicletas en medio de la calle y falta de espacio para sillas de ruedas en restaurantes, son solo algunos de los problemas a los cuales se enfrentan día a día personas con movilidad reducida.  

“Cuando ponen las bicicletas en alguna parte arriba de la vereda, y pasa una persona ciega o en silla de ruedas, no puede andar bien porque choca con la bicicleta, la bota, y queda un poco la embarrada”, señala Estefani Leiva, estudiante de Psicología de la Universidad Católica y persona ciega.

Infraestructura que excluye

El pasado 4 de marzo venció el plazo, de tres años, para que las edificaciones de uso o atención a público, con fecha de solicitud de permiso posterior a 1994, se ajusten a las nuevas exigencias de accesibilidad contenidas en el Decreto 50 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo publicado en 2016.

“Todo edificio de uso público y todo aquel que, sin importar su carga de ocupación, preste un servicio a la comunidad, así como las edificaciones colectivas, deberán ser accesibles y utilizables en forma autovalente y sin dificultad por personas con discapacidad, especialmente por aquellas con movilidad reducida”, dicta el decreto.

“En Chile tenemos normas de accesibilidad del año 1995”, comenta Pamela Prett, directora de la Corporación Ciudad Accesible, en Voces de la Gran Ciudad. “Y ese gran tramo, que son los que hoy día están obligados a adaptar sus accesos son edificios que ya deberían haber partido con ciertas normas básica. El tema fue que durante aproximadamente 10 años no se cumplieron esas normas”, agrega.

A pesar de que el tiempo impuesto para solucionar el problema ya acabó, el panorama actual no resulta muy esperanzador, ya que el Senadis calcula que solo el 12% de edificios públicos cumple con la ley de accesibilidad. Esto luego de que entre 2017 y 2018 se realizara un estudio donde se catastró 1.000 de los casi 12.000 edificios públicos de Chile.

La deuda pendiente

Asimismo, desde Ciudad Accesible comentan que hace un año venció otro plazo: aquel que exigía que las vías públicas, pasarelas peatonales, parques, plazas y áreas verdes, sean accesibles y utilizables en forma autovalente y sin dificultad por personas con discapacidad.

Pero Pamela Prett afirma que, según su parecer, “lo peor sigue estando en nuestras veredas, se han ido sumando problemas que son bastante graves y que no se han ido regulando, como son las bicicletas y obstáculos que hoy día están en las veredas”.

Revisa la entrevista completa con Pamela Prett en Voces de la Gran Ciudad:

{{video:34753}}