Entretención

El futuro de la Antártica: ¿Cooperación y rivalidades?

Imagen principal
Mapamundi de Abraham Ortelius (1570). En el sur la Terra Australis Incognita.
POR Fernanda Valiente |

A las preocupaciones ambientales, como el aumento de la temperatura y los deshielos, se suma hoy el creciente aumento de la presencia china.

“La Antártica presenta condiciones ambientales extremas. Es importante tener en cuenta los imprevistos en la planificación de las actividades en terreno. Por ejemplo, el viento, las marejadas o el mal tiempo en general”, cuenta la bióloga marina Ximena Salinas, del Instituto Chileno Antártico

Quienes trabajan allí saben que su presencia debe ser casi imperceptible y generar el menor impacto posible en el medioambiente antártico. “No debo arrastrar equipos por el suelo. Es necesario caminar, de ser posible, por senderos establecidos y siempre con cuidado de no alterar el entorno. Si se requiere acampar, debo preferir lugares que hayan sido ocupados previamente, y estar atento a que no se vuele parte de mi equipo”, agrega. 

La Antártica se rige por el Sistema del Tratado Antártico (STA), vigente desde 1961, en el contexto de los primeros años de la Guerra Fría. Y dentro de sus 12 signatarios se encuentra Chile.

La herencia de la zona 

“Los españoles tenían una noción de que existía una Terra Australis, que era tierra ignota. Incluso, lo sabían los griegos. Calcularon la superficie de la Tierra, pero se equivocaron por un octavo del tamaño“, dice Juan Pablo Toro, director ejecutivo de AthenaLab.

Siete países de esta lista tienen reclamaciones sobre el territorio antártico (Argentina, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelandia, Noruega y Reino Unido). Países como EE. UU. y Rusia reservaron su derecho de reclamaciones para después.

“En el caso de los científicos chilenos, nosotros heredamos los derechos que tenía la corona española. Entonces tenemos una base jurídica que viene de la colonia“, agrega Toro. 

La Antártica en peligro

Lo alarmante es que la zona se enfrenta a dos posibles “megatendencias”, como lo establecen los investigadores James Rogers, Andrew Foxall y Matthew Henderson del think tank Henry Jackson Society, en el informe “Chile y Hemisferio Sur. ¿Antártica en transición?“.

Los especialistas esperan una creciente competencia geopolítica en las siguientes tres décadas y un aceleramiento en el cambio climático (a nivel mundial se espera que la temperatura aumente entre 1,5° C y 2° C por sobre los niveles preindustriales para 2050).

“Últimamente lo más relevante en materia medioambiental es el tema de contaminación, específicamente los plásticos. Si bien siempre se pensó que los motivos eran de origen antrópico a causa de los visitantes a la Antártica, hoy se sabe que pueden llegar por corrientes oceánicas en forma de micro o nano plásticos”, agrega Salinas.

A propósito de la primera “megatendencia”, se cree que la localidad posee cantidades importantes de materias primas. Es decir, reservas de hidrocarburos (50 mil millones de barriles de petróleo) y gas natural (100 billones de metros cúbicos). Pero ellas se encuentran enterradas bajo 4,8 kilómetros de hielo, el que contiene el 90% del agua dulce del mundo.

{{noticia:88222}}

El territorio chileno 

La Antártica es parte del imaginario chileno desde principios del siglo XX, cuando se realizó la primera Expedición Antártica Chilena (1947-1948).

Fue hace ochenta años que se demarcó el Territorio Chileno Antártico entre los meridianos 53° y 90° de longitud oeste. Es decir, las reclamaciones se superponen parcialmente con las de Argentina y Reino Unido. 

Actualmente, Chile busca posicionarse a nivel regional en el contexto Indo-Pacífico, por lo que sus objetivos van más relacionados con los de Australia, Nueva Zelandia y Reino Unido.

{{noticia:88202}}

Coordinado por el Instituto Antártico Chileno (Inach) bajo la Dirección de Antártica del Ministerio de Relaciones Exteriores, Chile posiciona sus actividades en un nivel intermedio con financiamiento de la Ley de Presupuestos anual y de las Fuerzas Armadas.

Pero como establece el reporte, si Chile busca establecerse como “país puente” con la Antártica, es fundamental que no empodere involuntariamente a países revisionistas que, en el largo plazo, puedan ser contrarios a la posición e intereses antárticos del país o de sus aliados.

La estrategia nacional 

Dentro de la red de instalaciones civiles y militares chilenas, la principal consiste en la Base Presidente Eduardo Frei Montalva, administrada por las Fuerzas Armadas. Ella se ubica junto a la estación de investigación Profesor Julio Escudero, la cual tiene una capacidad máxima de 50 investigadores. Ambas se encuentran en la isla Rey Jorge.

Las otras instalaciones importantes consisten en la Base General Bernardo O’Higgins, ubicada en la península Antártica, seguida de la Base Naval Capitán Arturo Prat, en las islas Shetland del Sur. Pese a la fuerte presencia chilena en la zona, surge la interrogante de cuál es la verdadera estrategia nacional para la Antártica.

{{noticia:80112}}

En este contexto, el Tratado Antártico ratificado en 1959 y en vigencia desde 1961 se mantendrá hasta 2048. En tal fecha cualquier signatario podrá proponer modificaciones, pero ellas deberán contar con la aprobación del 75% de los signatarios con poder de decisión.

La presencia estadounidense 

Pese a que EE. UU. es un signatario original del Tratado Atlántico, no reclama ninguna porción de la Antártica y se niega a reconocer las reclamaciones territoriales de cualquier otro país.

{{noticia:81628}}

Sus investigaciones cuentan con un apoyo potente: el Programa Antártico de Estados Unidos es liderado por la Fundación Nacional para la Ciencia que dedicó US$ 488 millones al estudio de las regiones polares árticas y antárticas en 2019-2020.

Posee tres grandes estaciones científicas permanentes, incluida la estación en el Polo Sur geográfico. El núcleo de su presencia es la Base McMurdo, la más grande la Antártica (con una capacidad de 1.258 funcionarios), ubicada en la isla Ross. El promedio de otras instalaciones, como la Estación del Polo Sur Amundsen-Scott o la Estación Palmer, cuentan con alrededor de 3.500 trabajadores.

{{noticia:81694}}

Para 2029 Estados Unidos tiene previsto completar la adquisición de flotas rompehielos de seguridad polar capaces de garantizar una presencia persistente en las regiones ártica y antártica, como lo destacó en junio de 2020 la Casa Blanca en un memorando.

China también ha buscado profundizar su participación en la Antártica como un medio para elevar su perfil internacional en las últimas décadas. 

{{noticia:87630}}

La gestión en la zona para China representa una cuestión de orgullo nacional, de acuerdo con su aspiración como superpotencia. En este sentido, el Partido Comunista de China probablemente continuará su desarrollo en la zona, a pesar de los efectos del coronavirus. 

El análisis de los expertos

Como explica el profesor de geopolítica del Royal Holloway de la Universidad de Londres Klaus Dodds, “pese a la aparente marginalidad en términos geográficos de la Antártica es un territorio muy importante”.

{{noticia:86666}}

Dodds advierte que una de las grandes preocupaciones es que las capas de hielo se están derritiendo, y el océano alrededor se está calentando. “La pérdida de hielo tiene implicaciones en el nivel del mar. Y el poder de recursos del mar del sur llevó a discusiones políticas intensas acerca de cómo manejar las zonas marinas protegidas”, dice.

Por otro lado, se encuentra el factor geopolítico: el temor de que la cooperación sea reemplazada por rivalidades entre las grandes potencias (Estados Unidos, China y Rusia). 

Juan Pablo Toro añade que “hay una preocupación por las actividades chinas porque aumentó rápidamente su presencia en la Antártica. Están construyendo la quinta baste, visitan regularmente su rompe hielo y tiene su propia pista aérea”.

Las zonas grises 

Puede ser que China haya pasado desapercibido en el territorio. Pero las cosas han cambiado.

El país asiático “ha intentado crear algunas zonas restringidas en torno a monitoreos satelitales. Y el presidente chino Xi Jinping dijo que quería lograr que China fuese una potencia polar“, explica Toro.

{{noticia:80462}}

Sin embargo, la preocupación australiana por la presencia china va más allá de la Antártica. “Se presentan las tensiones del Indo-Pacífico. Está la disputa de la red 5G y también hubo polémica por el manejo de la pandemia. Entonces todo esto ha generado un mal clima que se extendería hasta la Antártica”, sostiene el periodista y director ejecutivo de AthenaLab.

De esta forma, si Australia decidiera cerrarle el paso a China a la región por el Puerto Howard, el país asiático se vería obligado a pasar por los puertos de Ushuaia en Nueva Zelanda o el de Punta Arenas en Chile.

Soberanía antártica

“Recientemente los expertos en política exterior y los medios, especialmente británicos, han comenzado a cuestionar los objetivos a largo plazo de China en la Antártica (como en otros lugares). Si estas metas comienzan a desafiar al Sistema del Tratado Antártico, es probable que esas preocupaciones aumenten”, dice James Rogers, académico del think tank Henry Jackson Society.

Sucede que el interés del Reino Unido en la Antártica es de larga data. Este se trata principalmente de demostrar soberanía sobre sus reclamos antárticos y de actuar como una potencia científica líder, particularmente en relación con la investigación en ciencias naturales y biológicas.

{{noticia:83142}}

Aunque los reclamos antárticos de Chile y el Reino Unido se superponen, ambos países han desarrollado una buena relación de cooperación en el continente sur. Rogers afirma que “esto refleja sus estrechas asociaciones de larga data en muchas otras áreas estratégicas, sus preocupaciones compartidas en relación con los diseños revisionistas y el comportamiento de ciertas potencias regionales en el Atlántico Sur y la Antártica”.