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Nicolás Cruz, arquitecto: “No creo que un virus haga una revolución”

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POR Rita Cox |

Aunque espera cambios, el director de Junto al Barrio y Base Pública dice que “va depender de la voluntad política de quienes pueden tomar esas determinaciones”.

Nicolás Cruz está convencido de que los barrios son el eje para crear una mejor ciudad; una ciudad más sustentable, más equitativa, más amistosa. Y cree que el estallido social ha confirmado su tesis. Cruz, arquitecto de 40 años, tiene especializaciones en Políticas Públicas y Sustentabilidad. Sin embargo, lo que realmente marcó su desarrollo profesional fue haber vivido durante dos años en la población Los Nogales, en Estación Central. Como consecuencia de esa experiencia, en 2009 creó la fundación Junto al Barrio, desde donde ya ha trabajado con cerca de cuarenta comunidades.

“Pude descubrir que en los barrios hay una potencia enorme, es decir, un montón de organizaciones y un capital social, un entretejido entre los vecinos, un sentido de colaboración mucho más rico que el que yo observaba desde el barrio en que yo había vivido, en un departamento donde apenas conocía al vecino. En las poblaciones hay clubes deportivos, juntas de vecinos, centros de padres y parroquias donde se reúne la comunidad, conversa y decide sobre su futuro”, dice Nicolás Cruz, entrevistado en el programa Plaza Pauta, de Radio PAUTA.

El trabajo de Junto al Barrio consiste en insertarse en poblaciones de alta vulnerabilidad y levantar junto a los vecinos proyectos de inversión social. “Donde hay un basural puede haber una plaza; donde hay un colegio puede haber un mejor colegio; y donde hay una sede social podemos armar una nueva y mejor. Trabajamos con arquitectos, antropólogos y sicólogos comunitarios en seguir fortaleciendo el tejido social del barrio y construir espacios publicos de calidad en esos territorios”, explica el también fundador y director de la fundación Base Pública.  

Junto al Barrio trabaja en el Barrio Las Palmas, en el Cerro Placeres de Valparaíso, desde el año 2018 junto a dirigentes y líderes comunitarios.

La importancia de la colaboración público privada

Para su ejecución, los proyectos liderados por Junto al Barrio cuentan con el apoyo económico y de equipos profesionales de empresas, “socios de largo aliento”, en palabras de Cruz. Junto al Barrio levanta fondos y sirve de brazo comunicante para que los municipios que no llegan a estos barrios de alta vulnerabilidad social puedan construir espacios públicos de calidad. “Trabajamos en una tríada que es municipio-fundación-empresa privada para levantar recursos de inversión en los territorios. Hoy más que nunca en el ámbito de la sostenibilidad la comunidad es importante, y después del 18 de octubre es aun más, porque la mayoría de los ciudadanos quieren que las empresas se involucren en los temas públicos”, dice Cruz. 

“Tanto Junto al Barrio como Base Pública buscan fortalecer la participación y el protagonismo de las personas en la construcción de los bienes públicos. Cuando vemos un estallido social con destrucción justamente de esos bienes públicos, nos damos cuenta de que hay una distancia entre las personas y aquellos bienes que hemos construido en el progreso de los países”, afirma Cruz, y profundiza: “Junto al Barrio vincula a los ciudadanos con la construcción de esos espacios públicos, entendiendo que el barrio es la primera comunidad en que las personas se encuentran y donde tienen que encontrar normas de convivencia”.

El barrio es, dice el arquitecto, “donde comenzamos a construir ciudadanía activa y diálogo social con otro. El barrio es donde construimos el país que somos. Si no nos respetamos en ese territorio o si no encontramos una política adecuada para discutir los ámbitos del barrio, es muy dificil un país con confianzas y una política que genere respeto”. Cuenta que en Base Pública vieron que sí se podían generar esas discusiones a nivel del barrio, hacer “una especie de Icare de la sociedad civil, un espacio de articulación, de reflexión, de encuentro y de diálogo”, explica, y destaca también la relevancia de la difusión: “Trabajamos con periodistas que difunden estos contenidos para que logren democratizarse”, cuenta.  

Los barrios y el Covid-19

La desigualdad de espacios urbanos entre diferentes comunas es una realidad que se discute hace tiempo. “Entre Vitacura y Puente Alto hay 18 metros cuadrados por persona de diferencia”, explica Cruz. Esto hace que la pandemia, y específicamente las medidas de aislamiento social y cuarentena, se vivan de maneras diferentes. Cuenta que en los barrios en que trabajan, con espacios públicos y privados escasos, “con el Covid-19 se hace más visible el problema de cómo en espacios reducidos podemos convivir y ahí se nota la precariedad de nuestra política habitacional y el problema del hacinamiento, particularmente el hacinamiento de muchas familias que han decidido vivir así para tener mejores vinculaciones con la ciudad, para estar más cerca de las oportunidades”.

Pero ese es recién el comienzo, porque el hacinamiento genera otros inconvenientes. “El problema de los allegados en Chile es gigantesco y también habla del acceso a la ciudad. Esa ciudad hoy está cortada, bloqueado el acceso a los bienes públicos de calidad, por tanto toda la vida se desarrolla al interior de los hogares y es un problema porque ahí está la violencia, el maltrato intrafamiliar, la violencia de género y en la infancia”, enumera.

El rol de los alcaldes

Lo ocurrido con la crisis social y luego con el Covid-19 es algo muy complejo, dice el fundador de Junto al Barrio, que releva la discusión sobre el rol de los alcaldes y de cómo bajar las políticas a las personas. “El 18 de octubre demostró que había una desvinculación total entre las necesidades de las personas y la política, y han sido los alcaldes los que han estado poniendo la pauta en los territorios. Por lo tanto, volvemos al barrio”, explica.

Nicolás Cruz subraya que “toda la discusión de las smart cities o las ciclovías son temas como de Canadá, de Chicago o de Barcelona, cuando muchas veces en las poblaciones el problema es que no tenemos veredas y el adulto mayor, o una persona con discapacidad, no pueden transitar por su barrio. Hay temas de dignidad del espacio público. Familias que se sienten excluidas por la vergüenza que les genera vivir en sus barrios o lo que a diario les genera vivir frente a un basural. Cuando las personas tienen que transportarse tanto tiempo desde los lugares de oportunidades de la ciudad hasta sus barrios periféricos, y notan el cambio que hay en el alumbrado público, las veredas, las áreas cafés y no verdes, se enfrentan a un asunto de dignidad, apreciación y oportunidades que el Estado les brinda. Esa inequidad expresa un desinterés de la política por mejorar la calidad de las personas”.   

“Todas las revoluciones, todos los cambios van a depender de las personas y de las sociedades. No creo que un virus haga la revolución. Tenemos una tremenda oportunidad de repensar nuestra sociedad. Yo creo que muchas cosas van a cambiar a partir del Covid, pero va a depender de la voluntad política de quienes pueden tomar esas determinaciones”, reflexiona el arquitecto, y comenta: “Bernardo Larraín decía en una entrevista que después del Covid no podemos volver al día antes del Covid. Creo que desde la crisis del 18 de octubre, y más con el Covid, se ha transfromado la política en cuanto al rol que tiene el Estado a escala comunal. Eso se transformó para siempre y es muy relevante”.

“A la gente le es mucho más cercano un alcalde que un diputado o un senador. Los nuevos tomadores de decisiones tendrían que pasar por la política de los territorios. Sería fantástico que ningún diputado o senador pudiera llegar a esos cargos sin antes ser alcalde”, propone Cruz.

Revise la conversación con Nicolás Cruz en Plaza Pauta