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Detenidos en Malasia: solos y sin ayuda

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Felipe Osiadacz (en foto) y Fernando Candia se encuentran desde agosto en prisión acusados por el homicidio de un hombre.
POR Matias Bobadilla |

Los jóvenes chilenos que arriesgan la horca han bajado 15 kilos en prisión, según asegura Rubén Parra, cercano a ellos.

Dos jóvenes chilenos, de viaje por Malasia, se encontraron siendo perseguidos dentro de su hostal por un hombre. En el lobby, continúa esta versión, la situación se agravó cuando el individuo tomó un vidrio roto y comenzó a atacarlos. Uno de los jóvenes lo redujo mientras esperaba a la policía. Sin embargo, cuando la policía llegó el hombre estaba muerto.

Esa es la historia que, según Rubén Parra, tiene a Fernando Candia y Felipe Osiadacz en la cárcel de Kuala Lumpur desde agosto del año pasado, luego de que el fiscal del caso pidera la pena más alta por el presunto homicidio: morir en la horca. “Ellos siempre pensaban que iban a hacer una declaración y quedarían libres. Siempre se sintieron víctimas, esto no fue una riña callejera como he escuchado en algunas partes”, dijo Parra a Primera Pauta de PAUTA100.5.

“A medida que fueron transcurriendo los días le tomaron la gravedad al caso. Cuando llegaron a la cárcel, Felipe se descompensó y estuvo cinco días hospitalizado. Están durmiendo en el piso y han bajado 15 kilos cada uno”, acusa.

Los detenidos se contactaron en noviembre con Parra pues sabían que había trabajado para el rey de Malasia. Ahí se conviritió en el asistente de los jóvenes, que están practicamente incomunicados en prisión. Durante los tres meses previos no tuvieron ningún tipo de ayuda: “[La ayuda de] El primer gobierno fue absolutamente nula y ahora igual lo encuentro tibio. La familia necesita más apoyo, que manden a una persona a hablar allá, no basta con un mail o un llamado telefónico”.

Parra se contactó con un amigo en Malasia que le explicó que es difícil que sean finalmente ejecutados, pese a lo que pide la fiscalía. Además, hay videos del hostal, testigos e informes del forense. “Él me decía que, en su opinión, era muy difícil que pasara. Las condenas a muerte son por casos que están totalmente aclarados. No es que cualquier persona le apliquen pena capital, no funciona así el sistema”.

Sin embargo, cuenta que para que se inicie el juicio el fiscal debe presentar el caso, lo que no ha hecho desde que fueron detenidos: “Mientras no llegue a la corte es muy difícil hacer algo. Y va a pasar un año sin que se presente en la corte”.