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El impacto del paro portuario en las reservas de restaurantes en Valparaíso

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Agencia UNO
POR Periodista Practicante |

Tras 35 días de paralización, el 21 de diciembre se depondría el paro portuario en Valparaíso. Los dueños de restaurantes como Espíritu Santo y La Caperucita y el Lobo evalúan el efecto de la huelga.

El llamado realizado por Francisco Báez, secretario del sindicato de Uniport de trabajadores portuarios en Valparaíso en que instaba a los turistas a no celebrar el Año Nuevo en el puerto, no hizo más que aumentar la preocupación de los comerciantes locales. Se trata de fechas relevantes para impulsar sus negocios.

Pero el 21 de diciembre, tras 35 días de paro, una noticia proveniente del vocero de los portuarios movilizados, Pablo Klimpel, esperanzó a los dueños de restaurantes. “Como asamblea aprobamos la contrapropuesta que elaboramos el día de ayer [jueves]. Ahora falta que la firmen los ministerios y la empresa”, señaló el dirigente. Junto con algunos trabajadores se trasladaba a Santiago para que el acuerdo sea firmado por las autoridades correspondientes.

Previamente a este anuncio, la situación en los más de 400 restaurantes porteños era, por decir lo menos, incierta con respecto a años anteriores. Para la noche de Año Nuevo, el restaurant El Peral tiene capacidad para atender a 50 personas aproximadamente, de las cuales la mitad ya están reservadas. Desde la administración del local señalaban que existía incertidumbre por el espectáculo de fuegos artificiales, aunque no había habido una disminución considerable en las reservas que esperaban, según comentaron antes de que se supiera del acuerdo portuario.

En Espíritu Santo, donde el año pasado en esta misma fecha ya tenían vendidas todas las reservaciones, esta temporada han sufrido un descenso de más del 50% en sus ventas, según cuentan. Hasta ahora sólo 10 personas, de las 35 que considera el lugar, han reservado para pasar la madrugada allí. Laura Moreno, dueña del local, señaló que se han visto muy afectados “porque la gente no quiere venir a Valparaíso. No sé qué va a pasar. Sobre todo hemos tenido bajas en el número de extranjeros que normalmente vienen”.

En La Caperucita y el Lobo hay más optimismo. Su dueño, Leonardo de la Iglesia, aseguró que las reservaciones no han bajado y que ya tienen vendidas dos tercios de las reservaciones. “Lo que sí ha ocurrido es que hay mucha incertidumbre. La gente llama y pregunta qué va a pasar con los fuegos artificiales. Yo les ofrezco que, si no llega a haber, se les devolverá la mitad de lo que pagaron”, señaló De la Iglesia.

Pero las circunstancias más complejas se dieron en el plan de Valparaíso, ya que algunos locales ubicados en el centro de la ciudad no pudieron ni siquiera abrir en estos días. “Aquí en el cerro nos salvamos de las lacrimógenas”, señaló Laura Moreno, dueña de Espíritu Santo. “Algunos locales más pequeños son los que más se han visto afectados por la baja de público, lo que en esta fecha es complicado porque es cuando más clientela hay”, complementó De la Iglesia.