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El sello Sichel aparece en La Araucanía, pero enfrenta a la oposición

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Agencia Uno
POR Maria Catalina |

Marcando el giro que dará a la cartera que dirige, el ministro de Desarrollo Social abrirá un espacio de revisión de la Consulta Indígena, proceso que ha sido cuestionado por comunidades y parlamentarios.

Hace dos semanas que el nuevo ministro de Desarrollo Social y Familia, Sebastián Sichel, fue designado oficialmente en el cargo por el Presidente Sebastián Piñera. Sus actividades las comenzó en terreno, visitando un albergue en Estación Central, pero también abordando una de las polémicas que afecta a la cartera que dirige: la Consulta Indígena.

Desde que dicho proceso participativo inició, el pasado 22 de mayo, ha sido blanco de críticas y cuestionamientos, especialmente desde los nueve pueblos indígenas a los que apunta. Por eso, la primera gran medida que Sichel definió -marcando cuál será su estilo de dirección, dicen en Palacio- es abrir un amplio espacio de revisión.

Si bien por el momento la consulta no se suspenderá, como pedían algunas comunidades y parlamentarios de oposición, al término de la primera etapa, se entrará en una suerte de “receso público”, para que el gabinete ministerial defina las modificaciones a aplicar, y luego, seguir adelante.

En esa etapa, como el ministro informó, se tomarán “todo el tiempo que sea necesario”.

Por eso, fuentes de La Moneda consultadas por PAUTA concuerdan en que la determinación ejemplifica las diferencias que Sichel comenzará a marcar respecto de su antecesor, Alfredo Moreno. Además, dicen las mismas fuentes, implica una contundente “señal política” que refleja el sello “mucho más social” que se le quiere dar a la cartera.

En la nueva etapa en la que entró el mandato de Sebastián Piñera, tras el cambio de gabinete, la intención es que Desarrollo Social “se enfoque en lo que a la gente realmente le importa”. Esa fue una de las razones por las que el primer viaje de Sichel fue precisamente a La Araucanía, donde se reunió con dirigentes, víctimas de violencia, gremios y líderes de comunidades mapuches.

¿Por qué se definió “pausar” la consulta?

En conversación con PAUTA, el subsecretario de Servicios Sociales, Sebastián Villarreal, explica que hacer una acabada revisión del proceso busca, por una parte, atender las inquietudes que se plantearon, pero también respetar lo comprometido en la agenda indígena diseñada.

Lo que está haciendo el Gobierno es “recoger las inquietudes que están planteando ciertas autoridades y comunidades. Está toda la voluntad de diálogo, de generar espacios, porque acá el que exista una obligación de hacer una consulta ha sido un logro, un avance que como país hemos tenido y que, por lo tanto, tenemos una responsabilidad de cuidar”, comenta.

Villarreal detalla que la aplicación de la consulta no es algo discrecional, sino que está normado. Fija el principio de flexibilidad al cual se está apelando y el que justamente permite que se puedan modificar ciertos aspectos, como, por ejemplo, los lugares donde se efectúa el proceso.

El subsecretario añade que se están analizando cómo se han llevado las comunicaciones con las diferentes comunidades, porque se han establecido “falsas verdades”, debido a varias falencias.

“Aquí nuevamente tenemos que seguir haciendo una gestión y no escatimar esfuerzos para dejar muy en claro cuáles son los principios que están detrás. En ningún caso esto pondrá en tela de juicio que las tierras indígenas seguirán siendo propiedad indígena”, recalcó Villarreal.

Valoración parlamentaria

A pesar de que en la práctica la consulta se mantendrá, parlamentarios de diferentes sectores han aplaudido la medida. Como parte de la bancada de senadores RN, Carmen Gloria Aravena (ex Evópoli), comenta a PAUTA que esta “consulta 2.0” en la que se trabajará, permitirá dar una mirada más horizontal al tema, ya que inicialmente estuvo “muy vinculada a los niveles centrales y los profesionales que la aplicaban. No entendían la plena realidad de cómo funciona el mundo indígena ni se articularon con actores locales”.

“Lo que ahora se plantea es que, si todo anda bien, somos eficientes y aprendemos la lección, debiéramos tener un buen proceso cerrado en marzo de 2020”, agrega la senadora en referencia a la materialización de las cinco etapas que contempla la consulta.

En la vereda contraria, el senador Francisco Huenchumilla (DC) indica que la determinación “es un acto de realismo político […] Me parece bien que el ministro rebobine lo que han hecho, para que esto tenga primero un diálogo y se llegue a ciertos acuerdos con las comunidades”, opina.

El pasado 18 de junio la Cámara de Diputados aprobó con 68 votos a favor un proyecto de acuerdo para pedir al Presidente Sebastián Piñera la suspensión de la consulta. El titular de la Cámara, Iván Flores (DC), asegura que esperaría que el receso acordado se traduzca en una suspensión definitiva.

Flores manifiesta a este medio que este proceso debe tener un sello “más adecuado a la lógica, los ritos y la cultura de los pueblos originarios y no imponer un diseño desde la burocracia tradicional. Espero que el ministro Sichel entienda bien […] Espero que lo que se ha hecho quede guardado, que sirva como referencia, pero que la consulta vuelva a partir como debió haber partido siempre”.

El diputado Ricardo Celis (PPD), integrante de la bancada indígena, sostiene que al notar que la consulta indígena ya no tiene piso político para su continuidad, el Gobierno no debiera retomarla. “Si el Gobierno quiere hacer eso, no tiene ningún sentido, porque no goza del beneplácito de las comunidades ni tiene piso político”, subraya Celis a PAUTA.

Sichel al Congreso

Las razones que se entregaron desde el Ejecutivo para poner en pausa la consulta no convencieron a la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios de la Cámara. Por eso, como comenta la presidenta de la instancia, Emilia Nuyado (PS), están evaluando invitar al ministro la semana del 8 de julio.

“El ministro está medio perdido, porque en las razones que ha entregado no ha abordado el fondo, que es que en esta consulta no hubo consentimiento de los pueblos respecto de las medidas a consultar. Dicen que ha habido violencia y problemas comunicacionales, pero eso no tiene nada que ver […] La violencia ha sido generada de parte del Gobierno, porque hacer una consulta sin el consentimiento de los pueblos es una violencia hacia ellos”, dice la diputada a PAUTA.

La idea, plantea, es recibir al secretario de Estado y plantearle lo que las comunidades han señalado, pues “no es llegar y tocar la Ley Indígena, que es el corazón que significa para los pueblos la tierra. Es un derecho que los pueblos han adquirido mediante la lucha”.

En la instancia, además, pretenden que el ministro Sichel explique mediante qué fórmula han alcanzado un nivel de alcance de la primera etapa del 70%, porque según la apreciación que tiene Nuyado, la mayoría de los pueblos ha rechazado el proceso.