Actualidad

Obispos latinoamericanos cierran filas detrás de Francisco

Imagen principal
Agencia Uno
POR Juan Manuel |

A una semana de que el exnuncio en EEUU, Carlo Maria Viganò, pidiera la renuncia del Papa, la conferencia episcopal chilena decidió dar su apoyo explícito al sumo pontífice. Así se agrega a la lista de otros obispados de la región.

Un “golpe de Estado interno”, una “guerra civil, una “lucha de bandos”. Esas son las palabras y el tono con el que los medios especializados y los vaticanistas se han referido a la pugna por la que está atravesando la Iglesia católica.

Se trata de la disputa de poder más significativa por la que ha pasado el Vaticano en los últimos cincuenta años. El conflicto se desató hace una semana -justo cuando el Papa terminaba su viaje a Irlanda para participar del Encuentro Mundial de Familias-. Así, el pasado 26 de agosto, el conservador exnuncio en Estados Unidos (EEUU), Carlo Maria Viganò, publicó una carta de 11 páginas en donde acusó al Papa Francisco de encubrir los abusos cometidos por el cardenal estadounidense Tehodore McCarrick y le pidió la renuncia.

Esta es la primera vez que un integrante ligado al cuerpo diplomático del Vaticano se atreve a levantar así de fuerte la voz en contra de la máxima autoridad del clero. Su misiva provocó una incendiaria disputa de poder interna entre los sectores conservadores, contrarios a las reformas de Francisco, y los sectores más progresistas, quienes ven con buenos ojos los cambios impulsados por el Papa y el tono de acogida con el cual se ha referido sobre todo a los temas de homosexualidad.

Ese mismo día Michael Sean Winters, periodista del National Catholic Reporter, alertó el apoyo que necesitaría el Papa para enfrentar un ataque de estas proporciones. En primer lugar apuntó a la relevancia que tenía que los obispos estadounidenses cerraran filas detrás del Papa y también al apoyo que brindarían las conferencias episcopales del mundo. Eso, dijo en una columna, marcaría el escenario por donde se desarrollaría este conflicto.

La primera reacción vino de la Conferencia Episcopal de EEUU, la cual en la voz de su presidente, el cardenal Daniel DiNardo, decidió no tomar postura por ninguno de los bandos. En el comunicado publicado ese día, el prelado aseguró que: “Las preguntas planteadas merecen respuestas que sean concluyentes y basadas en pruebas (…) sin esas respuestas, las personas inocentes pueden estar contaminadas por acusaciones falsas y los culpables pueden volver a repetir los pecados del pasado”.

El escenario en América Latina

Una de las regiones del mundo que más se ha movilizado en favor de Francisco ha sido Latinoamérica. Los primeros en blindar al Papa fueron los obispos uruguayos a través de su conferencia episcopal. En un comunicado, difundido el lunes 27 de agosto, la entidad afirmó que en “medio de estos hechos dolorosos y vergonzosos, damos gracias a Dios por la conducción del Papa Francisco, que continuando la labor de los Papas anteriores, con mucha humildad y firmeza, ha manifestado tan claramente su postura en relación con los abusos en su última Carta al Pueblo de Dios”.

Dos días después, vino el turno de Perú. En una carta publicada el miércoles 29 de agosto, los obispos peruanos aseguraron que “frente a intentos de desestabilizar a la Iglesia y a su ministerio proclaman su fe en Cristo Resucitado y testimoniamos nuestro pleno, fraterno y episcopal respaldo a su lúcida, valiente y firme manera de conducir la barca de Cristo”.

Luego se sumó la Conferencia Episcopal Argentina que, en su misiva dirigida al sumo pontífice, comunicaron que como “Pueblo de Dios que peregrina en Argentina, pastores y fieles, queremos manifestarle nuestra fraterna y filial cercanía”.

La semana pasada también llegó respaldo desde Panamá. El 31 de agosto, los obispos de ese país le expresaron su férreo apoyo ya que estas acusaciones son muestra de las “resistencias ante la renovación y redirección impulsadas por usted para devolverle a la Iglesia Católica el verdadero rostro de Jesús y su Evangelio para que cumpla fielmente la misión encomendada por Él”.

A una semana de desatada la pugna, esta vez le tocó a Chile agregarse al listado de los países de la región que optaron por cerrar filas junto al Papa en uno de los momentos más difíciles de su pontificado. Todo esto en medio de la propia crisis por la que atraviesa la Conferencia Episcopal Chilena, en donde todos los obispos están renunciados a la espera de lo que decida Francisco.

En el documento difundido, los obispos chilenos manifiestan su cercanía y fidelidad “en este momento en que su persona está recibiendo injustos ataques como consecuencia de imprudentes apreciaciones e injustas imputaciones por parte de miembros de la misma Iglesia”.

A nivel de conferencias episcopales, Latinoamérica ha sido la región que más se ha movilizado para respaldar al Papa. En el resto del mundo, fueron los obispos españoles quienes también decidieron tomar partido por Francisco.

Sin embargo, no todas son buenas noticias para Francisco. Al menos ocho obispos estadounidenses optaron por situarse del lado de Viganò. Se trata de los obispos Joseph Strickland, David Konderla y Charles Chaput, entre otros. A ese mismo bando se suma el cardenal de EEUU Raymond Burke, el exconsejero de la nunciatura de EEUU Jean-Francois Lantheaume y también obispos de otros países, como Athanasius Scheneider, prelado de Kazajistán.

Un díficil panorama para Francisco

El escenario es bastante adverso para Francisco. Por estos días deberá hacerse cargo de varios frentes. Por un lado, la crisis mundial desatada por los abusos cometidos por clérigos, así como también monitorear realidades locales como la chilena o la estadounidense y además ahora se le abre un nuevo frente y aún más complejo: la propia lucha interna que vive al interior del Vaticano y que es liderada por sus detractores.

El Papa ha preferido guardar silencio. Este lunes 3 de septiembre al ser consultado por esta situación, sólo se limitó a decir que “la verdad es suave, la verdad es silenciosa, con las personas que buscan solamente el escándalo, que buscan solamente la división, el único camino a seguir es el del silencio y la oración”. El sumo pontífice apostó a que fueran los periodistas y medios de comunicación los que desmientan los hechos que le son imputados por Viganò. Por eso hasta el momento, desde la oficina de prensa del Vaticano no ha salido ninguna confirmación o desmentido oficial respecto al enorme listado de hechos acusados por el exnuncio.

Con todo, tal como lo dijo la vaticanista argentina Elisabetta Piqué, el ataque de Viganò es el fiel reflejo de que Francisco está “en un nido de víboras” y por eso es importante ver cómo se desmienten o confirman las acusaciones del exnuncio y la capacidad del Papa para sortear con éxito una de las pugnas vaticanas más explosivas de las últimas décadas.