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El motor de Ferrari que parece rugir demasiado

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Ferrari
POR Francisca Vargas |

En 2019, Red Bull tuvo sospechas de ilegalidades en la unidad de potencia de Ferrari. A ellos se sumaron Mercedes y otras cinco escuderías. La FIA llegó a un acuerdo confidencial con los italianos.

En 2005 y con 31 años, Christian Horner (expiloto de automovilismo) fue elegido para comandar la nueva escudería que entraba a la Fórmula 1: la austríaca Red Bull. Siendo el team principal más joven en la historia, fue el encargado de trazar la hoja de ruta del equipo que en ese entonces formaba con un 1-2 con David Coulthard y Christian Klien.

Hasta 2019, la escudería que ganó cuatro títulos mundiales seguidos con Sebastian Vettel, y que hoy tiene como número uno al holandés Max Verstappen, solo destacaba en pista. Pero luego del receso de verano de la temporada pasada, fue precisamente Horner (aunque con una sensación compartida por varios) el que retomó el protagonismo para hacer una acusación formal: el motor de Ferrari no sería completamente legal.

“Sí, hemos enviado varias sospechas a la FIA, pero aún no hemos recibido una respuesta de ellos”. ¿Pero cuál era el motivo específico que había llevado a Horner a acudir a la Federación Internacional de Automovilismo?: “Estamos hablando de 40 kW, el Ferrari tiene más potencia que los demás”, aseguraba en ese entonces.

Los ojos pegados en los italianos

MGU-K (Motor Generator Unit-Kinetic) es la evolución de lo que antes se conocía como KERS. La función por excelencia de esta unidad de potencia es transformar el movimiento del monoplaza en energía eléctrica, de manera que cuando los pilotos aceleren, se produzca automáticamente un aumento en la potencia (transmitida al eje del motor). En el reglamento de la Fórmula 1 se indica que la máxima capacidad de energía que pueden recuperar los autos son 120kW, pero las sospechas esbozaban que Ferrari recuperaba más que eso.

Si bien Horner dio las primeras luces de una queja que luego se extendió hasta Mercedes, fue el ingeniero jefe de Red Bull, Paul Monaghan, quien oficializó el reclamo. De acuerdo con sus argumentos, Ferrari cumplía con los requisitos, pero lograban un mayor flujo de combustible.

Todo esto se dio luego de los tres triunfos consecutivos de los de Maranello en Bélgica, Italia y Singapur, con Charles Leclerc quedándose con las dos primeras y Vettel con la última. Pero fue en casa que Ferrari empezó a rodar cerca de un segundo más rápido que los demás en las rectas. A partir de ese momento, los ojos no se despegaron de los italianos.

El Gran Premio de Estados Unidos

Aumentaron los controles, sobre todo desde el Gran Premio de Estados Unidos, fecha del campeonato mundial en la que tanto Vettel como Leclerc corrieron a una velocidad considerablemente menor que en las fechas anteriores. Más sospechas aun, dijeron algunos pilotos, entre los que destacó el alegato de Verstappen: “Eso pasa cuando dejas de hacer trampas. Está claro. Pero sí, le dieron una buena revisada. Ahora tenemos que mantenernos atentos, sin dudas”.

En ese momento, Leclerc le respondió duramente: “Creo que es una broma, para ser sincero. No tiene ni idea. No está en el equipo. Sabemos exactamente lo que estamos haciendo. No sé por qué habla. No sabe nada de nosotros”. Y ese no saber nada se convirtió en una regla.

La incautación de piezas

El Gran Premio de Interlagos (Brasil) tenía de todo para ser una jornada tranquila en Ferrari, pero un problema fuera de pista rompió con esa calma que hace ya varias fechas no sentían. En el mismo circuito, la FIA incautó algunas piezas del sistema de combustible para analizarlas en su laboratorio (Haas y Alfa Romeo, motorizados por los italianos, fueron parte de ese proceso).

Desde ese día en adelante, nada más se supo. Las investigaciones daban para que los equipos pensaran en una posible resolución, pero no fue así. Parte de las siete líneas y media del comunicado dado a conocer en la página web de la federación indicaban que “la FIA anuncia que, después de investigaciones técnicas exhaustivas, ha concluido su análisis del funcionamiento de la Unidad de Potencia de Fórmula 1 de la Scuderia Ferrari y ha llegado a un acuerdo con el equipo. Los detalles del acuerdo permanecerán entre las partes”.

¿Hubo irregularidades?

No hubo respuesta. Ante ello, los equipos se unieron para manifestar formalmente su disconformidad con el modo en que había sido resuelta la investigación. McLaren, Mercedes, Red Bull, Racing Point, Renault, Alpha Tauri y Williams emplazaron al ente rector del automovilismo mundial:

“Tras meses de investigaciones realizadas por la FIA solo a raíz de las consultas planteadas por otros equipos, nos oponemos firmemente a que la FIA llegue a un acuerdo de solución confidencial con Ferrari para concluir este asunto. Por lo tanto, declaramos públicamente nuestro compromiso compartido de buscar una resolución completa y adecuada en este asunto, para garantizar que nuestro deporte trate a todos los competidores de manera justa y equitativa […]”.

Como si fuera un intercambio de palabras en persona, Jean Todt (presidente de la FIA) respondió a las acusaciones con cuatro palabras que lo resumen: no se demostraron infracciones.

El diálogo sigue, pero lejos de entregar una sentencia por parte de quien encabezó las investigaciones y que propuso a los mismos equipos levantar una solicitud para llevar a cabo el proceso.

Si bien el presidente de la FIA reconoció que Ferrari (escudería en la cual trabajó entre 1993 y 2009) recibirá un castigo, este no se hará público. Créditos: Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Si bien el presidente de la FIA reconoció que Ferrari (escudería en la cual trabajó entre 1993 y 2009) recibirá un castigo, este no se hará público.
Créditos: Federación Internacional de Automovilismo (FIA).

Pero hubo un acuerdo “confidencial”

En entrevista con L’Equipe, Todt confirmó que Ferrari nunca reconoció haber cometido irregularidades en su motor, razón por la cual podían ir a una Corte de Apelación sin tener certezas de cuánto demoraría el proceso. Como no era “del interés del deporte alcanzar ese nivel de litigaciones”, dijo, llegaron a un “acuerdo confidencial con Ferrari”, que fue petición de la misma escudería.

Ante la pregunta de si está de acuerdo con que, tras este acuerdo, siempre habrá dudas sobre la legalidad del Ferrari de 2019, el periódico francés detalla cuál fue la reacción del expiloto: “Absolutamente (silencio largo), absolutamente)”.