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Fondos mutuos argentinos bloquean rescates ante desbandada

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Bloomberg
POR Maria del |

La medida no solo afecta a los inversionistas particulares; también las pequeñas empresas que invirtieron en estos instrumentos se están viendo afectadas.

Desde el momento en que Jorge Garbero entró a su oficina en el Banco Nación en Buenos Aires el jueves, su teléfono no dejó de sonar. Las llamadas entraban, una tras otra, de clientes de fondos mutuos desesperados por sacar su dinero.

“Ha sido un diluvio”, dijo Garbero mientras almorzaba en el centro.

La noche anterior, el gobierno del presidente Mauricio Macri anunció que obligaría a los inversionistas locales en bonos a aceptar vencimientos más largos como parte de una serie de medidas destinadas a frenar las salidas de capital y estabilizar el peso.

La prisa por las salidas fue tan intensa que más de una docena de fondos mutuos locales dijeron a los reguladores que estaban suspendiendo temporalmente las redenciones. La reacción en los mercados extranjeros también fue rápida. Los bonos denominados en dólares del país cayeron a un récord de 40 centavos por dólar, y el índice bursátil de referencia alcanzó un mínimo de dos años. Al final del día, S&P Global Ratings declaró a Argentina en incumplimiento.

“Por ahora, hay demasiada incertidumbre para que los inversionistas se sientan cómodos”, explica James Barrineau, jefe de deuda de mercados emergentes de Schroders. “Creo que el gobierno quería detener primero el desangre en el mercado local y luego abordar problemas de deuda más amplios”.

El plan de Macri para retrasar los pagos de una deuda de US$ 101.000 millones pareció ayudar al peso: después de caer inicialmente, terminó el día un poco más alto. Pero aún está por verse si la apuesta ayudará a evitar otra reestructuración dolorosa por parte de un país que se ha ganado la reputación de moroso en serie durante el siglo pasado (en 2001, Argentina golpeó a los acreedores con el mayor incumplimiento en la historia, deteniendo los pagos de US$ 95.000 millones en bonos).

Las notas internacionales denominadas en dólares con vencimiento en 2028 cayeron por cuarto día a 40,2 centavos por dólar. El índice de renta variable Merval perdió 5,8%. El peso ganó 0,4% a 57,9 por dólar.

Intento arriesgado

Con la economía sumida en una profunda recesión, la inflación disparada y la poca disposición de los inversionistas para renovar la deuda a corto plazo, Macri no tuvo más remedio que tomar medidas drásticas en el período previo a una elección que seguramente perderá. Unas elecciones primarias celebradas a principios de este mes, que sirvieron como ensayo para la votación real del 27 de octubre, desencadenó la profundización de una crisis financiera de un año cuando mostró que Macri, un defensor del libre mercado, estaba detrás del candidato de izquierda Alberto Fernández por un amplio margen.

No está claro qué tan exitoso será Macri en su intento de reducir la presión financiera que enfrenta su administración. Argentina busca retrasar los pagos de US$ 7.000 millones en notas a corto plazo que vencen a fin de año, US$ 20.000 millones en bonos de derecho local y US$ 30.000 millones en bonos de derecho extranjero.

Las reservas de moneda extranjera se han desplomado US$ 10.000 millones durante el mes pasado, incluida una disminución de aproximadamente US$ 900 millones el jueves, a menos de US$ 60.000 millones ahora.

Los fondos mutuos congelaron las operaciones en medio de discusiones con el gobierno sobre cómo frenar las redenciones de los inversionistas minoristas, y al final del día los reguladores anunciaron que los tenedores individuales de fondos mutuos de deuda estarían exentos de tener que renovar sus posiciones.

“La industria de fondos mutuos debería verse gravemente afectada”, escribieron analistas de BNP Paribas dirigidos por Gabriel Gersztein en una nota titulada “El principio del fin”.

Futuro difícil

Varios gestores de fondos todavía estaban considerando si permitir a los inversionistas salir de los fondos.

“Esperamos que en el futuro entremos en una dinámica de redención difícil”, afirma Fernando Caffa, socio de Compass Group, que administra fondos mutuos, en Buenos Aires.

El problema se extiende más allá de los individuos. Las pequeñas y medianas empresas que invirtieron en fondos mutuos para hacer crecer su capital también están buscando retirarse, según Caffa.

S&P redujo la calificación de deuda externa y local de Argentina a “incumplimiento selectivo” el jueves por la noche, diciendo que el plan de extender unilateralmente los vencimientos de las letras a corto plazo “constituye incumplimiento bajo nuestros criterios”.

Macri asumió el cargo hace menos de cuatro años, en medio de una ola de optimismo que provocó un diluvio de inversiones en la segunda economía más grande de América del Sur. Resolvió demandas de acreedores que se habían prolongado durante más de una década y regresó a los mercados mundiales de capital con bombos y platillos, vendiendo bonos con vencimiento a 100 años.

Pero pronto se topó con algunos obstáculos, desde una inflación persistente que no pudo controlar hasta una guerra comercial global que frustraba sus objetivos de libre mercado. Un aumento económico esperado nunca se materializó, por lo que el gobierno quedó con una carga de deuda que ahora es demasiado grande para manejar.

Silencio de Fernández

Macri habló el jueves por la mañana para pedir cooperación y diálogo con la oposición y dijo que su gobierno está abordando el problema de la deuda. El equipo de Fernández, después de decir inicialmente que emitiría una declaración el jueves, no ha expresado su opinión sobre la situación. Es probable que Fernández se posesione como el próximo presidente del país el 10 de diciembre.

“Mucho dependerá de cómo Alberto Fernández decida manejarlo”, asegura Jens Nystedt, gerente de cartera de EMSO Asset Management en Nueva York. “Con su apoyo, esta podría ser una fuente importante de estabilidad en el futuro, pero necesita ser mucho más claro acerca de la responsabilidad mutua de todos los candidatos”.

Garbero, el asesor de inversiones de Banco Nación, se siente bastante bien protegido del tumulto económico. No tiene muchos ahorros, por lo que no le preocupa una devaluación. Y, de hecho, dado que tiene deudas denominadas en pesos, un brote de inflación y una moneda más débil en realidad facilitarían el pago de sus obligaciones.

Pero Garbero está preocupado por su hija, que trabaja para el proveedor de atención médica Swiss Medical Group. Esto se debe a que el propietario de la compañía, Claudio Belocopitt, dijo en una entrevista televisiva el miércoles por la noche que no estaba seguro de poder pagar salarios o comprar medicamentos porque la compañía ha invertido en valores a corto plazo que se verán afectados por el retraso.

“Le preguntaría al ministro de Hacienda si alguna vez tuvo que pagar salarios”, dijo Belocopitt.