Economía

Dos de cada tres empresas que pararon sus ventas en 2020 lograron recuperarse

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Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

Los datos del Banco Central muestran que el escenario de una quiebra masiva de empresas debido a los confinamientos del inicio de la pandemia estaría descartado.

Al comienzo de la pandemia, uno de los efectos más temidos en materia ecócomica era una quiebra masiva de empresas debido a las restricciones a la movilidad, que afectaron simultáneamente el funcionamiento de las firmas, sus cadenas de abastecimiento y sus ventas. Pero ese escenario, a estas alturas, parece descartado.

En el último Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central revela que las empresas mostraron una significativa tasa de sobrevivencia al peor shock económico de los últimos 40 años: dos de cada tres compañías que en algún momento dejaron de reportar sus ventas por tres meses o más en 2020, lograron recuperarse durante el año. Esto contribuye a explicar “la recuperación más rápida que tuvo la actividad en la última parte del 2020”, dice el documento. 

El Banco Central atribuye esta sobrevivencia a los programas de crédito con garantía estatal para las empresas impulsados por el Gobierno, la línea de financiamiento para estimular a los bancos a otorgar préstamos y también al aprendizaje de las firmas que pudieron adaptarse al confinamiento y funcionar.

Aunque al análisis hay que incorporarle otras dimensiones (como el endeudamiento y el empleo), según la entidad esta resiliencia empresarial es “una buena noticia respecto de la magnitud de las cicatrices de la pandemia, sugiriendo que escenarios más negativos respecto de la salud del sector productivo chileno se habrían evitado hasta ahora”. 

Monitoreando las ventas

La actividad de las empresas en la pandemia se puede monitorear en detalle (y casi en tiempo real) gracias a una fuente de información que no existía en crisis anteriores: la factura electrónica, que las empresas emiten por cada venta. Cada RUT que registra ventas debe informar mensualmente al Servicio de Impuestos Internos (SII) el pago del IVA y los impuestos provisionales correspondientes

Entre febrero y junio del 2020, el número de empresas que registraron ventas se redujo desde 650 mil a 550 mil. Las firmas que dejaron de reportar ventas o que registraron caídas pronunciadas se concentraron especialmente en los rubros de restaurantes y hoteles; servicios personales, vivienda y construcción.

Luego que la economía tocara su punto más bajo en mayo (-15,3%), esta tendencia comenzó a revertirse. En el IPoM de septiembre se precisó que las empresas que obtuvieron créditos en últimos meses redujeron su probabilidad de dejar de reportar ventas en junio y julio.

El mayor número de compañías operando desde mediados de 2020 responde tanto a firmas que recuperaron sus ventas como a la creación de nuevas empresas: ambos escenarios también ayudaron a restablecer “las interconexiones comerciales entre las empresas y sus proveedores, cuya caída había sido señalada como preocupante”, dice el Banco Central.

Las que sobreviven

La cifras del Banco Central muestran que 2020 cerró con 670 mil empresas informando ventas mensuales, 20 mil más que las registradas en febrero. 

En esta recuperación hay varios movimientos que ocurren simultáneamente en el período analizado, de febrero a diciembre. Por un lado, hay 100 mil empresas aparecen por primera vez en los registros tributarios; otras 340 mil dejan de reportar ventas por tres meses o más; 230 mil compañías reanudan su actividad después de haber dejado de hacerlo durante un trimestre o incluso más tiempo (empresas re-entrantes). Además, hay 30 mil que tienen un comportamiento que no permite catalogarlas en las anteriores categorías.

En general, en este periodo hay 110 mil firmas que dejaron de reportar ventas y no lograron recuperarse, pero no es posible saber si eso responde a un cierre transitorio o definitivo.

El total de nuevas firmas creadas durante la crisis sanitaria fue solo 10% menor a las 110 mil creadas en igual periodo de 2018 (se excluye 2019 por la disrupción que implicó el estallido social). Estas nóveles compañías tienen una “composición sectorial, tamaño, e intensidad de contratación que no distan mucho de los patrones históricos”, sostiene el reporte.