Economía

El alza del salario mínimo podría dejar hasta 14 mil trabajadores desempleados

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POR Marcela Gómez |

El informe de productividad elaborado por el Gobierno apunta que hasta 37 mil personas caerían en informalidad, pero 33 mil asalariados saldrían de la pobreza.

Un alza por sobre el 5% nominal planteado por el Gobierno para el salario mínimo podría tener una serie de efectos negativos en empleo, informalidad y productividad. Así lo adelantó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, antes que se iniciara la discusión del salario mínimo en la Cámara de Diputados.

La iniciativa, que tiene urgencia de discusión inmediata, propone incrementar el ingreso mínimo mensual de $276.000 a $283.500 en agosto de 2018, incluyendo reajustes semestrales en 2019 y alzas anuales en enero de 2020, 2021 y 2022, abarcando así todo el periodo de la actual administración.

A partir del año próximo, el proyecto propone que para “equilibrar las exigencias de la realidad económica con el resguardo del poder adquisitivo de los trabajadores y del empleo”, los reajustes se relacionen con el crecimiento de la economía.

Para ello se emplearía el promedio del rango que el Banco Central proyecte respecto del aumento del PIB anual en el Informe de Política Monetaria (IPoM) más cercano a la fecha en que se aplicará el reajuste. Así, si el crecimiento proyectado está entre 0% y 2%, el ingreso mínimo subiría 3,5% nominal; si la proyección para el PIB se estima entre 2% y 4%, el alza sería de 4,5%. Si se prevé que la economía crecerá sobre 4%, el reajuste será de 4,5% nominal anual más los puntos porcentuales de la proyección sobre 4%. Por ejemplo, si la proyección sugiere que la economía crecerá 4,5% el reajuste será de 5 %

Costos y beneficios

El balance de beneficios y costos de la propuesta de reajuste plurianual al ingreso mínimo mensual formalizada por el Gobierno está incluido en el Informe de Productividad de la iniciativa, que acompaña al proyecto de ley.

En este documento se señala que el proyecto busca elevar, responsablemente, las condiciones de vida de aquellas personas afectas al salario mínimo y de aquellas que podrían entrar al mercado laboral y obtener salarios cercanos al mínimo. El texto estima que se trata de alrededor de 700.000 trabajadores.

En cuanto a los beneficios, el informe señala que dados los reajustes presentados en el proyecto de ley, los asalariados en situación de pobreza deberían disminuir desde el 5,4% registrado en enero de 2018 hasta alrededor de 4,7%. En específico, el aumento del salario mínimo y de los subsidios monetarios (asignación familiar y subsidio único familiar) “deberían sacar de la pobreza a alrededor de 33.000 asalariados aproximadamente, lo que representa una baja de alrededor de 13% en los asalariados en situación de pobreza respectivamente (del total de 254.518)”.

En cuanto a los costos, el informe agrega que aumentos importantes del salario mínimo podrían generar otros efectos adicionales. Entre ellos, efectos negativos en la probabilidad de mantenerse empleado, en la probabilidad de pasar a la informalidad y de encontrar empleo para aquellos que están buscando una plaza laboral. “Lo anterior será particularmente relevante para aquellos grupos de la población que están recibiendo el mínimo”, detalla el texto.

Agrega que los resultados sugieren que un “aumento plurianual en el salario mínimo, como lo planteado en el proyecto de ley presentado por el gobierno, reduciría el empleo de aquellos asalariados que estaban trabajando recibiendo rentas en torno al salario mínimo, en un rango entre 10.000 y 14.000 trabajadores, aproximadamente, entre julio 2018 y enero 2022″. Esto debido al mayor costo al que se ven enfrentados las empresas que pagan el salario mínimo, explica el informe.

Asimismo, “el incremento del salario mínimo produciría un aumento en la informalidad de entre 26.000 y 37.000 personas aproximadamente en el período julio 2018-enero 2022″.

El informe declara que las cifras del mercado laboral muestran que, si bien se está recuperando la capacidad de la economía de crear empleos de calidad, el crecimiento del empleo asalariado en el sector privado todavía no es suficientemente robusto y que las remuneraciones están creciendo a un ritmo muy bajo. “Ello, sugiere que el espacio para elevar el salario mínimo es más bien acotado, lo que llama a la prudencia en los reajustes sugeridos”, concluyó.