Economía

El menú de Larraín ante el Congreso: crecimento, deuda, ingresos, déficit e inversiones

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MInistro de Hacienda, junto a los pdtes de las comisiones de Hacienda de la Cámara y del Senado, presenta el Estado de la Hacienda Pública. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

Al iniciarse el debate del Presupuesto 2020, el titular de Hacienda rebajó de 3,2% a 2,6% la estimación de alza del PIB para 2019.

Era lo que se esperaba y el libreto se cumplió: en sintonía con la visión del mercado y del Banco Central, finalmente, el Gobierno ajustó a la baja sus expectativas para el crecimiento de la economía este año, llevándolas a 2,6% (el centro del rango entre 2,4% y 2,9%).

Hace un año, la estimación del Ejecutivo para el crecimiento de la economía 2019 fue de 3,8%. Tras un inicio de año donde la economía estuvo más débil de lo esperado y se sucedieron recortes a las proyecciones entre los agentes de mercado, la rebajó a 3,2% en junio.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, entró al abordaje de las nuevas cifras en el marco de la presentación del Estado de la Hacienda Pública ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, instancia que marca el inicio de la discusión del erario 2020. El titular de Hacienda sostuvo que sus proyecciones no han sido más optimistas que las de otras entidades y destacó especialmente la contribución que la inversión pública está haciendo al crecimiento, especialmente en los últimos meses. 

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“Para 2020 esperamos un mejor año”, dijo el ministro de Hacienda, y precisó que esperan que el PIB avance 3,3% (el punto medio del rango entre 3% y 3,5%). Esto gracias a una demanda interna más fortalecida que avanzaría desde el 2,8% previsto para el año en curso a 3,6%, asociada a la mayor fortaleza esperada en la inversión y el consumo. Asimismo, Hacienda trabaja con un precio del cobre previsto de US$ 2,85 la libra, cifra más alta que el US$ 2,75 proyectado para el presente ejercicio.

Deuda sigue creciendo

Un tema en que el Gobierno ha puesto mucho énfasis es la responsabilidad fiscal.

Ante los parlamentarios, el ministro ratificó el compromiso de llegar a la meta de un déficit estructural del 1% del PIB en 2022. En 2019 y 2020 el balance estimado es de sendos -1,4%, luego de un avance mayor a lo programado en 2018 gracias a los ingresos extraordinarios por US$ 1.000 millones que aportó la operación SQM-Tianqui. Para 2021 se espera un déficit de 1,2% del PIB.

En el caso de la aspiración del Ejecutivo de estabilizar la deuda pública como porcentaje del PIB, el logro se ve más difícil. Esto porque, según informó en su momento el ministro Larraín, a junio de 2018 la deuda bruta llegó a 23,7% del PIB y la deuda neta llega a un 4,6%; sin embargo, a junio de 2019 la deuda bruta siguió avanzando y llegó a 26,8% del PIB, mientras que la deuda neta llega a un 6%.

El dato es importante, ya que estabilizar la deuda tiene como objetivo allanar la recuperación de las calificaciones crediticias soberanas que otorgan las agencias internacionales. El titular de Hacienda enfatizó que el objetivo es “mostrar que la tasa de crecimiento de la deuda ha caído” y alertó sobre el gasto que implica el pago de intereses asociados al endeudamiento, que ascienden a US$ 2.646 millones en el Presupuesto 2020.

Ingresos por la Reforma Tributaria

Un tema que sigue generando roces entre Hacienda y la oposición es la incorporación al Presupuesto de US$ 390 millones que generarán algunos puntos de la Reforma Tributaria ya aprobados en primer trámite, pero que aún están pendientes de revisión en el Senado. Los recursos se incluyeron en la partida del Tesoro, desde donde podrían asignarse para gasto una vez que la Reforma Tributaria se promulgue.

A las críticas de los senadores Carlos Montes (PS) y Ricardo Lagos Weber (PPD) sobre este tema, el ministro Larraín respondió que el monto es apenas un 0,5% del total de recursos del Erario. “No quisiera que nos ahogáramos en un vaso de agua. Lo que debiera importar es que cumplamos con nuestros compromisos fiscales y lo que he mostrado es que hemos cumplido y sobrecumplido en materia fiscal, no solo en este gobierno, sino también en el primer gobierno del Presidente [Sebastián] Piñera“, afirmó.

La autoridad admitió que sumar recursos aún sometidos a debate legislativo es “una práctica, reconozco, que es inusual en el siguiente sentido: buscamos precedentes, pero no existen”.

Aceleración de inversiones

Otro tema que generó debate es el plan de aceleración de inversión pública que impulsa el Gobierno para empujar un mayor dinamismo económico. Aquí parlamentarios opositores plantearon sus dudas sobre el sello “reactivador” de un Presupuesto cuyo gasto crece en el mismo porcentaje que el PIB potencial, que no agrega un impulso extra.

A ello se suma la lenta ejecución presupuestaria de ministerios eminentemente inversores, como Vivienda y Obras Públicas. Según cifras de la Dirección de Presupuestos, a agosto ambas carteras mostraban variaciones negativas de su ejecución al comparar su avance 2019 respecto de 2018. “Lo que se muestra como aceleración de inversión es simplemente puesta al día de la subejecución o retraso del primer semestre”, planteó el senador Jorge Pizarro (DC).

El titular de Hacienda afirmó que en 2019 la ejecución presupuestaria llegará “sobre 99%”, ya que se proyecta “una aceleración de la ejecución importante en el segundo semestre, que es lo que normalmente ocurre”, pero además existe un estrecho monitoreo de Hacienda para que se concrete el gasto de capital aprobado.