Economía

Hacienda se reconoce más optimista que el mercado, pero “con razones”

Imagen principal
Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El ajuste a la baja en la proyección del crecimiento no convenció a la oposición, pero el ministro Larraín prevé que la economía avanzará 4% en el segundo semestre.

Más optimista que el mercado: así se reconoció el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, al defender la nueva proyección de crecimiento para 2019. Aunque mantiene el rango de 3,5%-3% formulado por el Presidente Sebastián Piñera en junio en la Cuenta Pública, señalizó un punto medio “sesgado a la baja” de 3,2%. Lograrlo “es un desafío”, apuntó, y agregó que en todo caso Chile superará el promedio de crecimiento de la región que llega a 1,3%, exceptuando a Venezuela.

La cifra, dijo la autoridad al entregar el Informe de Finanzas Públicas ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, es inferior que las estimaciones de los organismos internacionales y levemente superior a la del Banco Central, que en junio proyectó que el PIB crecería entre 2,75%-3,5% este año (con un punto medio en 3,1%).

Entre los parlamentarios opositores generó inquietud esta visión de la economía. El senador Jorge Pizarro (DC) advirtió que la cifra es inferior al 2,5% que proyecta el expresidente del Banco Central y exvocero de la campaña presidencial oficalista, Rodrigo Vergara. Su correligionario diputado José Miguel Ortiz agregó que para lograr la cifra que prevé Hacienda, en el segundo semestre del año la economía debería avanzar en torno al 4%.

“Somos más optimistas que el promedio de mercado”, sostuvo el titular de Hacienda, quien advirtió tanto en la Encuesta de Expectativas que recoge el Banco Central como en la de Consensus Forecast ese promedio está en 2,9%, que implícitamente considera una expansión cercana a 4% en la segunda mitad del año.

Añadió que la segunda mitad del año será mejor que la primera, basado en factores que tal vez no todos en el mercado están considerando. Primero, los efectos del medio punto de rebaja en la tasas de interés del Banco Central, “algo que no fue anticipado por el mercado, que genera una caída en las tasas cortas y de este modos permea a la estructura económica e impacta en las decisiones de consumo e inversión”. Aunque dijo que este efecto naturalmente no es inmediato, influye en las expectativas.

Un segundo factor es la Agenda de Aceleración Económica que busca apurar las obras públicas, las concesiones y la construcción de viviendas que puedan adquirirse con subsidios habitacionales, lo que implica adelantar gasto fiscal por US$2.400 millones.

Felipe Larraín aclaró que la proyección base mantiene la situación actual en cuanto a la guerra comercial, ya que, si existe un recrudecimiento, “nuestras proyecciones no son válidas y, si se arregla, ese escenario distinto, más favorable, nos permitiría pasar a la parte alta del rango [de crecimiento]”.

Menos ingresos, más déficit

En la instancia, también se actualizaron las estimaciones de las principales variables macroeconómicas. Destacaron la rebaja en la demanda interna y la proyección anual para el precio del cobre.

El ministro explicó que el efecto combinado de un menor PIB, un precio del cobre más bajo y la rebaja en la demanda interna se traduce en un aumento déficit efectivo. Se prevé una caída de los ingresos fiscales de $600 mil millones, que no logran ser compensados por el efecto de un tipo de cambio ahora $19 mayor.

Además, el gasto público anual subirá del 3,2% aprobado por el Congreso a 4% por efecto del cambio en la proyección para la inflación.

Así, el déficit efectivo anual aumentará desde el -1,8% del PIB estimado en marzo a un -2,1% del PIB. Será necesario programar nuevas emisiones de deuda para financiarlo. La medida estructural, en tanto, no sufrió cambios.