Por qué la electricidad fue el producto sorpresa en el alza del IPC
Con las tarifas de generación y distribución congeladas, la variación eléctrica fue inesperada. Algunos consumidores verá alzas ínfimas en sus cuentas de luz.
Con las tarifas de generación y distribución congeladas, la variación eléctrica fue inesperada. Algunos consumidores verá alzas ínfimas en sus cuentas de luz.
Un 30% de los consumidores arrienda sus medidores de luz. Crédito: Agencia Uno
El alza del IPC de 0,6% registrada el primer mes del año sacudió a las mesas de dinero, donde se esperaba un resultado más acotado. Rápidamente se revisaron los modelos predictivos, ya que aunque la diferencia fue estrechísima (dos o tres decimales), puede tener consecuencias millonarias en las operaciones que realizan las entidades financieras, inversionistas y empresas con activos denominados en UF.
Y los modelos arrojaron rápidamente cuál fue el factor sorpresa: la electricidad. Así lo reconoció Banchile Inversiones, que en su informe dijo que el alza de enero "fue impulsada por factores estacionales, incrementos de productos afectados por el precio del dólar y algunas sorpresas tal como el caso de la electricidad".
El IPC de enero subió 0,6%, lo que impediría que el Banco Central tenga más espacio para bajar la tasa de política monetaria durante sus próximas reuniones.
En el mercado no estaba prevista un alza. Esto, porque a fines de octubre se aprobó la Ley N°21.185, que congeló las tarifas eléctricas hasta fines de 2020 y en lo sucesivo se aplicaría solo el reajuste por IPC. Sin embargo, en el boletín que informa del IPC, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) detalló que en enero, el producto electricidad "presentó un aumento mensual de 3,0%, aportando 0,074 puntos porcentuales a la variación del indicador general, y una variación anual de 17,2%".
Sobre las dudas surgidas, el INE explicó que "el producto electricidad presenta variación positiva debido al reajuste del costo fijo asociado al arriendo de medidor por parte de las empresas de este sector. Lo que se encuentra congelado tiene relación con las tarifas eléctricas".
El director de estudios y regulación de la Asociación de Empresas Eléctricas, Javier Bustos, confirmó que las tarifas de la electricidad no han sufrido un incremento, ya que tras los cambios legales se estabilizaron los componentes de generación y de distribución de la tarifa.
La propuesta del Gobierno introducirá un fondo estabilizador con cargo a las generadoras hasta 2021. Luego, la caída en los valores de los contratos debiese hacer innecesario el uso de esta herramienta.
Explicó que hay algunos servicios dentro de la distribución eléctrica cuyos valores no se encuentran estabilizados actualmente, como el arriendo de medidor para aquellos clientes cuyo medidor no es de su propiedad, tarifa que es definida por la Comisión Nacional de Energía e indexada periódicamente.
En enero del 2020 esa variación fue en promedio superior al 4%, dijo, añadiendo que dado que el arriendo de medidor representa alrededor de $300, "en una cuenta promedio de $20 mil pesos estimamos que el incremento en la boleta final de estos clientes sería cercana al 0,06%".
El presidente ejecutivo del gremio, Claudio Seebach, dice que comparten el principio general de la medida y que analizarán como compatibilizarla con las energías renovables no convencionales.
En síntesis, el experto sostuvo que "hay un incremento menor, de alrededor de $12 promedio por servicios de arriendo de medidor. Pero este incremento solamente se aplica a los que arriendan medidor, no a aquellos clientes que son dueños de este, que constituyen más del 70% de nuestros clientes".
PAUTA contactó al Ministerio de Energía, pero no obtuvo respuesta.
Este beneficio es parte de cambios tributarios vigentes desde 2020. El 71% lograron la exención completa de este impuesto territorial.
El avance del metal incide en las expectativas, la recaudación fiscal, la bolsa, el tipo de cambio y la situación de los pequeños productores. Las FF.AA. ya no están beneficiadas.
La cartera ya recaudó US$ 60 millones el año pasado por la venta, arriendo y concesión de terrenos fiscales, la segunda cifra más alta en diez años.
El Senado y la Cámara debaten proyectos distintos y ninguno ha logrado un respaldo suficiente para superar el primer trámite. A nivel internacional el tema ha tomado líneas disímiles.