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Xi busca conversaciones para unificar Taiwán y China continental

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Bloomberg
POR Francisco Ibañez |

El presidente chino hizo un llamado a generar acercamientos, pero Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, rechazó la propuesta.

El presidente chino, Xi Jinping, sugirió que China continental y Taiwán empiecen “consultas democráticas” y trabajen por la unificación, lo que constituye la más clara señal hasta ahora de que quiere resolver la disputa de 70 años durante su mandato.

“China debe y estará unida; un requisito inevitable para el rejuvenecimiento histórico de la nación china en la nueva era”, aseguró Xi en una reunión en Beijing para conmemorar el 40 aniversario de un acercamiento histórico al gobierno de Taipei, después de que Estados Unidos y China establecieran relaciones. Los dos lados han sido gobernados por separado desde que Chiang Kai-Shek movió a su gobierno nacionalista al otro lado del Estrecho de Taiwán durante la guerra civil china.

Xi también envió una advertencia a los defensores de la independencia de Taiwán, que incluyen simpatizantes de la presidente taiwanesa Tsai Ing-wen.

“Es un hecho jurídico que ambos lados del estrecho pertenecen a una China y eso no puede ser cambiado por nadie ni por ninguna fuerza”, afirmó Xi. Si bien el presidente dijo que “los chinos no pelean contra los chinos”, señaló que el lado continental no estaba “comprometido a renunciar al uso de la fuerza”.

Zanahorias y garrotes

Desde que llegó al poder hace seis años, Xi ha empleado tanto incentivos como presiones para dirigir a Taiwán hacia la unificación. En 2015, sostuvo una reunión entre líderes sin precedentes con el entonces presidente taiwanés Ma Ying-jeou. Después de que la isla votara en 2016 para elegir a Tsai, del Partido Demócrata Progresista –a favor de la independencia–, Xi cortó los lazos e inició un esfuerzo para aislar al nuevo gobierno.

El miércoles, sugirió que “los partidos políticos y las personas de todos los ámbitos de la vida en ambos lados del estrecho eligieran representantes” para participar en las conversaciones sobre el futuro de su relación, y dijo que las negociaciones deben confirmar un acuerdo de que ambas partes pertenecen a “una China”.

“La diferencia en los sistemas no es un obstáculo para la reunificación ni una excusa para la separación”, afirmó Xi.

La respuesta de Taiwán

Tsai rechazó la propuesta, diciendo que los dos gobiernos deben llevar a cabo intercambios organizados y que los taiwaneses se oponen a un país, dos sistemas.

“Estamos dispuestos a sentarnos y hablar; pero como nación democrática, todas las negociaciones políticas sobre las relaciones a través del estrecho deben realizarse con la autorización y supervisión del pueblo de Taiwán y deben darse según el modelo de gobierno a gobierno”, dijo Tsai. “Bajo estos principios, ningún individuo o grupo tiene derecho a representar al pueblo de Taiwán en negociaciones políticas”.

El índice de referencia Taiex de Taiwán cayó el miércoles hasta un 1,9%, en medio de una mayor caída en la región impulsada por el empeoramiento de los datos de fabricación en China y Taiwán, así como por la continua incertidumbre comercial.

“La reunión fue tomada por el mercado principalmente como un evento no realizado, pero creemos que el mensaje del presidente Xi resultó ser más fuerte de lo esperado”, afirmaron economistas de Citibank en una nota. “Las relaciones a través del estrecho podrían ser una fuente de volatilidad del mercado en el nuevo año”.

70 aniversario

El discurso de Xi se produce un día después de que Tsai, quien se ha negado a aceptar el marco de “una China”, usara su discurso de año nuevo para advertir de las continuas amenazas de Beijing. Sus comentarios indicaron que continuaría tomando una línea firme hacia el gobierno continental, a pesar de sus recientes derrotas electorales ante el Kuomintang, el antiguo partido de Chiang, más favorable a China.

Este octubre también marca el 70 aniversario de la llegada al poder del Partido Comunista en China, una ocasión que Xi ha estado usando para consolidar su administración después de evitar la imposición de límites al mandato presidencial el año pasado. Los aniversarios se producen en medio de mayores tensiones con Estados Unidos, cuyos movimientos para apoyar a Taiwán han despertado la ira de China.

El 1 de enero de 1979, China detuvo décadas de bombardeo de artillería regular a las islas controladas por Taiwán. En un acercamiento histórico, emitió una carta pública a los taiwaneses conocida como el “mensaje a los compatriotas en Taiwán”, pidiendo el fin de la confrontación militar a través del Estrecho de Taiwán y diciendo que abriría la comunicación entre las dos partes.

“No creo que el discurso haya sido negativo”, afirmó David Lu, vicepresidente del departamento de capital en Taishin International Bank, en Taipei. “Tsai Ing-wen tomó una postura dura y Xi Jinping fue bastante suave, por ejemplo, dijo que los chinos no golpearán a los chinos y que las dos partes deberían construir un mecanismo para los intercambios económicos”.