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El precedente de Jeanette Vega

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POR Andres Sepúlveda |

La rápida resolución de la crisis de gabinete que causó la ministra de Desarrollo Social sienta un precedente que Boric deberá atender en el futuro.

A sólo 10 días del plebiscito, el Gobierno de Gabriel Boric perdió a su primera ministra, Jeanette Vega, por haberse puesto en contacto a través de una de sus asesoras con Héctor Llaitul. En la conversación interceptada por la policía con orden judicial, Llaitul sugiere que sigan conversando por whatsapp, cuyo sistema de encriptación dificulta las escuchas legales.

El gobierno debería comprometerse a entregar esos whatsapp, tanto los de la asesora como los de la ministra si se produjeron. Si no quiere revelarlos a la opinión pública, al menos debería remitirlos al juez.

Ya se ha analizado la contradicción que existe entre aceptar la dimisión de una ministra por cumplir tus propias directrices. Es verdad que la instrucción no fue concreta, pero la directriz presidencial existía y todos la conocíamos.

Pero quiero apuntar a otra cuestión: el episodio de la renuncia de Jeanette Vega crea un precedente y fija un estándar. Un estándar que, en principio, por la celeridad con que se produjo la dimisión y aparentemente se asumieron las responsabilidades políticas, la opinión pública espera que se vea repetido en el futuro cuando se detecten otros errores con consecuencias políticas en otros ministros. De lo contrario, a la ambigüedad respecto de las directrices que marca el presidente Boric se sumaría la discrecionalidad con que aplica su vara de medir a los ministros.

El presidente ha establecido un precedente y lo que se espera es que en el futuro se atenga a él.