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Educación desde la docencia: una revolución de la belleza

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POR Fernanda Valiente |

Víctor Berríos, jefe de calidad e innovación educativa de la Fundación Consorcio del colegio Monte Olivo de Puente Alto, cuenta su experiencia en torno al rol del docente en la formación humana.

Víctor Berríos, jefe de calidad e innovación educativa de la Fundación Consorcio del colegio Monte Olivo de Puente Alto, tuvo una infancia rural y numerosa. Salió del colegio San Rafael de Lo Barnechea, lugar al que volvió como docente de lenguaje.

Por lo bello y lo feo, Gabrieal Mistral se preguntó. “En lo feo la materia está llorando”, decía. 

En ese aspecto, la creadora de los primeros centros educativos en Lo Barnechea María Luisa Vial se esforzó por darle luz y belleza a segmentos de vulnerabilidad cuando creó el establecimiento hace más de tres décadas.  “Ella tenía la convicción de que la literatura podía cambiar vidas”, cuenta Berríos. “Ella me transmitió el oficio de enseñar. Fue más un llamado. Yo era uno de los pernos que estaban todo el día estudiando”, recuerda el docente en Desde El Jardín conducido por Cristián Warnken

Al buscar alejarse de las carreras tradicionales impulsadas cuando estudiaba, como Medicina y Derecho, se aproximó a un área que le interesó: la Ingeniería en alimentos. Pero su vida no se detuvo en un solo tema. 

Liberarse del fin 

En segundo año de universidad, tomó un rumbo drásticamente diferente, cuando se unió al circo. “En lo que más pensé en la conexión con la profesión. No hay nadie más profesional que quien trabaja en el circo. Viven para el circo con sus amigos y sus familias”, cuenta. Es decir, es un resultado de alegría y entrega que no busca completar metas económicas. 

Berríos recuerda que creció con resentimientos por conversaciones que tenían docentes. Miraba la historia con dolor, hasta que llegó su salvación cuando se matriculó en Literatura. “En la primera clase no dejé de sonreír. Había encontrado mi lugar”, dice. Cada libro era para él, un fin en sí mismo. 

Como uno de los desafíos educativos propone el desplazamiento de la disciplina a un lugar externo a un espacio interno. Sin embargo, ella es fundamental. “Hoy, el rol del profesor es clave porque el ser humano está siempre aprendiendo. Es quien tiene la responsabilidad de que el proceso del estudiante se encarrile hacia la conservación, y no hacia la destrucción, como diría Humberto Maturana“, apunta el profesor. Por tanto, durante la pandemia el como jefe de calidad del colegio de Bajo de Mena se centró en darle apoyo emocional a los estudiantes. 

Revise la conversación con Víctor Berríos