Actualidad

El Colegio Médico reprocha el avance de las prácticas alternativas en la red pública

Imagen principal
Presidente del departamento de Políticas de Salud y Estudios del Colegio Médico, Roberto Estay
POR Marcela Gómez |

El gremio rechaza que terapias no reguladas y prestadores sin certificación tengan espacio en el sistema público.

En el Colegio Médico de Chile ven con preocupación la forma en que se están incorporando las medicinas complementarias en la red de atención pública, ya que aspiran a que ello se haga de forma regulada, que las terapias las brinden prestadores certificados y que se empleen cuando exista evidencia sobre su beneficio para la salud de las personas.

“Lamentablemente, hoy no se dan estas condiciones y nuestras autoridades tienen una tarea pendiente al respecto”, comenta el presidente del Departamento de Políticas de Salud y Estudios de la entidad, Roberto Estay, quien abordó el tema con PAUTA mediante un cuestionario escrito.

—¿Cómo evalúan que el Ministerio de Salud integre en su oferta terapias distintas a la medicina de conocimiento general, algunas de las cuales carecen de evidencia sobre sus efectos en la salud de la población?

“Creemos que se trata de un fenómeno complejo. Existe una demanda importante por este tipo de prestaciones de salud, que obedece a diversos motivos, entre ellos, la necesidad de muchas personas de recibir prestaciones más integrales y no solo acotadas a lo sintomático o lo causal. De esta forma, la autoridad intenta hacerse cargo de necesidades planteadas por los usuarios. También existen medicinas complementarias que sí cuentan con evidencia científica para su uso y en ellas su oferta nos parece positiva”.

—¿Y cuándo no existe esa evidencia?

“También hay otras prestaciones que pese a no contar con evidencia en cuanto a un efecto terapéutico directo, podrían apoyar el proceso de tratamiento convencional de los pacientes, como ocurre en cáncer, donde el apoyo de medicinas complementarias, como acompañantes de una terapia basada en evidencia, es muy demandado”.

“Por otra parte, existen personas que ofrecen estas terapias en campos donde la evidencia no es clara, sin un respaldo formativo mínimo, que muchas veces se presta para el lucro con los problemas de salud de las personas, bajo una promesa no demostrada de una mejor medicina; en estos casos, claramente la integración a la oferta de prestadores constituye un error”.

—Los datos oficiales indican que la mayor parte de  las terapias complementarias que se están entregando en el sistema de salud carecen de regulación o reconocimiento por parte de Minsal.

“Estamos en contra de la entrega de prestaciones fuera de un marco regulatorio ministerial. Si el ministerio va a integrar prestaciones a la red de salud, esto debe estar regulado de forma de dar seguridad a las personas, en las indicaciones que sean pertinentes”.

—¿Es razonable abrir el espacio de atención de salud a terapeutas que no tienen competencias certificadas; por ejemplo, que no son parte del registro de la Superintendencia de Salud?

“Sin duda, debe existir un proceso de validación para cualquier persona que pretenda ofertar servicios en un área tan delicada como salud. Ante la incertidumbre de no contar con una institucionalidad consolidada en la formación en estas terapias, nos parece que no deberían integrarse, como prestadores a la red pública, personas que no sean al menos profesionales de la salud que sigan un proceso de validación oficial de sus títulos”.

—En cuanto a los dinero públicos involucrados en el financiamiento de estas terapias y en un contexto en que los recursos económicos han sido siempre escasos para asegurar la salud de la población, ¿es razonable destinarles recursos financieros y humanos?

“En un contexto de gran necesidad con recursos limitados, sin duda es necesario tener mecanismos para evaluar que las prestaciones que financiamos nos entreguen el mayor costo-beneficio. Es por eso que las prestaciones de medicina complementaria a incorporar deben pasar por un proceso de evaluación, que incorpore tanto evidencia y experiencias que las respaldan como las actitud de los usuarios hacia las mismas, con el fin de comparativamente poder tomar las mejores decisiones sobre qué terapias vamos a financiar”.

“Consideramos que las medicinas complementarias pueden tener un espacio en la red pública, en la medida que este sea regulado adecuadamente, entregado por prestadores certificados, e indicado en áreas donde exista evidencia sobre el beneficio de su uso”.

“Lamentablemente hoy no se dan estas condiciones y nuestras autoridades tienen una tarea pendiente al respecto”.