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El 100° aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial

POR Matias Bobadilla |

Un conflicto que duró más de cuatro años y costó la vida de cerca de 90 millones de personas, entre combatientes, civiles y quienes murieron por causas anexas a la guerra.

El 11 de noviembre de 1918, Alemania solicitó un armisticio a las potencias aliadas, marcando el fin de la Primera Guerra Mundial. Fueron cuatro años y tres meses de crudo enfrentamiento, donde podían pasar meses en los que los ejércitos de ambos bandos avanzaban apenas unos metros, atrincherados y sufriendo las inclemencias del tiempo y las enfermedades. Fueron más de 24 millones de combatientes los que perdieron la vida y otros 60 millones fallecieron por causas anexas a la guerra.

En Un día perfecto, el historiador Cristóbal García-Huidobro dijo que la Primera Guerra Mundial es “el sentido de la estupidez humana”. “Los países europeos se autodestruyeron. Gran Bretaña y Francia, los vencedores, lo único que hicieron fue dinamitar e hipotecar su futuro como potencias coloniales. Buena parte de los países, que originalmente eran monarquías, terminaron siendo repúblicas”.

Además, aclaró que el asesinato del archiduque Francisco Fernando -el 28 de junio de 1914- no fue el elemento detonador, sino la carrera armamentista, donde todos los países tenían miedo de los otros. “‘Traeremos a los muchachos de vuelta para la Navidad’ era algo que se dijo en todos los estados mayores en 1914. Pero fue la Navidad de 1918”, siguió.

Las consecuencias para Chile, dijo García-Huidobro, no fueron tantas. El país tenía fuertes relaciones comerciales con Gran Bretaña y Alemania, los dos principales contendores. Por ello, Santiago se declaró neutral, aunque la fuerte presencia de inmigrantes provocó algunos problemas en la imagen neutral del país.

“Ser un país neutral en una guerra de esas características era muy difícil porque nuestros embarques a Alemania podían ser vistos como una colaboración con el régimen alemán. Habían unos en Chile que estaban a favor de apoyar a Alemania y romper relaciones con el Reino Unido y habían otros más pro británicos. Esas conversaciones se daban en el Parlamento y en los diarios, basta revisarlos”, añadió el historiador.

Pero la consecuencia más fuerte para el país fue el desarrollo de Alemania del salitre sintético, el que era extremadamente peligroso de fabricar, pero producto de la urgencia de la guerra se encontró una forma de estabilizarlo. “Las exportaciones de Chile se desploman. Pero además hay un tema diplomático, se peleó la guerra en territorio chileno, son las llamadas batallas navales que se dan en Coronel y Juan Fernández”, sostuvo.