Mansuy: “La derecha tiene que cambiar su caja de herramientas”

El profesor de filosofía política abordala influencia de la vertiente liberal económica del sector: “Nunca ha podido ofrecer un horizonte de sentido más allá de la administración”.

Daniel Mansuy, profesor de filosofía política de la Universidad de Los Andes, cuenta que creció en un barrio de Viña del Mar que fue arrasado por la construcción de varios centros comerciales. Señala que en esa zona se rompieron tejidos sociales. “A lo mejor era inevitable […] pero cuando uno rompe algo, hágase cargo de ver cómo lo reconstituye”, dice. 

El autor de Nos fuimos quedando en silencio. La agonía del Chile de la transición (2016) cree que el tejido social se fue descomponiendo hasta crear las anomalías que se presentan en la actualidad, donde existen una precariedad en la vida en común y una disolución en los vínculos sociales, síntomas que investigó el periodista Rodrigo Fluxá en su libro Solos en la noche. Zamudio y sus asesinos, recuerda Mansuy.

Respecto de la reacción ante la crisis que vive actualmente el país, dice que la derecha está gobernando un país que no conoce. Y cree que tal resultado se debe a que ha funcionado con una política de bloqueo, respaldada por subsidios. Una situación que se amplía bajo el modelo económico neoliberal surgido en el gobierno militar.

Destaca que el historiador Mario Góngora (1915-1985), un académico de derecha, examinó con preocupación la llegada de este sistema económico a partir de los setenta, dado que no contaba con un trasfondo cultural. Por tanto, Mansuy cree que la derecha perdió el contacto con la política. “Nunca ha podido ofrecer un proyecto, un horizonte de sentido más allá de la administración. Este es el pecado original de la derecha que nace en los 70, 80 con la influencia de los Chicago Boys”, indica en Desde El Jardín. 

“Hay que cambiar la caja de herramientas”, asegura en relación a este sector político que hoy gobierna el país. “El martillo que lleva usando la derecha los últimos 40 años ya no le va a seguir resultando y hoy día se ha enfrentado a un problema tan grave como que ganó un gobierno con una mayoría cómoda hace dos años y hoy día no sabe cómo gobernar este país”, explica. Y para ello, debe abrirse a otras fuentes intelectuales.

De esta forma, enfatiza que el cambio tiene que estar en el manejo de problemas cada vez más complejos, ejemplificando el caso de las ciudades: cómo hacerlas más a escala humana y vivibles. Y también a dimensiones que, en general, han sido dejadas de lado por este sector. “Lo otro que tiene que hacer la derecha es ponerle más atención a los fenómenos culturales”.

La derecha se desfondó 

Para el doctor en Ciencias Políticas, la derecha se quedó sin palabras tras el estallido social, porque no lo vio venir. Por ende, no solo le falta sensibilidad social, sino también orden público, complementa Cristián Warnken. Una de las promesas, como enfatiza Mansuy, que la derecha no pudo cumplir. Como tampoco la estabilidad económica, por lo que se imagina que es un ala política que se desfondó como una bolsa de supermercado. 

En ese marco, explica que la derecha debe manejar el cambio de Constitución con la presión de la calle, en respuesta al miedo y la violencia. “Creo que el Gobierno hoy día tiene muy poco espacio y me parece que más bien tiene que quedarse en un segundo plando articulando de algún modo el proceso constituyente”, resalta el investigador senior del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). 

Y por mucho que la derecha se muestre reacia a formular una nueva Constitución en tiempos de crisis, afirma que siempre se ha hecho así, recordando el caso de Chile en la década del 80. “Uno sueña con un proceso constituyente racional y una deliberación pura, habermasiana, pero en política no es así. La deliberación ocurre con la calle presionando y con el chantaje de la violencia presionando y yo creo que eso aquí ocurrió. Entonces, cuando contemos esta historia, tampoco vamos a poder decir que se dio por la deliberación pura, también la derecha la entregó porque se asustó por la calle. Y eso es una verdad incómoda”, sostiene.

En cuanto al debate por el aumento de las pensiones, Mansuy cree que se deben liberar recursos. Y una posibilidad de obtenerlos es la gratuidad educacional. “La presión que le pone la gratuidad al gasto fiscal es brutal […] y en eso, si de verdad queremos avanzar en pensiones de manera sustantiva como se está discutiendo hoy día que, a mí me parece bien hay que revisar la gratuidad, pese que para la izquierda es un fetiche”, postula.

Vea la conversación de Daniel Mansuy con Cristián Warnken acá: