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La respuesta de las tabacaleras a las críticas contra las opciones al cigarrillo

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El "vapeo" se ha puesto de moda especialmente entre los más jóvenes. Crédito: Ethan Parsa/Pixabay
POR Marcela Gómez |

Aunque insiste en que los nuevos productos son menos dañinos que el cigarrillo, BAT Chile cree que se debe regular su venta.

La principal batalla que se da hoy entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la industria tabacalera respecto de los nuevos productos que buscan sustituir al cigarrillo, es si quien se cambia al vaporizador puede catalogarse como alguien que dejó de consumir su droga (tabaco y/o nicotina). Para la industria, esa distinción es correcta, porque los nuevos productos causarían menor deterioro a la salud que fumar; para la OMS, no, porque el consumo de sustancias que generan daño se mantiene, aunque sea de menor magnitud.

Desde British American Tobacco (BAT) Chile (que comercializa las marcas Kent, Lucky Strike, Dunhill, Pall Mall, Belmont y Hilton) afirmaron que “hay evidencia contundente de que los vaporizadores son menos dañinos que los cigarrillos”. Basaron sus argumentos en estudios desarrollados por The American Cancer Society, la agencia de salud pública de Inglaterra (Public Health England) y también la agencia especializada en alimentos y medicamentos (FDA) de Estados Unidos. Las declaraciones citadas también advierten que no existe evidencia suficiente sobre el uso a largo plazo de estos productos.

La tabacalera añade que tanto los vaporizadores como otros productos alternativos de nicotina “están generando una disminución sin precedentes en el consumo de cigarrillos en aquellos países donde están disponibles y son promocionados de manera apropiada”. Así, precisan que Reino Unido presenta hoy “uno de los índices más bajos de tabaquismo en la Unión Europea y continúa disminuyendo drásticamente a medida que aumenta el uso de vaporizadores”. Detallan que Public Health England estima que, cada año, alrededor de 20 mil fumadores dejan el cigarrillo gracias a estos productos.

Desde Philip Morris Chile (que comercializa las marcas Marlboro, L&M) compartieron la declaración oficial de la firma sobre el informe de la OMS, que enfatiza que los nuevos productos tienen riesgos reducidos comparados con el tabaco y que son una buena alternativa para dejar de fumar.

Cuando se enciende un cigarrillo, el tabaco en su interior combustiona [se quema] para generar humo, que contiene miles de productos químicos nocivos que pueden provocar enfermedades relacionadas con el tabaquismo. La combustión no ocurre en nuestros productos libres de humo, que no están exentos de riesgo, pero están diseñados para reducir la cantidad de sustancias tóxicas en comparación con el humo del cigarrillo”, explica la nota. La evidencia, agregan, está disponible en más de 300 investigaciones realizadas durante dos décadas que pueden consultarse en una base pública

 

Consultados específicamente sobre la realidad del vapeo en Chile y si la regulación existente es suficiente, el gerente de Asuntos Corporativos de BAT, Felipe Bustos, señaló que en el país los vaporizadores con nicotina están regulados como productos farmacéuticos y a la fecha el Instituto de Salud Pública no ha registrado ni autorizado ninguno de estos productos. “Es necesario regular la venta de vaporizadores, ya que hoy se venden en muchas partes -sin autorización sanitaria ni fiscalización alguna-, incluso a menores de edad”, afirmó.

En Philip Morris Chile no se refirieron específicamente al caso de Chile, sino que compartieron la visión oficial de la firma, donde se critican los postulados de la OMS sobre los productos libre de humo. La tabacalera declara que las regulaciones deben continuar disuadiendo a las personas de comenzar a fumar y alentar a dejar de fumar, pero está igualmente claro que millones de hombres y mujeres seguirán fumando, y deberían tener la oportunidad de cambiar a mejores alternativas. Así, su meta es que 40 millones de personas se cambien a estas nuevas alternativas hacia 2025, lo que implica no prohibirlos sino aplicar “regulaciones sensatas y basadas en riesgo”.