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César Barros y conflicto de regantes: “Nos tienen que compensar los daños”

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Agencia Uno
POR Gabriela Villalobos |

El empresario representa a un grupo de agricultores que busca compensaciones por el derrumbe del canal de riego que también utiliza Colbún.

Todo comenzó con el derrumbe de una obra de regadío centenaria. El canal Las Mercedes lleva desde el siglo XIX agua del río Mapocho a valles cercanos como Curacaví y María Pinto. En la década del 30 la familia Matte levantó una central de pasada y firmó un contrato con los regantes de la zona para utilizar el agua que caía en la zona, primero a nombre de CMPC y luego de Colbún. La empresa es, por contrato, responsable de la mantención del canal. Todo funcionó con cierta normalidad. Hasta noviembre del año pasado.

Fue cuando se produjo el derrumbe de uno de los túneles, lo que llevó a que los diez metros cúbicos de agua que pasaban por segundo se redujeran a cero. Y con ello, alrededor de 1.300 agricultores quedaron sin agua. Hasta diciembre, cuando Colbún reparó la obra habilitando -según los regantes- el paso de entre seis y ocho metros cúbicos por segundo, afectando la capacidad de riego y con ello las cosechas. “La mayor parte de los agricultores afectados (90%) son pequeños y los daños son muy cuantiosos”, cuenta César Barros, empresario y negociador de conocidas disputas del ámbito empresarial, como La Polar, la crisis de deuda de los salmoneros y la reciente disputa al interior de Clínica Las Condes. Hoy Barros representa a los agricultores afectados -entre los que se cuenta el presidente de Carozzi, Gonzalo Bofill– en el conflicto con Colbún. ¿Qué solicitan? “Primero, me arregla el túnel y me lo deja con 10 metros cúbicos lo antes posible y me lo deja sustentable porque no es posible que esto vuelva a suceder. Y lo otro es, caballero, usted es una empresa grande que tienen responsabilidad social empresarial, nos tienen que compensar los daños creados”, dijo Barros en PAUTA Bloomberg, de Radio PAUTA.

Aunque el contrato establece que Colbún es responsable de la mantención, el contrato incluye una cláusula que apunta a que la empresa no tiene otra obligación que reparar el canal, salvo si el accidente fue por negligencia de ella. Lo cual, en este caso, no sería tal. “Ellos (Colbún) obviamente tienen que ponerse en una situación más dura, pero yo creo que aquí también hay un tema de responsabilidad social empresarial y de respeto y de buena fama de una empresa y de un grupo que ha estado en problemas en estas cosas”, comentó Barros. Por ahora, las partes se sentaron a una mesa para establecer la operativa de la negociación y ambos ya se comprometieron a cuantificar los daños.

Vuelta al pabellón

El último rol público que tuvo Cesar Barros fue de representante del cuerpo médico de Clínica Las Condes en el conflicto con la nueva administración del establecimiento. Aunque la batalla judicial terminó el año pasado, con un nuevo acuerdo entre médicos y los accionistas mayoritarios, CLC ha vuelto a estar en las noticias por una nueva disputa. Esta vez, la clínica anunció acciones legales contra Fonasa por eventuales atrasos en los pagos de los pacientes covid con este tipo de previsión.

“A los controladores de CLC les gusta parecer los malos de la película. Enfrentarse con el cuerpo médico en la mitad de la pandemia, para una clínica tan grande e icónica lanzarse hoy en ese tema no es precisamente algo popular. No se ve bien”, dijo Barros. “Hay bastante soberbia de su lado y tampoco una visión política de cómo se manejan las cosas, sobre todo una cosa tan compleja como es una clínica […] Tanto en la educación, como en la jubilación y la medicina, el sector privado tiene que tener una actitud muy distinta a la de ‘maximicemos utilidades'”, agregó Barros.

Escuche la entrevista con César Barros en PAUTA Bloomberg