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La prueba de fuego de Falabella

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POR Gabriela Villalobos |

El mayor retailer del país ofrecerá el equivalente al 2,8% de la compañía en la mayor operación bursátil del año.

El viernes 19 de octubre a las 9:15 fue el momento elegido. Ese día, a esa hora, se llevará a cabo la última etapa de la transacción bursátil más grande del año. Se trata del aumento de capital de Falabella, que se unirá con la venta de acciones en manos de uno de los controladores de la empresa, Juan Cúneo. Una operación que se ha enfrentado a varios cuestionamientos del mercado.

La operación implica la emisión de 84,3 millones de acciones nuevas, con las que se calcula se recaudarían cerca de US$750 millones. Los controladores suscribieron parte de esta operación, pero dejaron un paquete de 70,6 millones de títulos que serán ofrecidas al mercado. A esto se suma la venta de otras 21 millones de papeles en manos de Cúneo. Sumados ambos negocios, el mercado se prepara para recibir un paquete equivalente al 2,8% de la empresa, el cual está valorizado en cerca de US$650 millones. 

El dinero recaudado con la emisión de acciones nuevas es clave para la compañía e irá a financiar la compra de Linio, acelerar las inversiones previstas en logística y tecnología, impulsar el desarrollo de Ikea en Chile, Perú y Colombia, y consolidar la presencia de Sodimac en Brasil 

Aunque los planes son, en general, bien evaluados por el mercado, la reacción de las acciones de Falabella no ha sido de celebración. Al contrario. El día del anuncio de la operación los papeles cayeron 5,6% y desde ese momento los títulos han perdido 11%. Se trata del doble de lo que ha retrocedido el IPSA en el mismo período. Parte de ese retroceso es considerado natural, ya que una mayor oferta de acciones siempre presiona el valor de los títulos. Sin embargo, la baja también refleja las dudas que existen porque los controladores se diluirán en este proceso. Y en el caso de Cúneo, aquello será mayor por la venta de parte de sus acciones. 

En PAUTA Bloomberg conversamos sobre estos obstáculos, algunos de los cuales parecieran ser normales en el proceso de crecimiento de una empresa.

Hace diez años el pacto controlador de Falabella -integrado por las familias Cúneo, Solari y Del Río- era dueño del 87% de la empresa. Al cierre de 2017, en cambio, manejaban el 73,5%. Este porcentaje continuará cayendo tras la megaoperación. Aunque la baja parece relevante, la propiedad continúa muy concentrada si se compara a Falabella con empresas extranjeras. El empresario Elon Musk, por ejemplo, es considerado controlador de Tesla aunque maneja solo el 19% de las acciones de la compañía. De hecho, en los mercados más desarrollados los controladores suelen manejar participaciones bastante más bajas de lo que ocurre en Chile. 

Además de esto, la dilución de los controladores podría ser beneficiosa para las acciones por un tema técnico. En las últimas dos ocasiones en los que integrantes del pacto de accionistas han vendido porcentajes relevantes de la compañía -la familia Del Río en 2016 y Juan Cúneo en 2017- Falabella ha aumentado su peso en el índice MSCI Chile, uno de los indicadores más seguido por los inversionistas extranjeros. Con esto, ha aumentado la visibilidad de la compañía, lo que -a su vez- podría beneficiar el precio de las acciones.

Escuche la conversación completa sobre la transacción en el siguiente audio.