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Las únicas

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POR Gabriela Villalobos |

Un estudio de la consultora McKinsey junto a la ONG LeanIn arrojó que el 20% de las mujeres son las únicas de su género en su trabajo. Mientras más alto fuese el cargo, ellas reportaban estar cada vez más solas.

La última vez que Kaitlin Savage asistió a una reunión en la que había otra mujer fue hace meses. Ella trabaja en la industria solar, donde hay el triple de hombres que de mujeres. La mayor parte de su tiempo está rodeada de hombres que a veces, según ella, subestiman su trabajo, coquetean con ella, la llaman después de la medianoche por “razones personales” y le hacen cumplidos inapropiados.

“Es emocionalmente agotador”, dijo Savage, quien ha evaluado pasarse a un campo menos dominado por hombres, como el petróleo o el gas.

Savage forma parte de un grupo que una nueva encuesta de LeanIn.org y McKinsey & Co. llama las “Únicas”: mujeres que a menudo o siempre son las únicas de su género en el lugar de trabajo. Una de cada cinco mujeres se ubica en esta categoría, según una encuesta con más de 64.000 empleadas de Estados Unidos en 279 empresas. Ese número se eleva a 40% para las mujeres en cargos superiores o técnicos.

Las “únicas”” enfrentan más desafíos que otras mujeres en el lugar de trabajo, reveló la encuesta. La mitad dijeron que deben proporcionar más pruebas de su competencia que las otras personas. Las “únicas” tienen el doble de probabilidades que otras mujeres encuestadas de que las confundan con una empleada de los niveles inferiores. También presentan casi el doble de probabilidades de ser sometidas a comentarios degradantes y el doble de probabilidades de informar haber experimentado acoso sexual en algún momento de sus carreras.

“Así fue toda mi carrera, básicamente”, dijo Kristen Fanarakis, quien pasó 15 años trabajando en finanzas. Formó parte de muchos equipos que, salvo ella, eran íntegramente masculinos y no tuvo una sola amiga en el trabajo hasta pasados los 30 años de edad, agregó.

Cambiar pañales

Aunque Fanarakis tuvo muchos colegas y mentores hombres que la apoyaron a lo largo de los años, otros hombres fueron irrespetuosos, afirmó. Un jefe le dijo que fuera a “cambiar pañales”, recordó. Otro le impuso pautas imposibles, que motivaron malas evaluaciones de desempeño a pesar de que había traído nuevos negocios y cumplía todos sus objetivos, dijo Fanarakis.

Estas experiencias son aún peores para las mujeres afroamericanas. Casi la mitad dijo que a menudo son la única persona de su raza en el trabajo. La encuesta concluyó que es más probable que estas mujeres se sientan excluidas, examinadas y vigiladas de cerca. Maura Cheeks, estudiante de maestría en administración de empresas, ha escrito sobre cómo confundieron su identidad con la de otra mujer negra de la oficina y dijo que debió explicar sus credenciales a sus colegas.

Más del 90% de las empresas encuestadas dijeron que la diversidad y la inclusión son una prioridad absoluta, pero por cuarto año consecutivo, Lean In y McKinsey concluyeron que las corporaciones estadounidenses casi no aumentaron la representación de mujeres en el lugar de trabajo. Estas constituyen el 48% de los empleados en los puestos más bajos, pero solo el 225 de los máximos ejecutivos, ya que las empresas no las ascienden, según el estudio.

Las investigaciones han revelado que si las mujeres forman el 20% de un grupo, solo representan el 10% de lo que se habla. Las mujeres deben ser mayoría abrumadora para alcanzar el 50% del tiempo de conversación en un grupo.

“Las compañías quieren diversidad de ideas”, dijo Rachel Thomas, cofundadora y presidenta de Lean In. Pero contratar el número mínimo de mujeres produce “una forma diluida de diversidad”.