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Riesgos reputacionales en empresas familiares

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www.huneeusvintners.com
POR Francisco Ibañez |

¿A qué se expone una empresa que se asocia a una familia o un apellido? En un escenario con vidas cada vez más públicas, un problema personal puede impactar a la compañía. La clave es prepararse.

Las empresas familiares tienen complejidades adicionales a las que no lo son. Muchas veces mezclar negocios y relaciones familiares es difícil. Se insiste mucho en la profesionalización de las empresas, y que los puestos no sean ocupados sólo por relaciones familiares. Muchas veces se producen conflictos. Si a eso se le suma el impacto que puede tener sobre la compañía lo que los miembros de la familia hagan incluso fuera de ella, el tema es doblemente complicado.

Hace pocos días el sistema de admisión universitaria en Estados Unidos quedó en entredicho al conocerse una serie de prácticas irregulares, entre las que se encontraban millonarios sobornos para aceptar a ciertos estudiantes. El FBI lleva adelante la investigación.

Además de estrellas de Hollywood y prominentes hombres y mujeres de negocios estadounidenses, entre los investigados apareció un chileno: el empresario vitivinícola Agustín Huneeus Jr., dueño de Huneeus Vintners. El empresario y la viña, que además lleva su apellido, se han visto salpicados por el escándalo.

¿Cómo se debe afrontar una situación de este tipo? ¿Se debe dar la cara, el involucrado debe salir de la empresa, tratar de bajarle el perfil? Para Luis Felipe Ross, socio de Matrix Consulting, “no hay nada como estar preparado ex ante“.

Esto aplica para todo tipo de empresas, en especial porque, dice Ross, la mayoría de las compañías nacen como familiares, aunque después algunas se profesionalicen. Realidad que es aún mas fuerte a nivel regional. “En Latinoamérica la gran mayoría de las empresas siguen siendo controladas por una familia, y por lo tanto están bastante atadas a la reputación de la familia”, explica. “Hay un valor enorme en prepararse, y eso es algo que en general en Latinoamérica no hacemos mucho”, reitera.

“Hoy día la línea entre el mundo privado y el mundo público está bastante difusa, y eso es una realidad que llegó para quedarse”, afirma Ross. Agrega que, además, esta realidad aplica no sólo a las familias controladoras, sino también a los altos ejecutivos en cualquier empresa, aunque reconoce que cambiar a un ejecutivo en una gran compañía es más fácil y rápido que cuando se ve involucrado un miembro de la familia controladora.

“Decir que alguien tiene que salir puede ser un poco apresurado”, señala Ross en conversación con PAUTA Bloomberg. “Hay que ver qué estas vulnerando. ¿Estás vulnerando la credibilidad del consumidor? ¿Estás vulnerando la credibilidad de los inversionistas? Son casos distintos”, agrega.

Para Ross, además, hay una diferencia entre industrias de productos y servicios. “Si son servicios, y la credibilidad está puesta en las personas, hablemos de un banco de inversión, por supuesto que si la persona tiene una falta ética de esa naturaleza, nadie le va a colocar sus recursos para que los invierta”, indica.

Ross resume el foco necesario: “La tendencia de que la vida personal hoy día es pública […] Lo segundo es prepararse. ¿Cómo te preparas? Teniendo un buen gobierno corporativo, teniendo buenas políticas y anticipando qué vas a hacer en casos de crisis”, indica. “Tienes que tener protocolos ex ante de saber el tipo de crisis, a qué reaccionas, a quién llamas, cómo lo haces, qué tipo de comunicados haces”, enumera Ross.

Vea la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: