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La biblioteca feminista de ayer y hoy

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POR Isabel Plant |

Para leer de género hay clásicos y nuevos clásicos que ayudan a entender la discusión que hoy se toma el mundo.

Es la discusión del año. El feminismo, o más bien el papel de la mujer en el mundo -la mitad del mundo, qué insólito aclararlo-, ha recorrido más tinta y ha impregnado más pasos de los que se conocen. Para quienes quieran sumarse al gran debate de nuestros tiempos, acá presentamos una selección de esos clásicos, viejos y nuevos, de la biblioteca básica feminista. 

Los viejos clásicos

El segundo sexo

Simone de Beauvoir

Un libro fundamental, éxito de ventas y quizás el que hizo que la reflexión de género comenzara. Publicado en 1949, plantea que lo que entendemos por mujer, con sus características particulares, es un constructo social. Es decir, mujer no se nace, se hace. Fue una revolución que abarcaba temas biológicos como culturales en sus postulados, y que subraya que la mujer había sido encasillada por su capacidad reproductiva, y se había convertido en hija de, mujer de, madre de, y que era momento de reflexionar volver a centrarse en sí misma, lo que quiere para su vida y su destino.

La mística de la feminidad

Betty Friedan

Parte de la segunda ola de feminismo de EE.UU. en los años 60, este libro reflexionaba sobre cómo la sociedad empuja a la mujer a encerrarse en lo doméstico, creándole una sensación de depresión o melancolía por no poder realizarse. Esto tras la conquista del voto y la salida al mundo del trabajo, cuando las mujeres norteamericanas de posguerra tuvieron que volver en mucho del camino avanzado del espacio que ocupaban en sociedad. Friedan describe un “malestar que no tiene nombre”, una sensación de infelicidad en mujeres clase media; el postulado es que la mujer necesita más para realizarse que esos roles que le exige la sociedad de madre y esposa.

La campana de cristal

Sylvia Plath

Esta novela fue publicada poco antes del suicido de la autora, también poeta. Y podría ser una personificación de la incomodidad o melancolía descrita por el libro La mística de la feminidad. En una narración semiautobiográfica y abriendo una ventana a la psiquis femenina como pocos habían hecho hasta entonces, Plath narra la llegada de la protagonista a Nueva York a hacer una pasantía a una revista. La desilusión de la vida establecida que se espera, incluso para una joven talentosa, y luego su retorno al hogar, la desequilibran mentalmente.

Una habitación propia

Virginia Woolf

“Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para escribir novelas”, afirma la novelista Virginia Woolf en esta serie de conferencias, agrupadas como un ensayo, de 1929. La autora reflexiona sobre las posibilidades de una mujer de dedicarse al trabajo creativo y a generar arte, cuando se les ha limitado la educación o cuando son dependientes de un hombre en lo económico. Lo que necesita el género para ver nacer a una mujer del nivel de Shakeaspeare, por ejemplo, es librarla de esas preocupaciones y limitaciones, incluso a veces de la maternidad, como en el caso de la misma Woolf. 

 

Política sexual

Kate Millet

Es la tesis de graduación de la autora, publicada como ensayo en los años 70, en plena segunda ola feminista. Millet examina la política del sexo, y cómo las relaciones entre géneros y la dominación patriarcal han sometido a la mujer a lo largo de los siglos. Para Millet, el amor romántico es un invento hecho para la subyugación, lo mismo que el uso de la institución de la familia por parte del patriarcado. A través del análisis de las obras de autores como Freud o Mailer, va ejemplificando una misoginia histórica y reducción de la mujer a moverse sólo en el ámbito de la salud reproductiva.

Los nuevos clásicos

Todos deberíamos ser feministas

Chimamanda Ngozi Adichie

Ágil y breve, se puede leer el ensayo o se puede ver la versión de charla TED. El libro es un manual de igualdad para los nuevos feminismos, donde la autora nigeriana va usando ejemplos de su propia vida para mostrar cómo se educa de distinto a mujeres y a hombres, y cómo eso luego afecta el resto de la interacción social entre géneros. Es una aproximación amable y fácil de leer a lo que significa realmente el feminismo en términos de igualdad.

El cuento de la criada

Margaret Atwood

Publicado originalmente en 1985, esta novela distópica de la autora canadiense se ha transformado en el texto fundamental para las mujeres anti Trump, empujado además por una exitosa adaptación a serie televisiva. En la historia, una teocracia se ha instalado en Estados Unidos y las mujeres, despojadas de sus trabajos, dinero y autonomía, son divididas entre sirvientas, esposas y criadas. Estas últimas, ataviadas de rojo, son las que pudieron concebir hijos cuando la humanidad pasaba por una crisis de fertilidad, y son administradas como propiedad estatal, usadas como máquinas reproductoras.

Los hombres me explican cosas

Rebecca Solnit

De aquí nace el popular concepto de mansplaining, que consiste en que hombres les explican a las mujeres siempre desde la superioridad y con condescendencia, incluso cuando la mujer puede ser experta en el tema. El libro es en realidad una colección de ensayos breves de esta autora, acerca de desigualdad, violencia de género y hasta femicidio. Solnit describe, de manera mordaz e irónica, los distintos temas que demuestran cómo a la mujer se le agrede, desde lo físico a lo verbal, de una manera que ya está normalizada socialmente.

El mito de la belleza

Naomi Wolf

Las mujeres han avanzado en lo político, lo económico y lo laboral. ¿Pero por qué siguen un paso atrás que los hombres? Porque la cultura, la publicidad, los medios, inventaron otra subyugación: un ideal de belleza eternamente inalcanzable, que vuelve a las mujeres en seres más frágiles al vivir insatisfechas con su físico. El libro de no ficción fue publicado en 1990 con gran éxito, y revisa los cánones de belleza física que hoy tienen a las mujeres esclavizadas.

El género en disputa

Judith Butler

Otro texto de 1990 que volvió a su autora una referente mundial en temas de género y de feminismo postmoderno. Mezcla de filosofía, sicoanálisis y militancia feminista, el texto revisa nuevamente lo que significa el género, y critica que ha sido encasillado en cuerpos y en conductas heteronormativas. Butler duda de que sigan existiendo sólo dos géneros -masculino y femenino- porque es limitante, y ha sido impuesto culturalmente de forma obligatoria.