Entretención

La importancia de Aretha Franklin y su poquito de respeto

Imagen principal
POR Isabel Plant |

En medio de una sociedad convulsionada por la lucha de derechos civiles, el feminismo y la guerra de Vietnam, la cantante alzó la voz en un single que se volvió himno.

“Chain of fools”, “(You make me feel like) A natural woman”, “I say a little prayer”. Cuando el mundo de la música se encuentra en vigilia ante las noticias de la salud de Aretha Franklin, su batería de hits resurge con potencia, llena de ritmo, pop, R&B, góspel, y melodías reconocibles en todo el mundo. No por nada Franklin es apodada la “reina del soul”.

Pero, sin duda, es una canción la que vivirá eternamente en la historia -de hecho, está en la Biblioteca del Congreso de EE.UU.-, y que tiene el deletreo más famoso del pop. Respect, lanzada en 1967, terminó por convertir a la cantante de entonces 25 años en una superestrella de los ránkings. Pero no sólo fue una canción de moda, infinitas veces reversionada en las últimas décadas, sino que también se convirtió en la representación musical de su época.

Respect no es un single original de Aretha Franklin; lo escribió y cantó Otis Redding en 1965, con éxito. Dos años después la joven Aretha, nacida en Tennessee pero criada desde pequeña en Detroit, un epicentro de la cultura afroamericana, lo grabaría como parte de su nuevo contrato con el sello Atlantic. Aretha Franklin, hija de pastor bautista y madre música que murió joven, había estado presentándose en iglesias desde pequeña, siendo representada por su padre, y luego saltó al mundo del pop y R&B con un contrato con Columbia. A sus 25 años estaba lista para un cambio de casa discográfica, y en enero de 1967 partió a Alabama a grabar sus nuevas canciones. “I never loved a man” se lanzó al mes siguiente y fue su primer hit que entró al top ten del ránking pop. Unos meses después, en abril, sería el turno de “Respect”.

La joven Aretha le hizo un par de pequeños cambios a la canción de Redding. Sus hermanas la acompañaron en los coros y no sólo le aportó su potente vozarrón. Fue la misma Franklin quien le incluyó el deletreo que luego se convertiría en himno: R-E-S-P-E-C-T. Además, le añadió la sigla en “take care, TCB”, aludiendo a la frase popular “take care of business”. En versión de Aretha Franklin, “Respect” era un potente llamado a la igualdad por parte de una mujer, y de una mujer joven.

El momento en Estados Unidos en 1967 era uno especial para la juventud: la movilización en contra la guerra de Vietnam tomaba fuerza, mientras que la lucha por los derechos civiles estaba en su momento más alto, liderada por Martin Luther King (quien moriría asesinado un año después). Las mujeres también estaban armando su propia revolución gracias a la segunda ola de feminismo. Así, cuando “Respect” fue lanzada, se disparó al número uno de los ránkings y la fama de Aretha Franklin explotó: una mujer negra le había dado el sonido a la época.

“Estaba la necesidad de la nación, la necesidad del hombre y mujer promedio en las calles, del hombre de negocios, la madre, el bombero, el profesor -todos querían respeto… la canción tomó una significancia monumental”, escribió la misma cantante en su autobiografía. En una muy citada entrevista sobre “Respect”, cuando se le preguntó si era muy audaz la petición que hacía la canción para la época, Aretha Franklin opinó: “No creo que haya sido audaz, para nada. Creo que es natural que todos queremos respeto. Y que deberíamos recibirlo”.