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La videoteca de Vera-Meiggs para el Día del Padre

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POR Periodista Practicante |

El proyeccionista visitó el jardín de Cristián Warnken con una serie de títulos audiovisuales bajo el brazo, todos con una raíz en común: el rol del padre como eje central de la historia.

Un día, un par de horas, una tarde. Con el padre. Una jornada para revisar esos filmes que llenan el espacio de la paternidad fue la propuesta de Cristián Warnken a su proyeccionista personal, el crítico de cine David Vera-Meiggs. Ambos, en Desde el Jardín y en una transmisión en que participaron varios radiovidentes, compartieron títulos para recordar y reflexionar sobre todo en el Día del Padre.

El Pibe

Dirigida por Charles Chaplin en 1921. Cuenta la historia de un vagabundo que encuentra un niño abandonado y no sabe qué hacer con él. Luego de una serie de intentos fallidos por devolverlo o dejarlo, opta por su cuidado.

Un padre que elige serlo. Elige quedarse con ese niño y alimentarlo lo mejor posible, dándole todo para que pueda ser lo mejor que al personaje de Chaplin le alcanza. Le enseña a luchar contra la pobreza, aunque con herramientas no precisamente prístinas desde el punto de vista moral.

“Es una maravilla de película. Sabe equilibrarse muy bien en la comedia, pero también con el melodrama”, comenta Vera-Meiggs.

El ladrón de bicicletas

Con películas como esta se sorprende al espectador: aquí no se encontrará con estrellas, se encontrará con la realidad cruda.

Data de 1948 y fue dirigida por el italiano Vittorio de Sica. El relato narra un accidente de la vida cotidiana de un trabajador, el robo de la bicicleta con la que va a trabajar. Presenta a otro padre tan potente como Chaplin, pero esta vez completamente anónimo.

“Quien no ha visto esta película tiene que verla, y tiene que verla con el padre. Es de las cosas mejor filmadas nunca”, sentencia el proyeccionista. “Todo acercamiento al neorrealismo italiano le hace bien a cualquier alma propiamente tal”, agrega.

La trilogía de Apu

Tres películas dirigidas por Satyajit Ray y que siguen al personaje de Apu:

  • Pather Panchali (Canción del pequeño camino), 1955.
  • Aparajito (El invencible), 1957.
  • Apur Sansar (El mundo de Apu), 1959.

En un comienzo Apu es un niño cuyo padre es bondadoso, dulce y empeñoso, pero no lo resultan las cosas. La pobreza comienza a hundir a la familia y cuando el padre regresa finalmente desde la lejana ciudad donde fue a buscar trabajo, “es otro de esos momentos en que es bueno tener pañuelos cerca”, según el crítico de cine.

Desde la opinión de Vera-Meiggs, esta trilogía “es un gran monumento, si sale cara la copia, gaste la plata, vale la pena”.

Padre Padrone

Con Padre Padrone, de 1977, los hermanos Vittorio y Paolo Taviani, dos hijos del neorrealismo, saltaron mundialmente a la fama.

Emplazada en un mundo básico, rudo y elemental, el padre en este filme es la clara representación de la tradición, del deber ser de las cosas. Un padre patrón.

Julio comienza en julio

El chileno Silvio Caiozzi dirigió esta cinta en 1979.

El padre que se observa en los 120 minutos del largometraje, personificado por Felipe Rabat, es, según Vera-Meiggs, la viva representación del padre chileno de aquel entonces. Un patrón absoluto de todo, incluso de las emociones que debieran tener los hijos.

“Yo creo que es una de las grandes películas chilenas, yo creo que por la chilenidad que contiene. Segundo por el tema potente, este padre devastador y absorbente, muy propio de una cierta tradición campesina, justamente es eso lo que caracteriza”, puntualiza el crítico.

Big Fish

El gran pez, de Tim Burton, es de 2003.

Aquí se encuentra al padre que inventa historias y abre horizontes. Su figura, personificada por Ewan McGregor y Albert Finney, aparece invadiéndolo todo, pero finalmente estos excesos se justifican en una búsqueda de hacer del mundo un lugar más vivible para los hijos.

Vera-Meiggs la define, en pocas palabras, como una película “interesante”.

Paper Moon

Dirigida por Peter Bogdanovich en 1973 y cuenta con Ryan O’Neal a la cabeza del reparto.

Esta cinta nos retrotrae a la primera de la lista, ya que aquí la historia sigue a un par de delincuentes, padre e hija, que hacen pequeños hurtos en los años 30 y se hacen merecedores incluso del perdón moral por parte de los espectadores.

“Especialmente la niñita es un encanto, y es la hija real de O’Neal”, cuenta el proyeccionista sobre la joven actriz galardonada con un Oscar por esta actuación.