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¿Cuánto vale el show?

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Agencia Uno/PAUTA
POR Eduardo Olivares |

“Si el fútbol chileno tuviese una directiva empoderada”, dice Fernando A. Tapia, la negociación por los derechos televisivos de la Selección podría ser exitosa. “Me temo que esas condiciones están muy lejos de la realidad”.

La venta de los derechos televisivos de la Selección Chilena masculina es el principal ingreso que cada cuatro años renueva la Federación de Fútbol de Chile, aun cuando el 95% de esos recursos, según reconoció el exgerente de selecciones Ian Mac Niven, van destinados a financiar la competencia local, los torneos de Primera División y Primera B. En otras palabras, una subvención a las SADP que provienen del producto estrella, y que negocia la ANFP y su directorio de turno. Actualmente está en vigencia el acuerdo alcanzado en 2017 con Turner (hoy Warner Media) que le entregó a Chilevisión los derechos de transmisión de todos los partidos de la Roja a cambio de US$ 120 millones, una cifra récord para el fútbol chileno. Pese a que debido a la pandemia recién se han podido disputar cuatro partidos de las clasificatorias para el mundial de Catar 2022, este 2021 se deberían iniciar las primeras conversaciones para el siguiente proceso, aquel que marcará el camino para el mundial de EE. UU., Canadá y México 2026.

Desde el 2006 a la fecha, todos los presidentes de la ANFP han sido capaces de ir anotando cifras históricas en cada negociación con los canales de la TV abierta. Sin embargo, el panorama económico actual, la crisis de la industria televisiva, el desgaste de la generación dorada y especialmente las dificultades de gestión de la actual directiva de la ANFP ponen en tela de juicio las posibilidades de alcanzar un acuerdo que pueda superar la última cifra.

Vamos por parte. Primero con el estallido social y luego con la pandemia, es evidente que la situación económica del país está lejos de garantizar un estado normal para conseguir un cifra que aspire a romper el récord. Si bien es cierto que los partidos de la Selección son sinónimo de alta sintonía, lo cierto es que los canales de la TV y en general los medios de comunicación han tenido muchísimas dificultades para levantar auspicios. Para mayor abundamiento, basta revisar los balances económicos que exhibe la industria televisiva, en su mayoría con importantes pérdidas.

Luego vienen las dudas deportivas, que surgen del desgaste natural de nuestra generación dorada. Si tomamos en consideración a los seis futbolistas más importantes de la Roja en la historia reciente (Vidal, Bravo, Sánchez, Medel, Aránguiz e Isla), el promedio de edad es de 33 años. Cuando se inicie el próximo proceso hacia el mundial 2026, este mismo grupo tendrá en promedio 36 años. Y, como sabemos, el bullado recambio ha sido más lento de lo esperado.

Finalmente están los problemas que rodean a la actual directiva encabezada por Pablo Milad, cuya elección permanece impugnada en tribunales electorales. Nadie puede garantizar que el presidente actual de la ANFP sea finalmente el mismo que termine firmado el próximo contrato, vital para el funcionamiento del fútbol chileno. Peor aún, las señales que se entregan al mercado son profundamente preocupantes, con sospechas de corrupción en la competencia local, la existencia de dobles contratos en varios clubes, con investigaciones judiciales por suplantación de identidad en uno de ellos y la inminente intervención que estudia la FIFA ante la postergada separación de la ANFP y la Federación. Por si fuera poco, la actual directiva está enfrentada con sus actuales socios comerciales: Warner Media, dueña de TNT Sports, que transmite los partidos de la competencia local, decidió abandonar la mesa negociadora que estudiaba la fórmula de compensación por los partidos que no se transmitieron debido al estallido social en 2019. Lo propio ocurre con Nike, la empresa que viste a la Selección, que se negó a pagar la cuota de 2019-2020 por US$ 7 millones anuales, debido a discrepancias por la falta de partidos que la Selección tuvo en ese periodo, y en el que la casa de ropa deportiva no se pudo exhibir. La contienda ha llegado a los tribunales, con acusaciones cruzadas e incluso con la filtración del millonario contrato a la prensa.

Como vemos, el panorama no pinta bien. Si el fútbol chileno tuviese una directiva empoderada, con dirigentes competentes, legitimados en el medio y respaldados por los clubes, probablemente habría una mayor esperanza de que la próxima negociación pudiese ser exitosa y anotar un nuevo récord. Pero me temo que esas condiciones están muy lejos de la realidad. Es más, la necesaria separación de la ANFP de la Federación, por voluntad o a la fuerza, sugieren que debiese ser otros, y no Milad y compañía, los que deberían ocuparse de esta importante negociación.

Hoy la actual dirigencia no da confianza, ni al medio ni a los probables ofertantes. Por ahora las fichas están puestas casi exclusivamente en lo que pueda hacer el técnico Martín Lasarte, contratado tras un errático y confuso proceso de búsqueda para reemplazar al colombiano Reinaldo Rueda. De su capacidad de levantar el rendimiento de la Selección, y de encauzar el camino de la Roja al mundial de Catar, dependerá en gran medida la posibilidad de romper la peligrosa dinámica en la que se mueve el escenario que rondará las primeras tratativas por los derechos de TV de la selección. ¿Cuánto vale el show? Lo dirá el mercado, aunque así como están las cosas el fútbol chileno debiese estar preparado para un importante frenazo de sus expectativas.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en www.PAUTA.cl