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El cártel del gol

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Agencia Uno
POR Andres Sepúlveda |

“Roguemos para que sean todas coincidencias, y no estemos como en México enfrentados a nuestro propio cártel del gol”. dice Fernando A. Tapia.

El pasado 1 de agosto el periodista mexicano Amir Ibrahim, director de un portal de noticias, le preguntó al presidente de su país, Andrés Manuel López Obrador, si el gobierno azteca iba en algún momento intervenir en el fútbol, según el reportero, víctima de una compleja red de corrupción en el que básicamente tres grandes redes de representantes de futbolistas manejan el mercado de pases de jugadores cometiendo algunos delitos como lavado de dinero y evasión de impuestos.

En la audiencia pública el primer mandatario mexicano se comprometió ante el periodista, autor de la investigación que el año pasado remeció a la opinión pública de ese país, a iniciar una investigación para aclarar el real alcance de lo que se denominó como el “cártel del gol”, e incluso el Presidente comparó el escándalo asociado a las transferencias de pases de jugadores con el caso “Odebrecht”, la extensa red montada por la constructora brasileña que durante 20 años sobornó a funcionarios públicos y agentes privados en al menos diez países latinoamericanos por montos cercanos a 500 millones de dólares, a cambio de la concesión de obras a favor de la empresa.

Según la investigación periodística, desde hace ya varios años, el fútbol mexicano es presa de oscuros intereses económicos en los que poderosos empresarios se han coludido para la compra de pases de jugadores a bajo precio, especialmente de Sudamérica, los que luego son instalados en el mercado azteca con cifras infladas, en operaciones en los que se blanquean millones de dólares de otras actividades, presumiblemente ilícitas. En esas acciones también han participado algunos entrenadores, que a cambio de suculentas comisiones, aceptan la llegada de jugadores sin considerar los aspectos estrictamente deportivos.

El negocio se ha ido extendiendo hasta el límite de que los representantes apuntados en el reportaje, han terminado por comprar clubes para facilitar las maniobras, en transacciones en los que abundan nombres de empresas fantasmas, palos blancos e incluso la multipropiedad de equipos.

Todo esto suena cada vez más cercano a lo que está ocurriendo en Chile. Es más, el periodista Amir Ibrahim le consultó al presidente mexicano si iba a investigar, entre otros, a Jesús Martínez, cabeza del grupo Pachuca, dueño del equipo del mismo nombre, además del León, ambos de la primera división del fútbol azteca, y en Chile, desde el 2016, controlador de Everton de Viña del Mar.

El caso mexicano provocó que en septiembre del año pasado, autoridades argentinas allanasen la sede de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y la de 8 clubes, buscando pruebas para una investigación por lavado de dinero en transferencias de jugadores en contra del representante Uriel Pérez, un ex jugador uruguayo, socio del poderoso empresario trasandino Christián Bragarnik, éste último con fuertes conexiones en el fútbol de su país, en México, España y también en Chile.

Precisamente, la semana pasada, el diario El Mercurio entregó detalles de la compleja maraña de sociedades cruzadas que emparentan a dos equipos archirrivales posiblemente bajo una misma propiedad: Unión La Calera y San Luis de Quillota podrían estar bajo el control de una misma persona o grupo, y las sospechas apuntan precisamente a Bragarnik, aunque no existan escrituras que lo puedan demostrar. Porque todo parece estar hecho en las sombras, a media luz y aprovechando las zonas grises que dejó abierta en nuestro país la ley de sociedades anónimas deportivas.

Una investigación de Ciper, publicada en los últimos días, también alimentó aún más las serias sospechas de que el club Universidad de Chile pudo haber caído en manos de especuladores financieros, aliados con dirigentes de otros clubes e incluso representantes de futbolistas, que podrían estar utilizando la gran vitrina de la camiseta azul con el propósito de utilizarla para la constante venta y compra de pases de jugadores, socavando de paso el proyecto deportivo. Ciper demostró los lazos comerciales entre el actual presidente de la “U” Michael Clark, con el máximo regente de Huachipato, Victoriano Cerda, además de la familia Kiblisky, formalmente ex propietaria de Ñublense de Chillán, estableciendo incluso negocios en paraísos fiscales.

¿Es todo esto mera casualidad? ¿Habrá nuestro país importado un modelo que hoy el gobierno mexicano ha decidido investigar? ¿Por qué el consejo de presidentes de la ANFP sigue postergando los cambios de estatutos en los que se prohíbe la multipropiedad de clubes? ¿Hasta dónde ha llegado el lobby de los empresarios del fútbol, que han logrado que la reforma a la ley de sociedades deportivas duerma en en el Senado desde el 2018? Roguemos para que sean todas coincidencias, y no estemos como en México enfrentados a nuestro propio cártel del gol. 

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.