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Europa cada vez más lejos

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POR Matias Bobadilla |

“Hoy la Copa América parece un evento de segundo orden comparado con lo que observamos en Europa”, escribe el periodista Fernando Agustín Tapia. “Preocupante y triste”.

La jornada del pasado lunes 27 de junio en la Eurocopa quedará registrada como una de las más espectaculares que se hayan vivido en la historia del torneo de selecciones del “Viejo Continente”. España derrotó a Croacia por 5 a 3 en un duelo que se definió en el alargue y en el que ambos cuadros regalaron momentos de sublime emoción en una batalla sin tregua por acceder a los cuartos de final. Y más tarde, en el gran batacazo del torneo, Suiza eliminó al súper favorito, Francia, luego de igualar 3 a 3, con prórroga incluida, en una infartante definición a penales.

14 goles en dos partidos que tuvieron a los millones de fanáticos del mundo pegados la pantalla, a los europeos y también a los sudamericanos, que vimos, con envidia, una expresión futbolística que extrañamos en nuestro continente a la par con la disputa de la Copa América.

Por décadas nos hemos jactado de ser la cuna de los mejores futbolistas del planeta. Allí están Pelé, Diego Maradona y Lionel Messi como mejor demostración. Por décadas también, hemos repetido que mientras en Europa reina el fútbol físico, acá nacen los talentosos. Y aunque sigue siendo una verdad que nuestro continente sigue siendo una fuente inagotable para el surgimiento de genios con el balón, habrá que reconocer que hace rato en el viejo continente dejaron de producir sólo atletas, y que también sus métodos de formación les han permitido tener jugadores de exquisita técnica del más alto nivel mundial.

Los dirigentes sudamericanos se obsesionaron con la idea de realizar la Copa América al mismo tiempo que la Eurocopa. La excusa era darle competitividad a nuestras selecciones en medio de un nuevo proceso mundialista, de tal manera de reducir las diferencias que respecto a los equipos europeos se han producido en las últimas copas del mundo. Pero la verdad no fue otra que le necesidad de generar recursos adicionales para las alicaídas arcas de todas las federaciones, y emparejar el calendario pensando en el mercado de pases, considerando que Sudamérica es exportador de talentos, precisamente hacia el viejo continente.

Las motivaciones económicas y comerciales han dejado expuesto ante los ojos del mundo dos productos de calidad muy distintos. Hoy la Copa América parece un evento de segundo orden comparado con lo que observamos en Europa. El nivel del espectáculo que se ha visto en la Euro ha dejado en evidencia que esa distancia que por muchos años había a favor de Sudamérica no solo ha desaparecido sino que se ha transformado en un océano de diferencias que benefician al torneo de selecciones europeas.

Es probable que no sea del todo justa la comparación, si pensamos en los problemas organizativos que tuvo que enfrentar nuestro continente. Mientras que en Europa el actual campeonato fue pensado en 2012, acá los dirigentes de la Conmebol tuvieron recién la ocurrencia de sumar una nueva Copa América el 2019, apenas terminada la última versión en Brasil. Colombia y Argentina compartirían la organización, pero las dificultades sociales y la pandemia obligaron a improvisar una sede , otra vez en Brasil, con el resultado que hemos visto: canchas en mal estado y lugares de entrenamiento sin el estándar adecuado.

Peor aún, los partidos sin público contrastan con la efervescencia que hemos visto en los estadios de las once ciudades europeas designadas para la actual Eurocopa. Desde el punto de vista estético, organizativo, hay años luz de diferencia. Pero más preocupante aún es lo que vemos si comparamos el nivel del juego.

Mientras en Europa campea el ritmo y la intensidad, acá cuesta encontrar partidos de ida y vuelta. Las cifras estadísticas de la primera fase en la Euro establecieron que mientras allá el tiempo efectivo de juego supera los 60 minutos promedio por encuentro, acá bordeamos apenas los 50.

Parte de nuestra idiosincrasia, dirán muchos, resignados a aceptar esa mala costumbre a simular, con arbitrajes que contribuyen a hacer el juego más lento. Un buen ejemplo de lo último es el uso del VAR. Mientras en Europa las jugadas son resueltas en menos de dos minutos, en Copa América hemos visto que algunas acciones se han demorado casi diez, como el polémico gol del empate transitorio de Brasil ante Colombia. Insufrible.

La primera ronda de la Copa América no arrojó sorpresas, con un formato además que no exigía demasiado. De 10 selecciones clasificaban 8 a los cuartos de final. Los eliminados, los mismos de siempre: Bolivia y Venezuela.

Por ahora el torneo sudamericano se sostiene en el peso de sus figuras de carácter mundial. Apenas Messi y Neymar logran encender algunos televisores en Europa con la promesa de ver algo de magia. El resto muy poco, pese a que en un comienzo muchos entrenadores pensaban utilizar este torneo como un escenario de prueba para los nuevos futbolistas sudamericanos pensando en lo que realmente importa, la exigente clasificatoria mundialista.

Desde el punto de vista táctico y estratégico se observan también grandes diferencias. Los entrenadores sudamericanos se han mostrado reacios a presentar propuestas osadas y modernas, como sí se ve en general en los entrenadores europeos.

En fin, la esperanza está puesta que a partir de los cuartos de final, en partidos de vida o muerte, donde ya no sirve la especulación y el cálculo, asome el talento sudamericano, en los pies de futbolistas que si han demostrado ser capaces de jugar a mayor intensidad en sus clubes en Europa.

Aunque las canchas y los arbitrajes no ayuden, pese al pragmatismo excesivo de nuestros entrenadores, y a la monumental improvisación de nuestros dirigentes, son los futbolistas los únicos capaces de evitar que Europa quede cada vez más lejos. Porque eso dejó de ser una tendencia para transformarse en una peligrosa realidad. Desde el mundial de Corea y Japón 2002, y el título de Brasil, ya han pasado cuatro mundiales en que la Copa del Mundo ha sido levantada por selecciones europeas. Preocupante y triste.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.