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La (y los) 33

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Agencia Uno
POR Andres Sepúlveda |

“El mérito del actual timonel fue no tocar mucho la máquina ya aceitada. Y manejar con prudencia la fuerte personalidad del entrenador”, dice Fernando A. Tapia: “La crisis deportiva más profunda de su historia ha quedado atrás”.

Colo Colo es el nuevo campeón del fútbol chileno. Dos fechas antes del término del torneo, el equipo albo selló un nuevo título de la primera división con la que siguió engrosando su generosa vitrina de trofeos.

La copa número 33 de su historia llegó cinco años después de su última consagración, demasiado tiempo para lo que acostumbran sus hinchas. Pero lo hizo sin dejar duda alguna de que se trata de un título más que merecido.

El cuadro popular fue el mejor de todos, y lidera prácticamente todos los ranking: fue el equipo con más triunfos, el con menos derrotas, el que más goles anotó y el que menos tantos recibió. Su goleador, el argentino Juan Martín Lucero, es hasta ahora el segundo máximo artillero del campeonato, en una batalla con el delantero de la UC, Fernando Zampedri, que por ahora se impone, con tres conquistas de ventaja.

Al margen de la estadística, Colo Colo fue el mejor equipo del torneo. Marcó diferencias con su funcionamiento, dinámica y jerarquía individual. Todo bajo el liderazgo de su entrenador, Gustavo Quinteros, sin duda gran artífice de la resurrección del equipo colocolino que hace menos de dos años vivió la peor crisis deportiva de su historia, donde llegó a estar a un paso del descenso.

Al momento del festejo por este nuevo campeonato, no cabe duda que el camino recorrido desde esos dramáticos días hasta ahora debe ser reconocido como un ejemplo de resiliencia. Colo Colo pudo perder la categoría porque sus máximos dirigentes habían puesto sus intereres personales por sobre los del club. Las peleas de poder entre los máximos accionistas de Blanco y Negro nublaron sus decisiones. Mientras Leonidas Vial y Aníbal Mosa tironeaban de la camiseta para resolver quién se quedaba con el pedazo más grande, el equipo sucumbió en la cancha.

El haber caído tan bajo, y ante el clamor popular por cambios estructurales, la empresa concesionaria dio un paso decisivo para su supervivencia. La entrega del control al Club Social y Deportivo, bajo el liderazgo de Edmundo Valladares, fue clave para el éxito presente. Ese fue el punto de inflexión, porque los hinchas volvieron a sentirse representados y escuchados por la dirigencia, y porque las decisiones para estructurar el plantel se tomaron fundamentalmente en base a criterios deportivos y no estrictamente económicos.

El proceso de “Arellanización” que llevó adelante el entonces Presidente de Colo Colo fue otro de los hitos que cambió el rumbo de la historia. El reencuentro con los valores más profundos del club y sus ídolos históricos, sirvió para reducir en algo la desconfianza de los hinchas con los dueños circunstanciales, que estratégicamente se mantuvieron alejados del protagonismo, al menos por un tiempo.

Edmundo Valladares y el Club Social y Deportivo lo estaban haciendo tan bien, que cuando el equipo logró retomar el rumbo y las aguas estaban más quietas, los accionistas mayoritarios resolvieron regresar al control a través de Alfredo Stöhwing, el actual Presidente. El fierro ya no estaba caliente, y tenía que ser un representante del modelo de la sociedad anónima el que recibiera los créditos del éxito en ciernes.

El mérito del actual timonel fue no tocar mucho la máquina ya aceitada. Y manejar con prudencia la fuerte personalidad del entrenador, cuyas exigencias mantuvieron más de alguna tensión interna, especialmente cuando Gustavo Quinteros surgió como una opción para dirigir la selección chilena tras la salida del uruguayo Martín Lasarte. Blanco y Negro no estuvo dispuesto a aceptar una salida anticipada, y a pesar de la molestia del técnico, el tiempo les dio la razón. Colo Colo es nuevamente campeón y abraza la copa número 33.

La crisis deportiva más profunda de su historia ha quedado atrás, justo en días en que el fútbol chileno enfrenta un momento clave con nuevas elecciones en la ANFP a efectuarse en los próximos días. Bien harían los dirigentes que componen el consejo de presidentes si tomaran nota de que para superar una crisis como la que vive la actividad con todos sus estamentos, lo primero es reconocer que existe un momento de máximo riesgo, que pone en tela de juicio el futuro inmediato de la industria.

Quizás Pablo Milad podría considerar el ejemplo que dieron los dirigentes de Blanco y Negro en su momento: dar un paso al costado y dejar que otros solucionen lo que él no ha podido. ¿Y Lorenzo Antillo? No, por favor, la idea es mejorar y no estar peor.

Sólo la lista que encabeza el expresidente de Palestino, Fernando Aguad, da alguna luz de esperanza, aunque al mismo tiempo es la que menos respaldo concita por ahora entre los consejeros. 16 Presidentes de la Primera División y 17 de la Primera B tienen en sus manos la decisión. Coincidentemente son 33 los dirigentes que resolverán con sus votos cómo sigue el camino del fútbol chileno.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.