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Mbappé y el nuevo orden del fútbol

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POR Andres Sepúlveda |

“Detrás del PSG está Qatar, el país organizador del mundial más polémico de todos los tiempos, y que ha utilizado al equipo francés como vehículo de propaganda y de lavado de imagen de la copa del mundo”, dice Fernando A. Tapia.

La portada del diario deportivo español Marca resumió el estado de ánimo del madridismo luego de la decisión del futbolista francés Kylian Mbappé de rechazar la oferta del equipo merengue: “Hace falta mucha clase para jugar en el Real Madrid”, tituló histérico el medio de comunicación a grandes letras, incrédulos que un jugador haya declinado la posibilidad de recalar en el equipo más grande e importante del mundo.

Para ellos el joven delantero del PSG optó por el dinero en vez de buscar la gloria deportiva con el club que este sábado 28 de mayo buscará nada menos su 14° Liga de Campeones de Europa en la gran final contra el Liverpool, precisamente a jugarse en París, la ciudad en la que Mbappé prefirió quedarse.

La determinación del atacante, campeón del mundo con Francia en 2018, ha sido la noticia más comentada de los últimos días en el planeta fútbol. Las cifras estratosféricas implicadas en el acuerdo de renovación con el cuadro parisino han motivado también la preocupación por las implicancias económicas para el ecosistema de la industria.

Los trascendidos hablan que el PSG le ofreció al crack una prima de 300 millones de euros, además de un salario de 90 millones de euros brutos por año, en un contrato que se extenderá por tres temporadas, es decir hasta el 2025. Cifras que el presidente de la liga española Javier Tebas calificó como “un insulto al fútbol”, y el CEO de la Serie A italiana, Luigi De Siervo, como “una maldad absoluta”. De hecho el primero de ellos declaró que el PSG está vulnerando el Fair Play financiero que regula a los clubes europeos, y aseguró que el cuadro francés acumula en estos años pérdidas por alrededor de 700 millones de euros mientras su masa salarial se aproxima a los 600 millones de la misma moneda, por lo que anunció que denunciará a la institución parisina ante la UEFA y la Unión Europea.

Kylian Mbappé ha dicho que su decisión no fue motivada por el dinero, e incluso señaló que las dos ofertas económicas eran muy parecidas: “No le he dicho que no al Madrid, dije si a Francia y al proyecto del PSG”, declaró en sucesivas ruedas de prensa organizadas tras su anuncio. En efecto, aunque cueste aceptarlo o creerlo, hay también poderosas razones deportivas que ayudan a entender la decisión del delantero. Desde que llegó a París proveniente del Mónaco en 2017, el atacante ha conseguido junto al equipo 4 títulos de liga , 3 Supercopas, 3 Copas de Francia y 2 Copas de la Liga. La deuda pendiente es la Champions League, trofeo que nunca ha logrado el PSG y que pretende alcanzar para pasar definitivamente a la historia grande del club.

En efecto, con el Real Madrid podría también aspirar a ese trofeo, aunque costaría un poco más escribir su nombre con letras doradas considerando que hay una larga lista de futbolistas que lo han conseguido en varias oportunidades (Paco Gento, el jugador del Madrid que más títulos de Europa ganó 6; Alfredo Di Stéfano 5 y luego aparecen varios más como Cristiano Ronaldo, Karim Benzemá o Sergio Ramos, todos con 4).

El PSG le ha ofrecido a Mbappé que de ganar la Champions será la cabeza del hito más importante del club, sin considerar otros récords que está a punto de batir, como el de máximo artillero y asistidor de todos los tiempos, versus ser un ganador pero de reparto. ¿Por qué desestimar una legítima aspiración de alcanzar estos objetivos con el club del que es hincha?.

Lo cierto es que Mbappé declaró en el pasado que su sueño era llegar a vestir la camiseta del Real Madrid. Sueño que perfectamente puede postergar por tres años, ya que aún es joven (23). El tema es si en España le perdonarán la afrenta tras el escándalo y de haber puesto es jaque la planificación del poderoso presidente merengue Florentino Pérez, que puso todos los huevos en una misma canasta con el frustrado fichaje del francés.

A fin de cuentas el dirigente máximo del Real Madrid ha recibido de su propia medicina. Acostumbrado a romper el mercado con ofertas exorbitantes, el año pasado llegó a ganarse el repudio mundial luego de plantear la creación de una Superliga europea, un torneo reservado sólo a equipos poderosos en los que se excluían razones deportivas para participar, cuestión que aún se discute en Europa y que podría traer sanciones futuras para el equipo madridista. Como pecas pagas Florentino.

En la renovación de Kilyan Mbappé hay también razones políticas que han dejado más en claro el nuevo orden del fútbol mundial: el poder de los clubes estado. Porque detrás del PSG está Qatar, el país organizador del mundial más polémico de todos los tiempos, y que ha utilizado al equipo francés como vehículo de propaganda y de lavado de imagen de la copa del mundo. Primero con el fichaje de Neymar, luego de Messi y ahora con la prórroga del contrato con la estrella del momento. No es casualidad que la otra figura emergente del fútbol mundial, el noruego Erling Haaland, haya fichado por el Manchester City, otro equipo financiado por los petrodólares, aunque de Arabia Saudita. Club que desde 2016 tiene el récord mundial en contrataciones, con más de 1000 millones de euros en fichajes.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.