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El tercer rechazo del 10% de Evópoli ahora es con candidato presidencial a cuestas

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

El partido oficialista ha votado mayoritariamente en contra de las iniciativas. Y esta vez serán consistentes también con lo que ha planteado su abanderado Ignacio Briones.

Más de 800 comentarios y 500 reacciones, entre Me enfada y Me divierte, recibió el diputado Andrés Molina el 8 de julio del año pasado en el video de su Facebook en que explicó sus razones para rechazar el primer retiro del 10%. Él, Luciano Cruz-Coke y Francisco Undurraga conforman la triada de diputados de Evópoli que han rechazado cada uno de los retiros de fondos previsionales -incluso el que propuso el Gobierno- y que lo harían una vez más esta semana, con el tercero.

Pablo Kast estuvo a solo una votación de sumarse al grupo, pero se pareó durante la tramitación de una de las iniciativas; Sebastián Keitel se inhabilitó en todas las ocasiones por un conflicto de interés; y Sebastián Álvarez ha sido el más disruptivo: aprobó el proyecto del Gobierno y se abstuvo varias veces antes.

En la UDI y RN el asunto ya se vive casi con naturalidad. A pesar de que la colectividad que preside Javier Macaya insiste en que el Gobierno acuda al Tribunal Constitucional, los principales candidatos presidenciales de esos partidos son defensores de utilizar los recursos de los cotizantes y al menos la mitad de los diputados oficialistas votaría que sí esta semana.

Pero Evópoli tiene un problema: han mantenido la postura del “no” como bloque, sin matices salvo Álvarez, y ahora impulsan a un candidato presidencial, Ignacio Briones, que marcó exactamente un punto en la última edición de la encuesta Cadem. Encabezando esa misma lista está Pamela Jiles, la parlamentaria que literalmente enarbola la banda de otro retiro más.

El tercero, con matices en el discurso

El primero fue la prueba de fuego para Evópoli. De la votación del 8 de julio salieron enemistados con el resto de los partidos de Chile Vamos por haber “violado las confianzas” de la coalición, como criticó el diputado Undurraga, y desde entonces han rechazado los retiros. Tres veces consecutivas, en medio de la desbordante popularidad que la iniciativa tiene y en un año electoral. “El tema del desgaste o quedar arrinconado o solo votando cosas impopulares, no es algo que me complique”, comenta Pablo Kast.

No obstante, algo se ha morigerado el discurso en el camino. Durante la tramitación del primer 10%, el ahora presidente del partido Andrés Molina usó su intervención para advertir que “las consecuencias de esto son, primero, que los fondos que van a quedarle a las personas bajarán porque habrá una cascada de salida. Los que hoy tenían una baja del 15% van a tener una baja del 70% de lo que tienen hoy día o más. Además, esta plata en el mercado va a significar un alza de precio de todas las cosas”.

La semana pasada, en conversación con este medio, aclaraba que con ciertas modificaciones parte de la bancada podría evaluar la iniciativa. “Si este retiro efectivamente fuera para las personas que realmente lo necesitan y se pudiera focalizar en las personas que han tenido realmente problemas y que hoy están en una situación complicada, uno entendería esto, pero aquí la gran mayoría que va a favorecerse son las personas que tienen altos sueldos y altas pensiones y eso no soluciona el problema”, decía a PAUTA

Un fondo de reposición

Esa es la misma postura que blanquea Kast, quien votó en contra incluso la iniciativa del Gobierno y en esta oportunidad enfatiza en considerar el proyecto si contara con un plan de reposición de los fondos y focalización, como lo que proponía el mensaje que el Gobierno ingresó para frenar el segundo retiro y que finalmente quedó desprovisto de la mayoría de esos puntos.

“Solamente estoy dispuesto a validar con mi voto retiros excepcionales de los fondos previsionales bajo circunstancias extremas, focalizados en personas que realmente lo requieran, con un plan de reposición futura, que la gente que puede a futuro cotizar reponga ese retiro y por supuesto, con el objetivo de que esto realmente lo veamos con una solución de largo plazo”, explica Kast.

En el Ejecutivo ven bien lejana esa postura: la decisión que tomó el Comité Político varias semanas atrás fue llevar el tercer retiro del 10% al Tribunal Constitucional y, como alternativa, evaluar a quiénes se estaba dejando fuera hoy con las medidas sociales que el Gobierno ha presentado en las últimas semanas y en el último año. Eso sí, aceptando que ninguna ayuda que amplíen podría frenar a este tercer retiro, de acuerdo con lo que transmiten en Palacio.

Y sobre Álvarez: en la bancada están las dudas sobre su votación, pues para el primer retiro se abstuvo, en el segundo no votó y en el proyecto del Gobierno aprobó. Según explican en el partido, en su región hay muchos emprendedores y pymes de turismo afectadas, lo que aumenta la presión para que sea propenso a aprobar. Su opción, de cualquier forma, no dará vuelta el partido, pues al menos la mitad de los parlamentarios oficialistas estaría por aprobar la iniciativa. Además, el trámite del TC -que en el Ejecutivo apuestan a ganar nuevamente- podría terminar por zanjar cualquier forma de extracción de fondos desde las AFP en esta oportunidad.

Cruz Coke y Undurraga aseguran que votarán en contra de cualquier manera, incluso aunque se considerara un plan de compensación como lo propone Kast. Durante la tramitación del primer 10%, la diputada Camila Vallejo ingresó una indicación para crear un “Fondo Colectivo Solidario de Pensiones” que compensara los montos extraídos. Jiles prometió recientemente “devolver a los ciudadanos sus fondos”. Según los cálculos de Cruz-Coke, entre las tres extracciones se podría alcanzar a un monto similar a 45 mil millones de dólares.  “Eso es trasladar deuda o recursos que hoy se están implementando, por ejemplo los 6 mil millones de dólares que aprobamos, para poder reintegrarles la deuda, hacer de un retiro una deuda. No me parece justo con la gente que no ha retirado”, explica Undurraga a PAUTA.

Briones y el tercer retiro

Ahora Evópoli promueve a Briones como candidato presidencial. A pesar de que desde este sector han dicho más de una vez que lo que hacen los otros presidenciables en cuanto a ciertas medidas, como los retiros, es “vender humo” y que sus propuestas serían “sin ofertones”, quien lleva la bandera del uso de los fondos previsionales es Pamela Jiles, la candidata más popular del momento según la Cadem.

Los retiros del 10%, de hecho, son aprobados por más del 70% de la ciudadanía según un sondeo de Ipsos. Y en ese escenario es donde juega Briones, quien apareció este lunes en penúltimo lugar en la última edición de ese mismo sondeo, solo encima de Carlos Maldonado, el presidente del PR, que marca cero. 

“Lo que ha hecho Ignacio es ser coherente y consistente con la posición que ha tomado desde el principio. Él entiende la necesidad de las personas y quién no podría entenderlo, pero entiende que eso no se puede financiar con cargo a la jubilación de las personas, sobre todo de aquellas más vulnerables, porque aquellas personas ya retiraron todo”, explica Cruz-Coke.

De todas formas, desde su comando transmiten que subirse al carro del 10% tampoco le serviría, pues la única persona que está capitalizando el proyecto es Jiles y que, por ejemplo, Paula Narváez (PS) o Mario Desbordes (RN) no estarían repuntando a pesar de sumarse a la propuesta. “Jiles y Briones se encuentran en las antípodas y me alegro de que sea así”, dicen en la bancada.  

En lo que sí se han centrado desde el partido es en impulsar la propuesta de la eliminación de algunas exenciones tributarias, como lo proponía el exministro de Hacienda, de tal forma que los recursos que se obtengan de ahí puedan ser utilizados para transferencias directas a las familias. Pero aquello no ha avanzado demasiado desde que Briones dejó la cartera.