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Ignacio Briones desafiante y optimista: “Comprarse un eslogan es renunciar a pensar”

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POR Fernanda Valiente |

El ministro de Hacienda señala que la meritocracia fallida y la falta de pensamiento crítico incidieron en el malestar social.

Empatía, pensamiento crítico y educación son factores que hacen falta hoy para desarrollar la cohesión social. Además, hace falta leer a Adam Smith, dice el ministro de Hacienda, Ignacio Briones. “Él desarrollaba esta idea de empatía. De que es mucho más fácil empatizar con el otro en aquellos círculos que están más cercanos. Pero a medida que uno se va alejando es más difícil ese ejercicio”, señala en Desde El Jardín.

Reconocido por algunos por su tranquilidad para abordar uno de los cargos más estresantes, apunta que la clave está en la tolerancia, sobre todo en el contexto actual. “Los fenómenos sociales son muy complejos y particularmente en el que estamos, es aun más complejo. Por lo menos uno debería intuir que acá uno no se las sabe todas y que vale la pena mirar con detención. Conversar y escuchar los aspectos contrarios, yo creo a uno le da una paz también para abordar estos problemas”, expresa.

Porque especialmente en tiempos de crisis se necesita una templanza para abordar el pensamiento y no dejarse llevar por la emoción. En este aspecto, y a raíz de las protestas de octubre, el destacado académico Carlos Peña postula en su nuevo libro que el malestar surge a partir de la paradoja del bienestar.

Briones, quien fue embajador chileno ante la OCDE (2013-2014), concuerda con la idea principal de Peña. Cree que la raíz del problema no es únicamente la desigualdad. “Este es por lejos el período más exitoso en la historia de Chile en lo económico y social, lo que no quiere decir que sea perfecto y tenga grandes defectos”, dice el también exdecano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Pero, ¿de dónde surge esta rabia?, se pregunta Cristián Warnken.

En primer lugar, Briones encuentra que existen expectativas frustradas frente a “la promesa del mérito ciego”, a pesar de que los hijos están mucho mejor que la generación de sus padres. En segundo lugar, el sistema educativo juega un factor clave. “A mí me parece que tenemos una falla en la educación no solo en términos de los conocimientos específicos […,] sino que hay una falla bien profunda en el desarrollo del pensamiento crítico”, señala. La falta de esta capacidad destapa un individualismo exacerbado, que no está intermediado por el diálogo y la empatía social. En ese sentido, surge la convicción de que ‘lo que pienso es lo correcto'”.

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La contradicción del malestar

Uno de los elementos del individualismo actual es que  se deja de lado la interacción con el otro. “Es la versión egoísta de lo que postula Adam Smith”, agrega Briones. De tal forma, el ministro de Hacienda afirma que existe una contradicción interna en aquellos que critican el modelo neoliberal. Porque “no hay nada más egoísta” que detener el funcionamiento de un colegio o una iglesia siguiendo el interés propio.

A pesar de que el liberalismo trabaja con el individualismo, piensa que varios presentan un desconocimiento del concepto. “Creo que hay ciertos sectores que hacen una caricatura de que el individualismo es egoísmo”, critica.

Es más, el ministro difiere de la idea de que en Chile exista “un capitalismo desregulado, un capitalismo salvaje. Eso no es así”. Sostiene que “incluso si uno toma el tema de la colusión que genera tanta rabia, acá se han hecho crecer aspectos notables en esta materia”. Un avance que, subraya, se desarrolló durante el gobierno de Michelle Bachelet.

¿Peligro totalitarista?

La sensación de desigualdad como única causante del malestar potenció la violencia y la polarización política. Son aspectos que a veces pueden llevar al nacimiento de extremos, como corrientes totalitaristas. Pese a que el ministro no advierte tal escenario, a su juicio sí existen sectores que adquieren una mirada más uniformante de la realidad, entre ellos, el Partido Comunista. “Ellos tienen una convicción teológica de sus verdades. Y tan creyentes son de sus verdades que no tienen problemas en sus medios para que esas verdades se realicen”.

Tal pensamiento parcial tiende a llevar a las sociedades a resultados peligrosos. Por eso, rescatar el aspecto humanista le parece fundamental. “Porque no hay nada más destructor que el eslogan, que al final es la síntesis de renunciar a pensar. O sea, comprarse un eslogan es renunciar a pensar. Y eso es triste, dramático [y es] imposible construir una sociedad fructífera con eso”.

En esta materia, el mundo artístico encarna un aspecto positivo de la individualidad, dentro del espacio de la libertad. Porque “estas expresiones de arte que han ocurrido son valiosísimas como expresiones de originalidad”.  

Un cambio gradual

Además del desarrollo de la empatía, Briones no deja de lado la responsabilidad del Gobierno. La modernización del Estado “requiere un gran coraje, porque acá nuevamente hay grupos de interés”, dice. Pero no se da por convencido: postula que se requiere crear una hoja de ruta donde se establezcan las prioridades. 

“O sea, una cosa tan obvia como una familia: cuando enfrenta situaciones distintas, modifica su presupuesto, lo cambia. Deja de ir de vacaciones, no va a cambiar el auto quizás, qué sé yo”, ejemplifica. “Y en el Estado parece ser que los porcentajes o que los pedazos de torta que se lleva cada área son siempre los mismos. ¿Por qué tendría que ser así? Si hoy en día tenemos nuevas prioridades, ¿por qué no podemos achicar el pedazo de esto que no me interesa tanto y aumentar el pedazo de esto que me interesa más?”, profundiza.

En vista de un proceso de posibles reajustes, dentro de una mirada realista, Briones se considera un optimista: “De verdad creo que todos tenemos que poner nuestra cuota. Creo que es una oportunidad increíble para hacer cambios para bien. Desde tener mercados más competitivos, con cancha pareja, abiertos a emprendimientos de todo tipo, hasta mejores regulaciones”.

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Porque una de las responsabilidades del Gobierno es asegurar una adecuada distribución de los recursos recaudados por los impuestos.

“Yo estoy dispuesto a dar esa pelea. Creo que es el momento. Además, tengo un convencimiento profundo de que es algo que hay que hacer. Que es un imperativo como autoridades meterse en ese tema. O sea, es inaceptable que nosotros no podamos ser capaces de garantizar que la plata de los chilenos y chilenas, que nos entregan con esfuerzo, se gaste bien”, afirma.

De esta forma, advierte que se puede crear una sociedad no solo más sofisticada, sino también más inclusiva.

Revise la conversación entre Ignacio Briones y Cristián Warnken: