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Senado se aprieta el cinturón y ahorrará más de $60 millones en altos sueldos

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El presidente del Senado, Jaime Quintana y el secretario general de la Cámara Alta, Raúl Guzmán. Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

Al recorte de sueldo del secretario general de la Cámara Alta, el nuevo objetivo es el prosecretario… cuyo puesto abrió un nudo aún sin solución.

El martes 23 de julio se realizó la quinta cuenta pública del Congreso Nacional, instancia donde no solo hubo discursos políticos y mensajes al Ejecutivo, sino también balances de la gestión de la Cámara de Diputados y el Senado con números y detalles.

En el caso de la Cámara Alta, el presidente de la instancia, Jaime Quintana, dedicó palabras a uno de los compromisos de su gestión: “Las medidas de austeridad, para hacer frente al déficit presupuestario de la corporación y optimizar lo más posible sus recursos”.

Dentro de este ítem, la mesa que dirige Quintana ha hecho esfuerzos para “ahorrar” en cuestiones operativos y también de fondo. A la suspensión de la compra de vino para los comedores de los parlamentarios, se sumaron medidas como las “comisiones sin papel” para reducir los millonarios costos en impresiones y papeleos, que solo el 2018 significaron más de $33 millones en insumos de las comisiones permanentes. 

Pero hay otro ajuste del cinturón que ha pasado inadvertido: los sueldos de dos altos administrativos de la Cámara Alta: el secretario general y del prosecretario del Senado. Con el primero, Raúl Guzmán, ya se está aplicando, mientras que con el segundo se está a la espera de definir su nominación.

Así, entre recortes de bonos y otras consideraciones, se acordó recortar mensualmente cerca de $2,5 millones las remuneraciones para ambos cargos. La idea es que al menos este periodo se “ahorre” anualmente casi $60 millones, según un documento interno obtenido por PAUTA y que fue presentado por la presidencia del Senado hace algunas semanas a la Comisión de Régimen Interior.

La decisión de estos ajustes se tomó luego de la polémica que inició a principio de año con los concursos públicos para ocupar estos puestos. El secretario general y el prosecretario lideran el escalafón de la dotación de planta y sus honorarios brutos superan las remuneraciones de los propios parlamentarios.

Fue en abril, tras la nominación del exfiscal Guzmán como secretario de la Cámara Alta, cuando los cuestionamientos tomaron más fuerza. 

En ese entonces, el senador Quintana comunicó que el sueldo para el cargo asumido por Guzmán tendría un reajuste a la baja de aproximadamente 15% en comparación con el de su antecesor: en promedio, se pasó de $15.667.111 brutos mensuales a $13.195.314.

Este cambio significaría un “ahorro anual” para la Cámara Alta de $29.661.564, un número que se parecería en el caso del prosecretario. Así, en total el ahorro anual llegaría a casi $60 millones.

El otro nudo: quién será el prosecretario

En la actualidad, el cargo de prosecretario (llamado oficialmente de “prosecretario y tesorero”) sigue vacante, pero los cálculos de comparación que realizó el Senado se hicieron con la situación de José Luis Alliende, quien hasta hace algunos meses se desempeñó como el titular del cargo. Su remuneración era cercana a los los $15.242.000 brutos, pero con los ajustes el futuro compañero de Guzmán tendrá un sueldo de un poco más de $12.700.000 brutos.

Sin embargo, hay un detalle. Aún no se sabe cuándo llegará su reemplazante oficial, pues el concurso público está congelado por culpa de un nudo político.

A principios de junio, hubo un cambio que complicó las negociaciones en el Senado. En carrera estaban Hernán Frigolett, extesorero de la República; Pablo Oneto, subsecretario administrativo de la Cámara de Diputados; Carlos Loyola, exdirector metropolitano del Registro Civil, y Elba Araya, jefa de Finanzas del Senado. Pero los jefes de bancada, en una “acalorada discusión” abierta por la Democraria Cristiana, decidieron sumar dos nombres que no habían pasado a la última etapa: el exdiputado DC Aldo Cornejo y el contralor interno de la Universidad de Valparaíso, Cristián Moyano.

Según fuentes conocedoras del proceso, aunque las conversaciones para destrabar la situación siguen, hasta el momento ninguno de los nombres contaría con los 29 votos necesarios [2/3 de los senadores en ejercicio] para asumir como prosecretario de la Cámara Alta.