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Cuando los árboles se convierten en cicatrices verticales

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POR Rafaela Lahore |

A lo largo de todo el país los árboles urbanos son víctimas de mutilaciones. Una red de organizaciones intenta protegerlos.

Intentan sobrevivir en las ciudades de todo Chile. Son árboles heridos: peumos secos, acacias sin copa, plátanos podridos por dentro. Son árboles mutilados, que parecen esqueletos negros o incluso menos que eso. A veces solo queda un tronco flaco, sin ramas, plantado en la vereda. Cada vez que el ingeniero forestal Santiago del Pozo, de 57 años, ve árboles así en la calle, se conmueve. Entonces les toma una foto y la sube a su blog y redes sociales. Quiere dar una alerta: las ciudades chilenas no están cuidando a sus árboles.

Los cortes, dice, son heridas. Cada vez que una motosierra corta una rama, el árbol queda con una cicatriz. Si un árbol tiene muchas heridas, es más probable que se pudra y muera. En el mejor de los casos, vivirá menos tiempo. A diferencia de los árboles frutales, que se podan para mejorar su producción, podar un árbol urbano es necesario en muy pocas situaciones. “Hay un desinterés muy grande con respecto a la gestión del arbolado urbano”, dice Del Pozo. “Invertir en árboles es invertir en sustentabilidad, en ciudades verdes, más humanas, más vivibles. No se dan cuenta de que los árboles hacen la diferencia entre una ciudad y otra”.

Esta preocupación llevó al ingeniero forestal y exdirector de Conaf Metropolitana a proponer en octubre de 2014 un proyecto de ley sobre arbolado urbano, pero la iniciativa no ha sido recogida aún por el Congreso. Esa lucha la comenzó solo y hoy ha sumado aliados. Su propuesta ha sido apoyada por una red de 17 organizaciones en todo el país, como Preservación y Desarrollo de Placilla y Curauma, en Valparaíso; Asociación Parque Juan Schleyer Brandt, en Chillán; y Bosques para Cachapoal, en Rancagua. Todas han unido fuerzas para evitar una práctica de gran parte de las municipalidades del país: las podas agresivas, que dejan árboles mutilados a lo largo de todo Chile.

¿Comunas verdes?

Los árboles eran enormes, añosos, en la avenida Los Plátanos de Viña del Mar, pero un día de inicios de este siglo, cuenta la ilustradora Gabriela Germain, se convirtieron en troncos con un par de ramas. Fue entonces que decidió que iba a luchar por los árboles de su ciudad.

Durante mucho tiempo buscó ayuda en municipalidades, junta de vecinos y universidades. No tuvo suerte. “Un día giré la cabeza y decidí que no iba a hablarle más a las autoridades, sino a los ciudadanos”, dice hoy a los 57 años. Por eso en 2014 creó el grupo de Facebook “En defensa del árbol urbano en Chile”, que ya tiene más de cuatro mil miembros, y el twitter Árbol Urbano. A través de ellos denuncia casos de árboles mutilados por las podas y apoya la iniciativa de Del Pozo de contar con una ley sobre arbolado urbano.

Con el tiempo, se dio cuenta de que el maltrato hacia los árboles eran frecuentes. “No se trata de un señor furioso que sale a maltratar un árbol. Esto no ocurre solamente en Quilpué, Estación Central, Villa Alemana o Concón. Empiezas a recorrer Chile y te das cuenta de que ocurre en todas partes”, dice ahora, sentada en las afueras de un café, bajo los plátanos orientales de la avenida Pedro de Valdivia.

Foto: Árbol recién podado en la capital. Crédito: Rafaela Lahore. 

A través de las redes sociales, Germain y el resto de la Red Nacional en Apoyo a la Ley de Arbolado Urbano difunden los beneficios de cuidar los árboles de cada ciudad. Ella los conoce bien. Sabe, por ejemplo, que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura los árboles urbanos pueden bajar la temperatura del aire entre 2 y 8 grados, que un árbol puede absorber hasta 150 kilos de dióxido de carbono al año y así disminuir el cambio climático y mejorar la calidad del aire. Sabe, también, que los árboles aumentan la biodiversidad urbana, y que mejoran la salud física y mental de las personas.

En Santiago existen cerca de seis millones de árboles y más de 100 especies. La mayor proporción y diversidad de árboles se encuentra en las comunas con mayor nivel socioeconómico, las que también cuentan con más dinero para el manejo de áreas verdes y arbolado público. Según un estudio de Jaime Hernández Palma, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile, las comunas con más cobertura arbórea en Santiago son Vitacura (44%), La Reina (38,3%) y las Condes (37,3%). Por el contrario, las que tienen menor proporción son Quinta Normal, Pudahuel (4,3%) y San Ramón (3,8%). La diferencia entre comunas es abismal: Vitacura tiene once veces más árboles que San Ramón.

Las podas municipales

Las municipalidades suelen podar los árboles para evitar caídas de ramas, en especial en épocas de temporales, o favorecer la visibilidad de señales de tránsito y luminarias. “[Pero] en general las podas que se realizan en Santiago son de mala calidad”, opina Manuel Rodríguez, ingeniero forestal de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile. “Son podas severas que reducen el volumen de la copa, cuando los árboles solo deberían podarse en casos muy concretos, como cuando están envejecidos o con una parte seca”.

Una de las comunas que han recibido más cuestionamientos en Santiago por la Red Nacional en Apoyo a la Ley de Arbolado Urbano ha sido Estación Central. Allí no es difícil encontrar árboles a los que las motosierras han dejado sin hojas. Rodrigo Delgado, alcalde de la comuna no comparte ese diagnóstico. “En lo personal no tengo ningún antecedente para decir que Estación Central realiza podas agresivas a los árboles. Muchas de las podas tienen que ver con el tipo de especie y eso siempre ha sido avalado por los técnicos que trabajan con nosotros”, asegura.  

Foto: Un árbol intenta reverdecer en Estación Central. Crédito: Rafaela Lahore.

Algunas municipalidades del Gran Santiago, conscientes del alto valor de los árboles para la comuna, intentan no intervenirlos. Marco Morales, ingeniero forestal a cargo del arbolado urbano de Vitacura, asegura que allí no se practican podas masivas ni las llamadas “podas municipales”. Comenta que desde 2016 la comuna implementó el programa de manejo del arbolado urbano, que trata de anticiparse a las emergencias y para eso realiza labores de mantenimiento en diferentes épocas del año.

Las empresas de electricidad también tienen el deber de realizar podas de mantenimiento para evitar cortes en el suministro eléctrico. Para eso, deben asegurarse de que no exista peligro de contacto entre las líneas y los árboles. En algunas ocasiones, sin embargo, estas podas han sido excesivas. A mediados de agosto de 2017 varios árboles de Las Condes aparecieron mutilados. El alcalde Joaquín Lavín denunció en su cuenta de Twitter: “¡Tenemos claro que Enel tenía que podar! Pero esto no es poda. Estos árboles fueron mutilados. Y habrá que cambiarlos. ¡Muy mal!”

PAUTA.cl consultó a Enel Distribución Chile sobre si han tomado medidas para evitar que esa situación se repita este año. La empresa eléctrica, que tiene un plan de poda anual en las 33 comunas en la que trabaja, ha asegurado que esta labor la realizan cuadrillas especializadas en el manejo de vegetación y que, además, siempre se hace en coordinación con los municipios. Según Enel, durante el segundo semestre de 2017 realizaron un plan extraordinario de poda que terminó en febrero de 2018 y que alcanzó un total de 1.896 kilómetros de red. Calculan que en 2018 alcanzará 1.600 kilómetros.

Foto: Árbol mutilado en Estación Central cercano a la línea eléctrica. Crédito: Rafaela Lahore.

Este miércoles 16 de mayo anunciaron una nueva campaña, en compañía de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, y de autoridades del sector eléctrico. El objetivo, claro, es adelantarse a la temporada de precipitaciones de este año.

Dos árboles, dos destinos

¿De dónde sacan las comunas sus árboles? Tienen dos opciones: recibirlos como donación por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) o —aquellas que tienen mayor presupuesto— comprarlos en viveros particulares. Este último caso es el de Vitacura. “Los viveros de Conaf cuentan con plantas demasiado pequeñas, de hasta un metro y medio”, dice Morales. “Lamentablemente estas medidas no son apropiadas para el espacio público”.

Son tres viveros. Están en la Región Metropolitana y allí la Conaf desarrolla dos tipos de árboles: los destinados a enraizarse en los cerros y aquellos que, por otra parte, vivirán la vida tumultuosa de la ciudad. Los árboles rurales se trasplantan de más pequeños, lo que les permite adaptarse mejor a las condiciones adversas de la zona. Los urbanos son más grandes: desde Conaf aseguran que, al momento de la entrega, los árboles urbanos tienen una altura mínima de un metro y medio. “El problema está cuando los árboles rurales son plantados en la vía pública, ya que no están pensados para esas condiciones, por lo que son más susceptibles al vandalismo”, aseguran desde Conaf. 

Durante 2017 Conaf, como parte de su programa de arborización, donó árboles a 326 comunas del país, 47 de la Región Metropolitana. Según declaran, en 2017 se donaron en la región 244.584 árboles y este año planean entregar al menos 90 mil árboles.

Santiago del Pozo, como exdirector de Conaf Metropolitana, entiende los problemas de plantar estos árboles en la ciudad. “Nosotros entregábamos árboles, pero con el tiempo vi que eran de mala calidad. Se secaban, se quebraban, tenían una mortalidad muy alta. Me di cuenta de que en otros lados no se hacía así. En Chile plantamos 50 árboles chiquititos y se mueren todos, en Europa plantan uno y vive para siempre”.

Para evitar este tipo de problemas, Del Pozo redactó su propuesta para legislar el arbolado urbano. Plantea que, sobre todo, se centre en tres temas. En primer lugar, regula la calidad de los árboles que los viveros entregan a las comunas. En segundo lugar, articula una red de instituciones para fortalecer el trabajo en arbolado urbano, como las municipalidades, Conaf, el Instituto Forestal y el Ministerio de Medio Ambiente. Por último, la propuesta de ley centra la gestión del árbol en la arboricultura urbana sostenible: exige que los encargados de los árboles sean especialistas en el tema.

Hasta este momento, dos diputados recogieron la propuesta legislativa: Vlado Mirosevic (Partido Liberal) y el independiente René Saffirio, pero aún no se convierte en proyecto de ley. Mientras tanto, La Red Nacional en Apoyo a la Ley de Arbolado Urbano trabaja para que este tema deje de ser invisible para la mayoría de los chilenos. Gabriela Germain, antes de irse del café, explica lo que busca. “Quiero que llegue el día en que no tenga que estar todo el tiempo empujando esto. En que mande un tuiteo y lo retuitee tal cantidad de gente que yo me pueda ir el resto del día a dibujar”, dice riendo.

A continuación, revise imágenes sobre estas cicatrices verticales tomadas por PAUTA.cl y por En defensa del Árbol Urbano en Chile.